Asamblea del MVC: ¿Se estrecha el frente amplio?

EDITORIAL de RumboAlterno:

El pasado 14 de marzo de 2021 se celebró la primera parte de la Asamblea Nacional del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), la cual tuvo como objetivo principal decidir la estructura organizativa de la colectividad. Es la primera Asamblea tras las elecciones de 2020 y la salida de Alexandra Lúgaro del liderato nacional de MVC. Sobre 500 personas participaron de forma virtual, dada la necesidad de mantener el distanciamiento físico.

No podemos analizar con detalle en estos momentos algunos temas que ameritan mayor discusión, incluyendo algunos asuntos relacionados a las dificultades de participar en los procesos deliberativos de manera virtual y la forma en que se organizó la Asamblea. No obstante, vale la pena reconocer la forma ecuánime y equilibrada que el compañero José Bernardo Márquez dirigió la parte más crucial de los procesos y el evidente esfuerzo demostrado por muchas compañeras y compañeros, incluyendo nuestra Presidenta Ana Irma Rivera Lassen, para poder realizar exitosamente la Asamblea en tiempos de pandemia.

Modelos Organizativos

En Asambleas anteriores del MVC, se aprobó el concepto de una “Red de Redes” como estructura organizativa, basada en un modelo que no era exclusivamente territorial. En esta Asamblea correspondía adoptar formalmente la forma específica en que dicho concepto operaría, particularmente en cuanto a la composición de los organismos directivos de MVC. Entre las diferentes propuestas que circularon, tres sobresalieron.

La primera fue el “Documento Organizativo” impulsado por el liderato actual del Comité Coordinador de la Organización de la Red de Redes (CCORR). Dicho “Documento”, adolecía de tres fallas principales. En primer lugar tendía a erosionar considerablemente el peso de las bases de MVC en el liderato de la organización. En segundo lugar creaba una distinción innecesaria y problemática entre personas con “saberes y talentos” y el resto de la base, reproduciendo un sistema de castas que es totalmente incompatible con los postulados democráticos de nuestro movimiento. Finalmente la estructura, según promovida por el CCORR, no garantizaba la participación de la juventud.

La segunda propuesta se le denominó de “Enmiendas para la Equidad”, y tenía como norte ampliar la participación de las bases del MVC particularmente fuera del área metropolitana de San Juan. La tercer propuesta, presentada por los sectores más jovenes del MVC, garantizaría a la juventud un mínimo de 10% de participación en los cuerpos directivos. Desde nuestra perspectiva apoyamos las “Enmiendas para la Equidad”, por entender que era la más democrática, representativa y participativa, pero manteniendo el concepto básico de la Red de Redes. Entendimos que la experiencia vivida durante el proceso electoral del 2020 demostró, sin lugar a dudas, que el trabajo de base es crucial para nuestro futuro como colectividad. Por el contrario la “Red de Redes”, como está concebida actualmente, tuvo un impacto limitado y sus logros fueron mínimos durante la campaña electoral. De igual manera, apoyamos la propuesta presentada por la Juventud para fortalecer su participación en las estructuras del MVC. A final de cuentas, un movimiento que no promueve a su juventud de manera asertiva es un movimiento condenado a desaparecer.

Sin duda las “Enmiendas para la Equidad” y la propuesta de la Juventud favorecían una mayor participación democrática de la base del MVC y de la juventud en contraposición a la propuesta oficial del CCORR. Dada las posiciones asumidas por el MVC durante el proceso electoral lo lógico era pensar que las mismas se aprobarían por abrumadora mayoría. Pero el resultado no fue ese. Finalizada esta primer parte de la Asamblea, la propuesta oficialista del CCORR obtuvo el 53% de los votos mientras que la propuesta de las “Enmiendas para la Equidad” obtuvo un 43% y el restante 4% se abstuvo. Márgenes similares se produjeron en cuanto a la propuesta de la Juventud.

Dado estos resultados hay varios asuntos que requieren mayor análisis, pues entendemos son cruciales para el futuro de nuestra colectividad compartida: (1) la naturaleza del MVC como frente amplio, (2) el rol del compañero Manuel Natal en la discusión sobre el modelo organizativo, y (3) la situación actual en cuanto a las diferentes visiones sobre cómo debe operar nuestro movimiento como frente amplio en el que conviven varias corrientes distintas.

El MVC como frente amplio

La característica fundamental del MVC es su carácter de frente amplio. No existe un pensamiento ideológico único de carácter monolítico que rija el movimiento sino que en su seno funcionan, de manera relativamente armónica, toda una diversidad de sectores que representan diferentes visiones de mundo. Así pues en el MVC conviven estadistas, autonomistas e independentistas, empresarios y anti capitalistas, cristianos y ateos, y así sucesivamente. Y al igual que otras formaciones políticas también conviven una diversidad de sectores con intereses que le son propios, tales como hombres y mujeres, jóvenes y personas mayores, personas de diversas áreas geográficas, y así sucesivamente. Esta diversidad de sectores tienen contradicciones entre sí pero dichas contradicciones son de carácter secundario, pues a todos nos une un programa común que se recoge en la “Agenda Urgente”.

En un frente amplio con dicha variedad de intereses contradictorios el rol del liderato tiene que ser, por obligación, armonizar los diversos sectores para lograr el fin común. Por ejemplo, en un movimiento donde coexisten estadistas, autonomistas e independentistas el liderato no puede, bajo ninguna circunstancia, promover activamente su preferencia de estatus. Por el contrario, y hasta el momento, las contradicciones sobre el estatus se han armonizado mediante el apoyo de la colectividad a un proceso para resolver el problema colonial: la Asamblea Constitucional de Estatus. 

De igual manera, en un frente amplio el liderato debe proteger la diversidad de intereses que componen la organización, tanto ideológicos como sectoriales. Fomentar y proteger espacios amplios y equitativos de discusión democrática es lo que define un liderato efectivo en un frente amplio. Por el contrario, si el liderato escoge privilegiar a un sector sobre el otro o, peor aún, convertirse en portavoz de un sector contra los demás tiene como resultado descartar el proceso de armonizar contradicciones que definen el frente amplio. De esta manera comienza el peligroso tránsito hacia la profundización de las contradicciones internas en el frente amplio hasta convertirlas en contradicciones antagónicas. Eso fue lo que ocurrió en la primer parte de la Asamblea del MVC.

El rol de Manuel Natal

Poco antes de la Asamblea, el compañero Manuel Natal, una de las figuras principales de MVC, asumió una postura protagónica como portavoz de la propuesta oficialista del CCORR, planteando que no se podía cambiar absolutamente nada de la misma. De hecho, llegó a tornar el debate político sobre la estructura del MVC en un “voto de confianza” hacia su persona. De esta forma, propuso derrotar, de manera global, todas las enmiendas presentadas por la militancia del MVC.

Evidentemente, diferimos de la postura asumida por Natal, toda vez que apoyamos las “Enmiendas para la Equidad” y las propuestas de la Juventud. De igual forma, entendemos que es incorrecto convocar a la militancia a participar en un proceso de enmiendas para luego proponer que se derroten todas. Precisamente, el propósito de un proceso de deliberativo democrático y una Asamblea participativa es mejorar las propuestas elaboradas por el liderato. Descartar de forma categórica todas las enmiendas presentadas supone una visión tradicional de que el liderato nunca se equivoca y que a la militancia lo que le corresponde es acatar y tener fe en sus dirigentes. Diferimos de esa visión. Lejos de ejercer liderato armonizando la diversidad de posiciones, Manuel se colocó de manera muy firme a favor de uno de los sectores en discusión. 

Nos preocupa que Manuel haya optado por asumir una posición antagónica frente a sectores sustanciales del MVC que propusieron importantes cambios a la “Red de Redes” propuesta por el CCORR. Lo que ocurre es que Natal es, en estos momentos, uno de los dirigentes más importantes que tiene nuestra colectividad. Al convertirse en portavoz de una corriente particular, una que se basó en descartar todas las medidas que se generaron desde las bases de nuestra colectividad, Manuel asumió innecesariamente el riesgo de enajenarse de los demás sectores de MVC que diferimos de su postura. 

Tomemos un ejemplo. Las “Enmiendas para la Equidad” intentaban darle mayor voz y participación a las bases del MVC, particularmente fuera del área metropolitana. De esta manera se restringiría un poco el llamado “metrocentrismo” que ha caracterizado buena parte de la vieja política. Algunas personas argumentaron que la propuesta de redes oficialista, sin cambios, estaba “abierta” a la participación de personas de toda la isla. Pero la teoría es una cosa y la práctica es otra. De los numeros ofrecidos por el propio CCORR la estructura de red de redes está fuertemente sesgada a favor de una participación del área metropolitana. En la Red denominada “Saberes y Talentos” hay 11 delegados de San Juan y 16 de la “isla”… o sea:

43% de los delegados son de un sólo pueblo (San Juan)

57% corresponden a los demás 77 pueblos

En cuanto a a “Red de Colectividades” hay 13 delegados de San Juan y 17 de la “isla”, o sea:

41% de los delegados son de un sólo pueblo (San Juan)

59% corresponden a los demás 77 pueblos.

Como puede observarse, la estructura oficial tiene un marcado sesgo metrocentrista. La propuesta de la base para una mayor participación, cónsono con la Agenda Urgente, parecería ser un reclamo democrático que todo líder del MVC debía apoyar. Pero el compañero Manuel Natal se opuso tenazmente.

De otro lado el reclamo de la Juventud del MVC era sencillo: garantizar la participación de jóvenes en todas las estructuras decisionales del MVC. Esta propuesta de la juventud, como reclamo democrático cónsono con la Agenda Urgente, debió ser apoyada por todo dirigente del MVC. Pero el compañero Manuel Natal también se opuso tenazmente.

En un frente amplio es imprescindible que los dirigentes gocen del apoyo y confianza de todos los componentes y sectores del frente. Al asumir una actitud antagónica con las propuestas alternativas Natal, quien hasta ahora se había destacado por ser un dirigente de todo el movimiento, asumió, de forma totalmente innecesaria, el riesgo de perder el respaldo enérgico de buena parte del MVC. 

La postura de Manuel presenta un contraste evidente con la manera mesurada y madura en que intervinieron, o mejor dicho no intervinieron, en este debate otros líderes nacionales del MVC tales como nuestros legisladores(as) electos(as), a pesar de que tenían posiciones firmes sobre las propuestas presentadas. Los líderes en un frente amplio deben aspirar a unir a todos los sectores y Manuel perdió una gran oportunidad para hacerlo.

Si bien Manuel tiene todo el derecho a expresar su opinión sobre asuntos internos de MVC, también debe cobrar conciencia de que no debió convertirse en portavoz de un solo sector. Esto puede convertirse en un tipo de presión indebida con el resultado de que algún integrante de MVC, que tal vez no coincida con su postura, decida apoyarle de todas maneras en reconocimiento a su liderato. Eso no es saludable para nuestra democracia interna. A veces ser un buen dirigente incluye salirse del medio y dejar que cada militante llegue a sus propias conclusiones. A veces requiere que los temas se debatan en los méritos y no producto de escuchar o seguir a un dirigente en particular. A final de cuentas no es lo mismo expresar una opinión que “empujar línea”.

No albergamos duda que, de no ser por el rol protagónico de Manuel, y de su insistencia de convertir la votación en un “voto de confianza” sobre su persona, las “Enmiendas para la Equidad” y las propuestas de la Juventud hubiesen sido aprobadas por la Asamblea. Al fin de cuentas, con todo y la defensa de Natal, la propuesta del CCORR solamente obtuvo un 53% de apoyo en la Asamblea. El margen entre las propuestas fue de a penas 55 votos, a pesar de que Manuel se distinguió como el único dirigente nacional de MVC que apoyó una de las propuestas. Ni siquiera el artífice de la propuesta del CCORR, el señor Villarini, se atrevió a defenderla. Si Manuel hubiese optado por un rol más reservado, otro pudiese haber sido el resultado. Y a eso debemos aspirar: que la militancia escoja las propuestas en sus méritos; no porque sean influenciados indebidamente por sus dirigentes.

Durante los días y semanas previos a la Asamblea, Manuel asumió un rol bastante visible solicitando un apoyo a la ratificación del “Documento Organizativo” original. Esta visibilidad contrasta con el rol más módico que asumieron otros dirigentes de MVC, muchos de los cuales simpatizaban con las propuestas alternativas. Esto, ni hablar de la promoción agresiva que hubo a favor del documento oficialista, incluso utilizando indebidamente los organismos comunicativos oficiales de MVC para favorecer una propuesta sobre las demás. En los partidos democráticos, las instituciones partidarias deben ser neutrales ante los debates internos, y los foros partidarios deben estar abiertos a todos los sectores en debate precisamente para impedir que se utilicen los recursos de todos y todas para favorecer un sector en particular. 

Nos preocupa sobremanera que Manuel haya caracterizado el asunto sobre el tema organizativo como un “voto de confianza” para su figura. Entendemos que ello fue incorrecto por varias razones.

En primer lugar, porque las deliberaciones internas en una organización democrática deben realizarse en sus méritos; no deben concebirse como un asunto de confianza en un líder en particular. Se puede, y se debe, tener confianza en un dirigente particular y, a la misma vez, poder diferir de éste o ésta en un asunto específico. No debemos crear una cultura política en donde los asuntos sustantivos se convierten en pruebas de lealtad o apoyo a una persona. Damos votos de confianza a las personas; las ideas se debaten plenamente, sin distinción de las personas que lo apoyan.

Peor aún, al plantear el asunto como un voto de confianza, Manuel creó una dicotomía falsa que, en todo caso, nos perjudica a todos, incluyéndole. Si la votación sobre el “Documento Organizativo” fue un “voto de confianza” en la figura de Natal, ¿cómo interpretamos el hecho de que solamente el 53% de las personas votaron por la propuesta defendida por él? Según la lógica de Manuel, significa que apenas una mayoría del MVC le dio ese voto de confianza. 

No toda la propaganda fue de altura…

La situación actual

Celebramos los resultados electorales de 2020 y nos entusiasmamos con la energía de tantas personas que se unieron al MVC como espacio de convergencia de diferentes sectores que queremos transformar al país y que coincidimos con las propuestas de la “Agenda Urgente”. Seguimos comprometidos(as) con la construcción del MVC como un frente amplio progresista que abre sus puertas a estadistas, autonomistas, soberanistas e independentistas y que incorpora personas activas en las luchas sindicales, comunitarias, feministas, ambientalistas, estudiantiles, antiracistas, entre otras. 

Sin embargo no podemos tapar el cielo con la mano. Los resultados de la Asamblea del 14 de marzo de 2021 son inconclusos. Por un lado, la propuesta del liderato actual del CCORR, apoyada enérgicamente por la Red Soberanista y el compañero Manuel Natal, apenas consiguió una mayoría del 53%. Las propuestas alternativas lograron un 43% de apoyo, a pesar de que no contaba con el mismo acceso a los foros oficiales de MVC, como la llamada Revista Ciudadana, que se ha convertido en el vocero oficial de unas personas en particular que rechazan la participación de otros sectores.

Nos reafirmamos en que la propuesta de Red de Redes que fue aprobada en la Asamblea tiene serias deficiencias democráticas, crea una burocracia enteramente innecesaria, carece de mecanismos efectivos de control democrático y rendición de cuentas, privilegia a ciertos sectores intelectuales sobre la gente de que hace trabajo de base, es excesivamente metrocentrista, no reconoce la valiosa aportación de la juventud  y no producirá beneficios concretos para nuestro movimiento. Ahora bien, durante la Asamblea, el propio Natal propuso que se evalúe el desempeño de la Red de Redes en 12 meses. Si los próximos 12 meses son parecidos a los 12 meses anteriores, resultará evidente que tendremos que modificar el organigrama del MVC. 

El próximo 11 de abril se habrá de celebrar la segunda parte de la Asamblea del MVC. Entre otros asuntos dicha asamblea deberá ratificar el carácter amplio y la diversidad al interior del MVC o, por el contrario, si habrá de comenzar el tránsito hacia convertirse en un partido tradicional que al final del camino apoye una sola alternativa de estatus. En este debate el MVC se juega su existencia como frente amplio que alberga todos los sectores en torno a la Asamblea Constitucional de Estatus o si, por el contrario, se convierte en otro grupúsculo “soberanista”. 

Mientras tanto, debemos hacer esfuerzos para fomentar la unidad interna del MVC como frente amplio de convergencia progresista, compuesto por varias corrientes diversas. El llamado es a seguir trabajando en las comunidades, tomar la calle, organizar nuestra gente, activarnos en los movimientos sociales, construir una oposición efectiva al gobierno actual, y fortalecer las bases de nuestro movimiento. Confiamos que en la segunda parte de la Asamblea se reitere de manera abrumadora la diversidad de nuestro movimiento. De igual manera confiamos que de aquí a 12 meses, las bases podrán retomar su Movimiento. Por nuestra parte, estaremos donde siempre hemos estado: en la base de MVC.

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Author: Admin