Partido Socialista: su ideología social y económica

En este escrito se expondrá la ideología social y económica del Partido Socialista. Este Partido, fundado en 1915 en Cayey, fue el precursor de los derechos de los obreros. Es relevante conocer cuáles fueron sus bases ideológicas. ¿Pero cuáles fueron sus demandas? ¿Qué tipo de socialismo defendía: comunismo, socialismo democrático o socialdemocracia? El Partido Socialista, en su fundación, exigía unas demandas que eran las siguientes:

«Derechos a la huelga y piquetes; más altos salarios; ocho horas de jornada de trabajo; pedía la contratación colectiva entre patronos y obreros; vacaciones con paga a los obreros; pensiones a la vejez y a las viudas; mejoras en las viviendas y establecimiento de barriadas obreras; extensión e intensificación de la instrucción pública; mejoras sanitarias y de salud pública… fomento a las cooperativas… daba énfasis a la protección de los derechos individuales.» [1]

Prudencio Rivera Martínez, quien fuese comisionado del Trabajo en la década de 1930, y en medio de sus enfrentamientos con Bolívar Pagán, expresó el propósito del Partido: 

«La formación del Partido Socialista como fuerza de lucha y dijo que este partido no se fundó “para entregarlo al capitalismo, a los negocios, a las corporaciones y a la corrupción. Era para el servicio de la causa obrera, para el bienestar del país y su engrandecimiento.» [2]

Nicolás Nogueras Rivera expresó en el año 1939:

«Mientras el movimiento obrero organizado que auspiciaba la Federación Libre se afiliaba a la Federación Americana del Trabajo presidida entonces por el inmenso líder obrero Samuel Gompers, el Partido Obrero Socialista, asimismo se vinculaba al Partido Obrero Socialista por intervención del líder Daniel De León. Las intensas batallas en defensa de los oprimidos de esta tierra libradas por las instituciones obreras mencionadas constituyen capítulos brillantes.» [3]

En el discurso antes mencionado, se menciona la lucha a favor de conseguir mejoras en las condiciones de trabajo y de vida de los obreros puertorriqueños. Además, el reconocimiento de las uniones obreras que luchaban a favor de estas mejorar fue importante para lograr los objetivos de los trabajadores. Sería ideal, en una futura investigación, la relación de Santiago Iglesias Pantín con Daniel de León.

Abundando sobre el tipo de socialismo que defendía el Partido Socialista, Gustavo Palés Matos escribió lo siguiente:

«Conviene advertir que el Socialismo, aunque fundamentalmente es uno; para lograr sus fines, ha venido utilizando toda clase de adaptaciones, en los pueblos del orbe, ya que para filtrarse, a veces gota a gota, por la ensambladura política de las tiranías burguesas, menester le ha sido la labor del disfraz o la de aparecer hermanando con los reaccionarios.» [4]

Córdova establece que las demandas del Partido Socialista, en su Convención para en el año 1917 eran:

«Establishment of a banco del pueblo; land reform; improvements in education; housing for workers; old-age pensions; women’s suffrage; abolishment of the death penalty; better working laws; …and other social democratic reforms.» [5]

Gonzalo Córdova relata sobre la defensa de Iglesias del Banco del Pueblo: “Howerver, one of the topics Iglesias gave more emphasis to was the establishment by Congress of a banco del pueblo in order to free the workers wanted from usury. This bank would grant the real economic freedom the workers wanted, ensuring a more rapid development of progress”.[6]

¿Qué tipo de socialismo defendía el Partido Socialista? Desde sus inicios el Partido Socialista fue atacado por el tipo de socialismo que pretendía implementar en Puerto Rico. Pablo Morales Cabrera escribió lo siguiente: 

«Los seudo-socialistas han dejado entrever en la pasada campaña todo su credo, toda su aspiración, todas sus teorías salvadoras… La verdadera tendencia del partido llamado de los trabajadores es apoderarse del poder, no en beneficio de todos, sino a expropiar a la clase dominante y sustituirla. Es decir, que el Gobierno debe pertenecer por derecho de nacimiento a quienes no aprenden nada, no saben nada y no quieren hacer nada. Es el sistema de castas invertido: el proletariado sólo es quien le incumbe regir el mundo por ser el más numeroso.» [7]

Farinacci Fernós establece que en “el cambio de soberanía en 1898 y el nuevo modelo económico implantado por los Estados Unidos produjo la proletarización de los sectores no propietarios de Puerto Rico y permitió el nacimiento del movimiento obrero organizado”.[8]

Bolivar Pagán

Bolivar Pagán expone un planteamiento de los socialistas sobre su ideal:

«El Partido Socialista afirma que la libertad del pueblo de Puerto Rico, su felicidad y bienestar inmediato dependen ahora de sus propias fuerzas productoras organizadas, las que, unidas y compactas bajo la bandera del ideal Socialista, se dispongan a destruir el poder visible e invisible de la plutocracia que a todos nos agobia y esclaviza, estableciendo la democracia radical que libre a nuestro pueblo del gran crimen económico reinante… Abogó por la restitución de la tierra a los puertorriqueños y contra el absentismo.[9]

«Santiago Iglesias traía un nuevo mensaje a los puertorriqueños… comenzó a bregar esforzadamente para orientar a los trabajadores hacia las organizaciones de uniones y sindicatos puramente obreros, tratando de alejarlos de las luchas de los otros partidos, que consideraba eran de tendencias burguesas, capitalistas. La masa del pueblo… debía formar sus propias organizaciones obreras y políticas para luchar por sus derechos humanos, su bienestar y su justicia.» [10]

Benjamín Ortiz expuso el tipo de socialismo que postulaba el Partido Socialista. El señor Ortiz escribió lo siguiente en el periódico El Mundo:

«Es indiscutible que los trabajadores tienen el derecho moral a participar, de una manera más adecuada, en los beneficios económicos producidos por la industria, en vista de que la labor del obrero es el elemento esencial en el proceso de la producción y es el factor más importante en el rendimiento del valor económico de determinado artículo… Los derechos individuales varían de acuerdo con las necesidades sociales y económicas de la comunidad. La interdependencia de los intereses económicos de los diversos componentes del conglomerado social y la concentración de las riquezas en algunos pocos individuos y entidades corporativas, exige una ampliación en los poderes del Gobierno, para que éste [sic] último regule el ejercicio del derecho de propiedad y proteja a los trabajadores que son las víctimas del sistema capitalista. El deber esencial del Estado es establecer aquellas condiciones que faciliten la consecusión del bienestar económico del mayor número posible de personas. Y de esto se desprende que el Estado está moralmente obligado a implantar aquellas medidas que aseguren una distribución más equitativa de la riqueza nacional. También es deber del Estado el proteger al obrero contra las consecuencias del sistema capitalista, tales como el desempleo, incapacidad física y accidentes industriales… El Partido Socialista está llevando a cabo una política ordenada y evolutiva, de amplia protección y defensa de los intereses económicos de nuestros trabajadores. Esta sabia política requiere la cooperación de nuestras masas.» [11] (El Mundo, 4 de mayo de 1937, p.6)

El Taller de la Formación Política planteaba que “el Partido Socialista aspiraba a una ‘Democracia social del trabajo’. No se explica en el programa [1919] qué tipo de estado establecería esa democracia social, porque se dice que será establecida por legislación”. Y de esta manera, según el Taller de Formación Política, “el programa político obrero se reducía a elegir candidatos socialistas para que estos [sic] realizaran una serie de reformas dentro del régimen político existente”.[12]

Además, el Taller de Formación Política establece que:

«El “socialismo” del Partido Socialista, que siempre tuvo como objetivo demostrarle a la clase trabajadora que “no es tal o cual cambio político el que podrá beneficiarles, sino siempre una transformación de las condiciones materiales de la vida”. Evidencia de esta política del socialismo burgués en Puerto Rico fue el rechazo a discutir la cuestión nacional a fondo y a adoptar una posición proletaria independiente… La concepción de luchas de clases que tenía Iglesias no pasaba de ser una lucha sindical. La organización política de la clase obrera debía servir exclusivamente al movimiento sindical.» [13]

Santiago Iglesias en actividad del Partido Socialista

Santiago Iglesias Pantín explica la defensa a la clase obrera cuando se fundó el Partido Socialista en 1915, según lo cita el Taller de Formación Política:

«Nosotros sostenemos que la esperanza única de las masas trabajadoras de Puerto Rico descansa en el mismo tratamiento de las instituciones que para la protección de las masas del pueblo trabajador existen en los Estados Unidos. La condición de los trabajadores aquí, jamás se mejorará por medio de nuestra Legislatura… Unicamente [sic] el Congreso de Estados Unidos puede traer hacia ellos un grado de mejoramiento.» [14]

Clarence Senior resume las ideas socialistas de Santiago Iglesias Pantín, según lo cita José Rivera Caraballo:

«Su filosofía socialista no era la de los marxistas españoles, los que originalmente le infiltraron el deseo de mejorar el orden social. Los críticos comunistas y de otros “marxistas” citan a Iglesias como asemejando su filosofía a la de Jesús. Específicamente, él había dicho, “La doctrina marxista debe considerarse como parecida a la doctrina emancipadora de Jesús.” El [sic] describía su creencia socialista como “idealismo intuitivo en pos de justicia y bienestar. Demanda más pan para el hambriento; mejores salarios y menos jornada de trabajo”.»[15]

El líder socialista Bolívar Pagán, yerno de Iglesias Pantín, establecía que:

«Asediado el Partido Socialista por la actitud poco amistosa del Gobierno, y hostigado por la Guerra sin cuartel que le hacía el Partido Unionista unido a gobernadores y capitalistas, líderes socialistas comenzaron a pensar que la inmediata conquista del poder político por el Partido Socialista podía aliviar la situación.» [16]

Blanca Silvestrini y Luque exponen que:

«El programa del Partido se alejaba de la lucha entre estadistas, autonomistas e independentistas para reclamar cambios en las condiciones de vida y trabajo de los obreros… En estos momentos iniciales, criticaban tanto a los republicanos como a los unionistas por los abusos que muchos cometían contra los obreros… La movilización obrera en estos tiempos favoreció el crecimiento del Partido Socialista.» [17]

Por tal motivo, se puede clasificar a Santiago Iglesias Pantín con los tipos de socialismos de nuestros tiempos, como defensor de la socialdemocracia. Esto es debido que no creía en la absoluta destrucción de la propiedad privada, pero que el Estado debía intervenir en los procesos económicos y controlar la propiedad privada.

Un aspecto importante del Partido Socialista, en el aspecto social, fue su defensa al sufragio femenino. Bolívar Pagán establecía que “el sufragio femenino [es] una de las aspiraciones y demandas inmediatas del Partido Socialista de Puerto Rico”.[18] Para Bolívar Pagán, el Congreso nunca tuvo la intención de negarle a la mujer su derecho al voto cuando se aprobó la Ley Jones. Por lo tanto, daba libertad a la Asamblea Legislativa para determinar qué hacer respecto al tema.[19]

Santiago Iglesias Pantín estuvo bien activo en el Congreso para la extensión del Seguro Social a la Isla, cuando se estaba discutiendo la aprobación de esta medida. Además, apoyó un proyecto de ley del representante Robert Rampspeck para crear un sistema de empleos en todo Estados Unidos e Iglesias estaba luchando para que se aplicara en Puerto Rico.[20]Por otra parte, el senador socialista Epifanio Fiz Jiménez estaba a favor que se estableciera un Departamento de Bienestar Social y que funcionara como los otros departamentos ejecutivos y, que además, se constituyera un negociado “con actividades propias combinado entre el Departamento del Trabajo y el Departamento de Sanidad”.[21]

Juan Carreras establecía que Santiago Iglesias Pantín procedía:

«De una escuela socialista de origen revolucionario; pero al pisar tierra puertorriqueña… creó sus propias tácticas de lucha dentro del marco de un socialismo positivista… Iglesias no entusiasmaba a los trabajadores haciéndoles cuentos de hadas para hacerles ver que si reivindicación estaba a la vuelta de la esquina… Iglesias no intentó jamás ofender con su prédica el fervor religioso… Iglesias tenía temperamento para crear sus propias doctrinas. ‘El socialismo vence -decía- no por la dictadura del proletariado y sí a través de las instituciones del pueblo y de un obrerismo organizado dentro de los hechos políticos y económicos, echando a un lado toda lucha de clases, que divide a los trabajadores en castas y jerarquías suicidas’… Cuando Iglesias hablaba de la [sic] riquezas y de la propiedad privada, exponía con claridad y valentía su credo de este modo: ‘La riqueza -decía- es todo bien, todo elemento de vida disfrutable’… Y en cuanto a la propiedad privada decía: ‘el derecho de propiedad debe ser inviolable, pero el Estado debe tener atribuciones para corregir la desigualdad en la distribución de la riqueza y sus formas de aplicación para el interés privativo del pueblo. Esa distribución de la riqueza debe hacerse por el Estado mismo… No proclamamos la confiscación de las tierras de los ricos, porque éstas sean de los ricos; pero en un país de pobres como lo es Puerto Rico, el gobierno debe evitar el acaparamiento excesivo de la tierra si el pueblo necesita parte de esas tierras para convertirlas en granjas agrícolas individuales o para construir en ellas el hogar seguro de los trabajadores…A Iglesias no le entusiasmaba mucho las fórmulas políticas clásicas o extremas.» [22]  

Gonzalo Córdova establece que en la convención socialista de junio de 1917 el Partido demandó lo siguiente: 

«Establishment banco del pueblo; land reform; improvements in education; housing for workers; old-age pensions; women’s suffrage; abolishment of the death penalty; better working laws… and others social democratic reforms.» [23]

 En su otro libro, Gonzalo Córdova expone que para los 1900:

«Hasta ese momento los pensamientos de Iglesias estaban orientados hacia Europa y no hacia América… En lugar de seguir a los sindicatos radicales revolucionarios europeos, debía seguir el carácter progresista constructivo de las uniones obreras americanas. Las reformas obreras tenían que lograrse por medio de las legislaturas locales y no por medio de huelgas violentas.» [24]

Bolívar Pagán expuso ante la séptima convención del Partido Socialista un resumen sobre el origen de las ideas y de los principios socialistas:

«Estas ideas y principios surgieron del corazón y de la mentalidad de hombres inmortales, como resultado natural de la injusta desigualdad humana, de la explotación del hombre por el hombre, y el anhelo legítimo y justo por la emancipación y felicidad de las grandes muchedumbres esclavizadas y sometidas al dolor y a la miseria por los llamados amos y señores del mundo que han usurpado a través de los siglos del poder público y que prácticamente acaparan y roban las riquezas y el bienestar que para otros han producido las muchedumbres trabajadoras en su indispensable labor constante y fecunda… En Puerto Rico… la organización de los trabajadores en partido político fué [sic] resultado directo del movimiento obrero que necesitó para la rapidez y efectividad de sus anhelos crear un partido que pudiera llevar directamente a sus genuinos hombres al Parlamento y a las demás esferas del gobierno, para que el trabajo pudiera realizar sus conquistas en armonía con el progreso del siglo, para garantizar sus garantías y sus reformas, [énfasis añadido] hacia el bienestar y felicidad del proletariado puertorriqueño… Dentro de las prácticas democráticas, los trabajadores no necesitan recurrir al remedio brusco por la violencia de las revoluciones… Tenemos nosotros el privilegio de gozar de un régimen democrático, no debemos sino acogernos a las prácticas de la democracia y por el camino legal del sufragio perseguir y conquistar la victoria del proletariado. Por este camino los trabajadores ya han gobernado o participado en el gobierno en muchos países.» [25]

En un discurso de agradecimiento a una dedicatoria en 1937, el senador Bolívar Pagán expone lo siguiente sobre la lucha socialista a favor de la justicia social y económica en la Isla:

«Los trabajadores en Puerto Rico, al igual que los trabajadores americanos allá, continuaban su lucha por mejores salarios, menos horas de labor agobiadora, mejores condiciones de vida, y reconocimiento del derecho y la dignidad del trabajado. El movimiento obrero insular luchaba titánicamente, presentando a las masas productoras el problema de su hogar, del pan diario, de los derechos indiscutibles a una vida bajo normas más decentes y humanas, con mayores salarios, una jornada humana de trabajo, mejores condiciones de vida, más descanso y educación, y más reconocimiento y dignidad para el trabajo. Los grandes problemas fundamentales económicos de Puerto Rico, que eran tema de la propaganda y de la acción del Partido Socialista, como el desempleo y la explotación de las masas de nuestro pueblo, el latifundio absorbente, el absentismo esquilmador, la miseria de los muchos y la prosperidad de los pocos, la explotación de los creadores de la riqueza, ante el usufructo y el disfrute y hartazgo de los pocos, en una palabra, las voces es de la justicia social fueron predominantes en los ecos de la propaganda política.» [26]

Jorge M. Farinacci Fernós manifiesta que para los últimos años de existencia del Partido:

«El socialismo del Partido Socialista, más que la adhesión a una ideología internacional desarrollada por teóricos, era la consecuencia lógica de una defensa férrea, al menos conceptualmente, de los intereses de la clase del pueblo trabajador. Ello no quiere decir que el Partido Socialista no recurriese a la terminología asociada a la ideología socialista… El concepto del ‘socialismo’ también fue utilizado por la delegación socialista [de la Convención Constituyente] para diferenciarse de los demás partidos y reclamar una afinidad mayor con la clase trabajadora. El Partido Socialista no era una organización de corte marxista…[27] Pero es innegable su fuerte retórica anticapitalista y clasista… Esa retórica clasista vino acompañada de una retórica reaccionaria antinacionalista que mantendría al Partido Socialista más en el campo de la democracia liberal burguesa que en el socialismo revolucionario.» [28]

Además, el Partido Socialista en 1951, según Farinacci, propuso algunas ideas de avanzadas para la Constitución estatal, que son las siguientes: “Propuso la elección popular de los jueces, modelo empleado en varios estados de los EEUU, como parte integral de democratización de la sociedad”.[29] “Reyes Delgado propuso una enmienda para requerir unanimidad para declarar inconstitucional una ley que afecte derechos de propiedad”.[30] “El Partido Socialista se opuso a la pena de muerte”.[31] Y “los socialistas defendieron firmemente la separación de Iglesia y Estado, y apoyaron la prohibición de sostener con fondos públicos a escuelas sectarias”.[32]  

El escritor José Rivera Caballero explica que el socialismo boricua de principios del siglo XX tenía dos bandos: el revolucionario y el reformista. El primero defendía en acabar con el capitalismo a través de la vía revolucionaria.[33] El segundo era más heterogéneo en el cual se dividía en dos sectores: el radical que creía el abolir el capitalismo por medio de reformas democráticas, que en esta sección estaba el grupo de Afirmación Socialista.[34] El otro grupo que creía en mejorar las condiciones de los obreros dentro del sistema capitalista, era lo que el autor cataloga como reformistas economicistas.[35]

Rivera Caballero establece que el programa inicial de los socialistas tenía reformas radicales. Creían que el capitalismo era la fuente de todos los males, pero entendían que no era necesario usar la revolución para poner en práctica sus ideas socialistas. Para el autor “el fin del Partido Socialista era la libertad del pueblo”. El discurso del Partido era uno en contra del sistema capitalista como enemigo de la clase obrera, pero no así a las autoridades estadounidenses ni el Congreso de Estados Unidos. El programa se enfocaba más en la parte económica.[36]

Otro tema relevante es si los socialistas apoyaban “el mantengo”. Basándose en unas palabras dictadas por Bolívar Pagán en conmemoración al Día del Trabajo en 1937 se puede decir que los socialistas apoyaban la cultura del trabajo, ya que: “Un día cuando se suspenden los trabajos para rendir culto al trabajo, que es como rendirle culto al dios de los creyentes, porque el trabajo es el que crea la vida, la actividad, la siembra, la cosecha, la riqueza, la grandeza y el progreso de los hombres y de los pueblos”.[37]

En el mismo discurso antes mencionado, Pagán menciona los logros que había obtenido la clase obrera hasta ese momento:

«Aquí ya tenemos consagrados los supremos derechos del pueblo, el sufragio universal, la libertad de la palabra, la libertad de reunión, el derecho de protesta y petición de reformas de agravios y abusos para todos, educación obligatoria y gratuita para todos, el derecho a la huelga, reglamentación humana del trabajo, legislación protectora del cuerpo humano, la salud y la vida de los trabajadores, seguro obligatorio contra enfermedades ocupacionales y accidentes del trabajo, leyes de protección humana a la mujer y al niño en la industria, el descanso semanal para todos, jornada de ocho horas de trabajo, salario mínimo para la mujer, y otras conquistas más.» [38]

Para finalizar, el senador Bolívar Pagán expresa cómo debería ser la sociedad:

«La sociedad es para la vida, el goce y la felicidad de todos, y el Estado moderno tiene que asegurar el equilibrio en esa sociedad, asegurándole a los muchos que producen, que crean y que trabajan, el mínimum [sic] del salario que sea necesario para su vida y bienestar.» [39]

Convención Constituyente – 1952

En la época de la redacción de la Constitución, los socialistas querían celebrar una convención para decidir si derrotar la Constitución; esto debido a “que el Partido Socialista no votaría favorablemente una constitución [sic] que no consagre los derechos fundamentales del pueblo. Los delegados socialistas a la Constituyente redactaron su propio proyecto de Constitución y han estado tratando de que la Constitución que se aprueba reconozca [sic] ciertos derechos sociales de los trabajadores considerados por los socialistas como indispensables en una constitución democrática”.[40]

Además, los socialistas, junto con los estadistas, sostenían:

«Que el Gobernador no debe ser electo por más de dos términos de cuatro años, cada uno, como medio para evitar el continuismo y que pueda entronizarse una dictadura… Somos creyentes fervorosos en una democracia ejercida por el voto del pueblo. Y en este país solamente podemos salvar la judicatura de las garras de una dictadura mediante la fórmula sugerida por nosotros [que los jueces fueran electos por el pueblo y no nombrado por el Gobernador de turno].» [41]

En un periódico del país se expone otras de las ideas de los socialistas en la redacción de la Constitución:

«Dos nuevos departamentos ejecutivos, el Departamento de Industria y Comercio y el Departamento de Bienestar Social son creados en el Proyecto de Constitución presentado por los socialistas… Se establece la socialización de la medicina.» [42]

Jorge Farinacci cita una exposición de Antonio Delgado Reyes en la Convención Constituyente que resume la posición socialista sobre la propiedad privada:

«Yo no soy ruso; pero si lo fuera no tendría inconveniente en aceptarlo. Yo soy americano, pero no soy americano que creo que la vaca y la yegua y el quitrín y el balde donde ordeñan las vacas valen más que el ser humano… Nosotros no somos bolcheviques. Somos socialistas. Creemos en la necesidad de nacionalizar un sinnúmero de industrias, si no [sic] todos. No hay que nacionalizar las tierras. Las tierras no pertenecen a nadie… Pero yo creo que vale más el derecho que yo tengo a circular por las calles públicas, a adorar a Dios como yo quiera, si creyera en él, a hacer uso de todas las garantías que presta al ciudadano la constitución libera de este pueblo y de cualquier otro pueblo. Eso es superior a querer yo tener el derecho absoluto de usar las combinaciones capitalistas, el derecho de propiedad, para perjudicar el bienestar social, el bienestar común. Si eso es ser comunista, pues lo soy. Si eso es ser bolchevique, lo soy y continuaré siéndolo.» [43]

Iglesias Pantín manifestó extensamente en 1939 lo siguiente sobre los logros hacia la clase obrera, sobretodo con la ayuda de los Estados Unidos:

«Hay muchos problemas en la Isla que deben ser resueltos por sus propios méritos como lo hace el Congreso, para todos los americanos en la Nación, agradeciendo sinceramente la ayuda que nos ha brindado el Presidente y el Departamento del Interior de los Estados Unidos…. [el deseo del pueblo y de la legislatura del país es] una reducción sustancial en el absentismo, la necesidad de mejorar las condiciones de vida del pueblo, la necesidad de aumento de los recursos y alimento para mejorar las condiciones de los trabajadores agrícolas e industriales, y todo los problemas deben ser resueltos con ideales americanos… Puerto Rico fué [sic] ayudado generosamente en su economía por el presidente Roosevelt… Puerto Rico debe sentirse seguro que la protección de los Estados Unidos representa la mejor garantía para el desarrollo y progreso de nuestro pueblo. Tenemos nuestros problemas humanos que son de carácter social y económico, y fundamentales para nuestro país, y una solución, a manera de un remedio eficaz debe venir finalmente de una acción conjunta del Congreso en la misma manera en que la solicitan los Estados [sic] que se haga por la Nación.» [44]

Santiago Iglesias Pantín, en 1939, manifestó los logros de la clase obrera. Por ejemplo, que la mayoría de los menores de edad no estaban en la fuerza laboral en la industria del azúcar, la ley de compensación a los proletarios, aumentó el nivel de vida de los trabajadores boricuas entre otros. Según Iglesias los obreros de Puerto Rico estaban mejor que otros trabajadores en muchos de los otros estados de los Estados Unidos de América. Además, Iglesias mencionó que los puertorriqueños gozaban “de todos los privilegios de la democracia”.[45]

En este atrículo se recapituló el tipo de ideario del Partido Socialista. Los socialistas eran reformistas, que en estos tiempos se asemejan más a los socialdemócratas. La socialdemocracia permite el libre mercado y la propiedad privada, pero con gran intervención del Estado en la distribución de la riqueza. Por lo tanto, el Partido Socialista era uno de centro-izquierda y creyente en el proceso democrático. Por ende, no era comunista ni creía en la revolución o en un socialismo radical. Aunque algunos líderes socialistas mencionan a Carlos Marx en sus discursos, por ejemplo, Bolívar Pagán[46], pero no quiere decir que apoyaban los gobiernos comunistas que surgirían en décadas posteriores. Además, Iglesias dio un discurso en el Ateneo elogiando a la Revolución Rusa y a Lenin, que se convirtió en uno de los discursos más radicales del líder obrero. Pero, en esos momentos, desconocía qué iba a suceder en lo que se convertiría en la dictadura de la futura Unión Soviética.[47]


Bibliografía

Fuentes primarias

El Imparcial

El Mundo

La Correspondencia

Fuentes secundarias

Carreras, Juan Santiago Iglesias (su vida, su obra, su pensamiento) (Puerto Rico: Editorial Club de la Prensa, 1970).

Córdova, Gonzalo Resident Commissioner: Santiago Iglesias and his times (Río Piedras, Puerto Rico: Editorial de la Universidad de Puerto Rico: 1993).

Córdova, Gonzalo Santiago Iglesias: Creador del movimiento obrero en Puerto Rico (Puerto Rico: Editorial Universitaria, 1980).

Farinacci, Jorge La Constitución obrera de Puerto Rico: el Partido Socialista y la Convención Constituyente (Puerto Rico: Ediciones Huracán, 2015).

Pagán, Bolívar El sufragio femenino (estudio jurídico) (Puerto Rico: n.p., 1924).

Pagán, Bolívar Historia de los partidos políticos puertorriqueños (1898-1956) Tomo I (San Juan, Puerto Rico: Academia Puertorriqueña de la Historia, 1972).

Pagán, Bolívar Ideales en marcha. Discursos y artículos (Puerto Rico: Biblioteca de Autores Puertorriqueños, 1939). 

Pagán, Bolívar Partido Socialista, séptima convención regular (Puerto Rico: n.p., 1928).

Silvestrini, Blanca y Luque de Sánchez, María Historia de Puerto Rico: trayectoria de un pueblo 1ra ed. (Puerto Rico, Ediciones Cultural Panamericana, 1991).

Rivera Caballero, José De lobos a corderos, Afirmación Socialista y la disidencia interna del Partido Socialista de Puerto Rico (Self-published, n.p., 2016).

Taller de formación política La cuestión nacional: el Partido Nacionalista y el movimiento obrero puertorriqueño (Puerto Rico: Ediciones Huracán, 1982).


NOTAS:

[1] Bolívar Pagán. Historia de los partidos políticos puertorriqueños (1898-1956). Tomo I. (San Juan, P.R.: Acá-demia Puertorriqueña de la Historia, 1972), 170-171.

[2] “El Partido Socialista no se fundó para entregarlo a la corrupción”, El Mundo, 17 de julio de 1939.

[3] “Discurso pronunciado por el Sr. Nicolás Nogueras Rivera”, El Mundo, 18 de julio de 1939.

[4] Gustavo Palés Matos, “El Partido Socialista y la Coalición”, El Mundo, 20 de mayo de 1938.

[5] Gónzalo Córdova, Resident Commissioner Santiago Iglesias and his times (Río Piedras, P.R.: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1993), 141.

[6] Ibid., 144.

[7] “El seudo-socialismo de Pto. Rico”, La Correspondencia, 10 de agosto de 1917.

[8] Jorge Farinacci, La Constitución obrera de Puerto Rico. El Partido Socialista y la Convención Constituyente (Puerto Rico: Ediciones Huracán, 2015), 47.

[9] Bolívar Pagán, Historia de partidos…, 195-196.

[10] Ibid., 52-53.

[11] Benjamin Ortiz, “El socialismo en Puerto Rico”, El Mundo, 4 de mayo de 1937.

[12] Taller de formación política, La cuestión nacional: El Partido Nacionalista y el movimiento obrero puertorriqueño (Puerto Rico: Ediciones Huracán, 1982), 83.89.

[13] Ibid., 94-95.

[14] Ibid., 80.

[15] José R. Rivera Caballero. De lobos a corderos, Afirmación Socialista y la disidencia interna del Partido Socialista de Puerto Rico. (Self-published: n.p., 2016), 19.

[16] Ibid., 196.

[17] Blanca Silvestrini y María Luque de Sánchez. Historia de Puerto Rico: Trayectoria de un pueblo. 1ra ed. (Puerto Rico: Ediciones Cultural Panamericana, 1991), 410.

[18] Bolívar Pagán, El sufragio femenino (estudio jurídico), (San Juan, P.R.: n.p., 1924), 3.

[19] Ibid., 9.

[20] “El comisionado Iglesias espera que se extienda a la Isla”, El Mundo, 5 de febrero de 1939.

[21] “El senador Fiz es partidario del Departamento de Bienestar Social”, El Mundo, 29 de febrero de 1936.

[22] Juan Carreras, Santiago Iglesias Pantín (su vida, su obra, su pensamiento) (Puerto Rico: Editorial Club de la Prensa, 1970), 40-42.45.

[23] Ibid., 141.

[24] Gonzalo Córdova, Santiago Iglesias: Creador del movimiento obrero de Puerto Rico (Puerto Rico: Editorial Universitaria, 1980), 50.

[25] Bolívar Pagán, Partido Socialista, séptima convención regular (Puerto Rico, n.p., 1928), 15-170.

[26] Bolívar Pagán, Ideales en marcha. Discursos y artículos (Puerto Rico, Biblioteca de Autores Puertorriqueños, 1939), 125.127.131-132.

[27] En el Taller de Formación Política (1982) plantea que en algunas ocasiones, muchos de los líderes socialistas apoyaban ideas revolucionarias, como algunas expresiones de Iglesias Pantín apoyando a los soviets. Pero su visión de los soviets fueron unas organizaciones que derrotaron al antiguo aparato estatal, ero eran organizaciones económicas como lo eran los sindicatos. (Ibid., 90-92)

[28] Ibid., 120.124-126.

[29] Ibid..., 204.

[30] Ibid…, 208-209.

[31] Ibid., 214.

[32] Ibid., 215.

[33] Se crearon dos partidos de este bando: Partido Comunista y Partido Comunista Independiente. 

[34] Agrupación que surgió dentro del Partido Socialista.

[35] José R. Rivera Caballero. De lobos a corderos…, 4.

[36] Ibid., 48-50.

[37] Bolívar Pagán, Ideales en marcha…, 175.

[38] Ibid., 179-180.

[39] Ibid., 181.

[40] “Socialistas quizás celebren convención”, El Mundo, 20 de noviembre de 1951.

[41] “Socialistas denuncian dictadura y ausencia de un Senado fuerte”, El Imparcial, 1 de diciembre de 1951.

[42] “Proyecto minoría socializa medicina”, El Imparcial, 1 de diciembre de 1951.

[43] Ibid., 154-155.

[44] “Declaraciones de Iglesias con motivo del 1ro de mayo”, El Mundo, 1 de mayo de 1939.

[45] “Iglesias habla de las conquistas de los trabajadores”, El Mundo, 12 de febrero de 1939.

[46] Bolívar Pagán, Ideales en…, 214.

[47] Gónzalo Córdova, Resident Commissioner…, 147.

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Author: Ramón J. Amador Vélez

Reside en Quebradillas, Puerto Rico. Tiene un bachillerato en educación secundaria en Historia de la Universidad Interamericana en San Germán. Además, posee una maestría en historia en la Universidad Interamericana, recinto Metropolitano. Es maestro de historia de séptimo y octavo grado en Hatillo. Está afiliado a Democratic Socialists of America y a Our Revolution. Es miembro del Movimiento Victoria Ciudadana, la red de descolonización, la red de género y lgbttq, la red autónoma anticapitalista y de la red autónoma estadista de dicho movimiento. También es comisionado electoral del MVC en Quebradillas.