El optimismo necesario ante un nuevo año de luchas sindicales

En días recientes, en un foro auspiciado por la Casa de Estudios Sindicales, la compañera presidenta de la Federación de Maestros, Mercedes Martínez Padilla, presentó una recopilación de los logros alcanzados, en medio de la crisis que vive el país,  por los sindicatos que se agrupan bajo el Chat 1ro de Mayo. La extensa relación hecha por la compañera Martínez Padilla tenía como objetivo demostrar la capacidad de los gremios para alcanzar victorias y conquistas,  aún bajo  las más difíciles circunstancias. Este es el optimismo que se hace necesario proyectar a nuestras matrículas para generar confianza y esperanza en la construcción del mejor país al que todos y todas legítimamente aspiramos, mientras mejoramos nuestros salarios y condiciones de trabajo en cada taller.

Con la llegada de un nuevo año, los sindicatos debemos planificar y organizar nuestro quehacer para sobreponernos a las duras circunstancias que prevalecen en el país y emprender, con el mayor entusiasmo,  la nueva jornada que trae consigo el nuevo año. Como certeramente nos señalaba un amigo y compañero de estas luchas en una nota que nos remitía recientemente, “no es correcto proponernos echar hacia atrás la rueda de la historia. Es importante y necesario visualizar un mundo mejor, planificar para un futuro mejor y trabajar para unas mejores condiciones de vida y trabajo para la clase trabajadora”.

Estamos plenamente convencidos de que en Puerto Rico hay condiciones para hacer avanzar nuestro Proyecto para un Mejor País. En la realidad que prevalecerá en la administración gubernamental a partir del mes de enero, donde participan nuevos integrantes políticos, será imprescindible el mayor consenso entre los protagonistas sociales para poder adelantar la agenda gubernamental. Esta realidad abre un amplio espacio de oportunidades al movimiento obrero para promover e impulsar los cambios a los cuales aspira la clase trabajadora. Demostrar nuestra creatividad y evidenciar nuestra capacidad organizativa y de movilización,  es nuestro mayor reto. 

Hay que profundizar el consenso que hemos alcanzado en esta dirección. El mismo tiene que orientarse hacia la cristalización de las metas establecidas. Tenemos que superar la pequeñez de priorizar únicamente en nuestras metas individuales, dejando rezagado el proyecto que nos une y que a la vez nos permite proyectar efectivamente el compromiso que tenemos con nuestro pueblo. Es hora de demostrarnos a nosotros mismos la capacidad que poseemos para trabajar y ser exitosos en la consecución de los objetivos de cada gremio, contando con la acción solidaria de todos, y en la construcción del mejor país que todos necesitamos.

Es necesaria a nuestra lucha romper con el insularismo que muchas veces nos acompaña. No es tan solo en Puerto Rico donde la estructura gubernamental ha cambiado significativamente. También ha ocurrido un cambio sustancial en nuestros vecinos de los Estados Unidos. La resistencia y la militancia de amplios sectores sociales de dicho país, históricamente marginados, negros, asiáticos, latinos y blancos pobres norteamericanos, así como sus sectores más liberales,  se han movilizado para remover de la presidencia y del gobierno a los llamados supremacistas blancos,  representantes del gran capital. 

Conscientes de que no es una revolución en su sentido más profundo, los trabajadores norteamericanos han dado un paso de avance al estremecer las bases del conservadurismo neoliberal que prevalece en dicho país. Los sindicatos que representan a estos trabajadores, con los cuales muchos de nosotros mantenemos relaciones, están llamados a despertar de la modorra que los ha acompañado en los pasados años y actuar bajo los signos de los tiempos, retomando el protagonismo que los caracterizó en el pasado.  Al igual que nosotros, no tenemos la menor duda de que serán arrollados por sus matrículas, si no asumen el papel protagónico que la nueva realidad demanda y propicia.

A nivel global hay un clamor general para que el amanecer del día siguiente de la pandemia no sea más de lo mismo que ha estado viviendo la clase trabajadora bajo la terrible sombra del signo neoliberal. Hay un reclamo universal para un cambio radical en las relaciones de producción dirigido a reducir al máximo la brecha de desigualdad que hoy persiste con una mejor distribución de la riqueza, el uso de la tecnología para mejorar las condiciones de trabajo-no desplazar trabajadores-, y promover un desarrollo económico sustentable donde el ambiente tenga la posibilidad de recuperarse del daño recibido.

Puerto Rico no puede ser la excepción en esta nueva jornada de cambio. El sindicalismo puertorriqueño, amenazado y condenado a desaparecer por la Junta Dictatorial que verdaderamente gobierna el país, tiene ante si el gran reto histórico de derrotar este modelo dictatorial de gobernanza asentado en el más rancio neoliberalismo. Como representantes de la clase mayoritaria del país, los sindicatos tenemos también la responsabilidad de promover y dirigir los cambios estructurales y gubernamentales que le permitan a todo el país reencontrar la ruta de un progreso económico, político y social sostenible, equitativo y permanente que nos merecemos . Rechazar esta gran responsabilidad es negarnos a asumir el papel que nos corresponde. Mantengamos al más alto nivel nuestro optimismo y la confianza en nuestra capacidad de luchar y vencer. 

El video del foro “Retos Sindicales ante los Resultados Electorales” lo puede ver en la página de Facebook de la Casa de Estudios Sindicales

Author: Erasto Zayas Nuñez

Erasto Zayas Núñez nació en el pueblo de Santa Isabel, PR el 7 de septiembre de 1949. Realizó estudios en las escuelas públicas del país y los universitarios en la UPR Recinto de Río Piedras y la Universidad Católica de Ponce. Casado, tiene cinco hijos y es el feliz abuelo de cuatro nietos. Escribe cuentos, poesía y durante dos décadas publicó una columna de opinión en el semanario El Oriental. Ligado al movimiento obrero en su capacidad de comunicador por más de medio siglo, se desempeñó como administrador de la Unión General de Trabajadores. Es uno de los fundadores de la Casa de Estudios Sindicales e integrante de su Junta de Directores.