La Izquierda y el Movimiento Victoria Ciudadana

Por décadas, la izquierda puertorriqueña operó en dos espacios fundamentales. Primero, en organizaciones pequeñas de cuadros que abiertamente impulsaban el socialismo y la independencia. Esto núcleos organizativos llevaban a cabo actividades de militancia y protesta, desarrollaban la formación política de sus integrantes, y publicaban sus propuestas en periódicos, revistas y boletines, entre otros trabajos necesarios como parte de su estrategia política. Segundo, en frentes de masas que permitían a los(as) cuadros socialistas insertarse en las luchas populares, como sindicatos, grupos estudiantiles, ambientalistas, feministas y comunitarios, entre otros. De esta manera, se aspiraba a construir una relación simbiótica entre organización-frentes. 

En dichos frentes, la izquierda coexiste con otros sectores ideológicos. En cuanto al tema del status, coexiste con trabajadores estadistas, estudiantes autonomistas y dirigentes comunitarios que no apoyan la independencia o el socialismo. La izquierda nunca condicionó su participación en espacios sindicales como la UTIER o la FMPR, estudiantiles como los frentes contra la privatización o alza en la matrícula, o feministas como la Coalición 8 de marzo a que estos espacios fuesen explícitamente socialistas o apoyaran la independencia en Puerto Rico.

Todo lo contrario, abrazábamos estas contradicciones. Primero, porque el norte principal era llevar a cabo trabajo político con la clase trabajadora, sectores populares y movimientos de lucha. Estábamos dispuestos y dispuestas a trabajar al interior de estos espacios, precisamente, porque la unidad del pueblo trabajador es un objetivo estratégico de la izquierda socialista. Segundo, porque una de las labores de toda organización de izquierda al interior de un frente de masas es, respetando su necesaria autonomía, diversidad y vida propia, impulsar propuestas socialistas que tiendan a radicalizar a dichos sectores, incluyendo abogar por la independencia y el socialismo.

Desafortunadamente, la izquierda ha sido incapaz históricamente de aplicar esta táctica básica al entorno electoral. De momento, exigimos una pureza ideológica en el ámbito electoral que no requerimos en el área sindical, estudiantil, feminista o ambientalista, entre otros.

Las experiencias electorales de la izquierda socialista puertorriqueña se pueden dividir en cuatro: (1) abstención, (2) apoyo externo a una fuerza separada, (3) participación directa de la organización socialista y (4) participación a través de un frente amplio.

La abstención puede ser categórica o coyuntural. De ordinario, quienes plantean la abstención de forma categórica lo hacen desde posiciones nacionalistas, las que son incompatibles con un análisis socialista. Históricamente, tanto en Puerto Rico como en el resto del mundo, las y los socialistas han adoptado una posición táctica frente el asunto electoral. Por ejemplo, si se concluye que se está viviendo una situación pre-revolucionaria, es posible que se entienda que participar en las elecciones organizadas por el sistema vigente sea una táctica indeseada.

Las otras tres opciones parten de la premisa de la viabilidad y deseabilidad de la participación electoral en determinada coyuntura. En cuanto a la participación directa, el ejemplo más evidente en nuestro país fue la participación del Partido Socialista Puertorriqueño (PSP) en las elecciones de 1976 y 1980 bajo su propia insignia y programa abiertamente marxista-leninista. Desde 1980, ninguna organización socialista de cuadros ha participado directamente en el proceso electoral.

Las dos opciones restantes han definido la conducta electoral de la izquierda puertorriqueña durante las últimas cuatro décadas. En ocasiones, se ha optado por un apoyo crítico y externo al Partido Independentista Puertorriqueño (PIP). Los ejemplos más marcados de este fenómeno fueron las elecciones de 1988 y de 2000. Una pregunta importante sería averiguar por qué se llevó a cabo dicho apoyo. ¿Fue por consideraciones nacionalistas, toda vez que el PIP es un partido abiertamente independentista? ¿Fue por consideraciones socialistas, toda vez que el PIP es un partido explícitamente socialdemócrata con un programa con propuestas anti-neoliberales?

Más recientemente, un sector de la izquierda socialista ha optado por participar en las elecciones a través de un espacio amplio que trascienda el propio movimiento socialista. Un ejemplo más limitado de este fenómeno fue la candidatura independiente de Neftalí García al Senado por Acumulación en 1992 y 1996 bajo los auspicios del Movimiento Amplio de Pueblo (MAP). El MAP no era abiertamente ni independentista ni socialista, aunque evidentemente impulsaba propuestas anti-neoliberales y de izquierda.

Posiblemente el ejemplo más concreto de esta táctica fue la participación del Partido del Pueblo Trabajador (PPT) en las elecciones de 2012 y 2016. El PPT no era una subsidiara ni un apéndice del Movimiento al Socialismo (MAS), pero indudablemente el MAS era uno de los principales motores político-organizativos del PPT. No obstante, el PPT se diseñó como un instrumento independiente y amplio de la clase trabajadora. Si bien no adoptó un programa explícitamente socialista o independentista, sí tenía un firme compromiso con los intereses de la clase trabajadora y las propuestas anti-neoliberales. 

Precisamente, uno de los objetivos del PPT era proveer un espacio político-electoral para toda la clase trabajadora. Esto incluía, necesariamente, trabajadores y trabajadoras que no se identificaban con el ideal independentista o socialista. La unidad e independencia de la clase trabajadora eran de vital importancia para el proyecto del PPT. Su programa anti-neoliberal y su visión de clase suponían una ruptura total con el bipartidismo neoliberal y privilegiaba la unidad de clase sobre la unidad independentista. Es decir, se apoyaba en una propuesta socialista y no nacionalista. Finalmente, cabe mencionar que el PPT, aunque se concebía como un partido amplio de la clase trabajadora, aspiraba a cierta cohesión ideológica y organizativa interna. No era un frente amplio con una diversidad interna sustancial.

Entonces llegó el Movimiento Victoria Ciudadana. 

A continuación, nos enfocamos en dos asuntos principales: ¿Qué es y qué no es el MVC? ¿Cuál debe ser la postura de la izquierda socialista frente al MVC?

Insisto, esta discusión no conlleva abandonar nuestras creencias socialistas o independentistas. Para eso está el primer nivel de operación: la organización socialista. Aquí nos estamos enfocando en el segundo nivel: el frente de masas, solo que, en este caso, en vez del plano sindical o estudiantil, estamos ante un frente de corte político-electoral. La lucha por la independencia y el socialismo se hace principalmente a través de los trabajos que lleva a cabo la organización socialista y, en el caso de Puerto Rico, tal vez conlleve la creación eventual de un frente de masas adicional: el Frente de Liberación Nacional.

¿Qué es el MVC para la izquierda?

La mejor evidencia de que uno está en un frente amplio es cuando cada integrante del frente propone una definición distinta sobre lo que es. Esto ocurre en el MVC. Propongo caracterizar al Movimiento Victoria Ciudadana como un frente amplio progresista y anti-neoliberal y no una organización política propiamente. Esto tiene dos importantes consecuencias.

Primero, aclara la relación organización-frente. Es decir, evita que confundamos el frente amplio con la organización socialista: necesariamente operan en dimensiones distintas. Comparar al MVC con el MST es como comparar al SPT con CODEMI o el PIP con el EPB.[1] Simplemente tienen naturalezas distintas y operan en espacios separados. No son mutuamente excluyentes. Por el contrario, se complementan.

En un frente amplio participan distintas corrientes y proyectos. La izquierda socialista, incluyendo sus organizaciones, puede participar al interior del frente amplio sin perder su identidad político-organizativa, de la misma manera que una organización socialista no pierde su identidad propia cuando participa de Todo Puerto Rico con Vieques, el Comité Amplio de Organizaciones Sindicales y Sociales (CAOSS) durante la lucha contra la venta de la Telefónica o el Comité Universitario Contra el Alza (CUCA) durante la huelga estudiantil de 2005.

Segundo, aclara su naturaleza pluralista en el plano ideológico. Precisamente por operar en un plano conceptual distinto, el frente amplio no va a ser explícitamente revolucionario: para eso están las organizaciones socialistas que tienen una existencia separada. Lo mismo ocurrió, por ejemplo, con el CUCA en la huelga del 2005. El CUCA funcionaba como un frente de masas que luchaba contra la privatización; le correspondía a las organizaciones socialistas (1) impulsar sus posiciones y propuestas al interior de ese frente –respetando su autonomía y diversidad- y (2) impulsar sus posiciones y propuestas fuera del frente, llevando a cabo su propio trabajo político-organizativo.

En el MVC coexisten varias corrientes políticas: liberales, socialdemócratas, ecologistas, soberanistas, estadistas e independentistas entre otras. También participan muchas personas que se identifican con la propuesta socialista, en sus múltiples vertientes. 

Ahora bien, este mosaico ideológico tiene una convergencia programática en la “Agenda Urgente” del MVC: rechazo al neoliberalismo, a la austeridad y a la privatización; énfasis en los derechos laborales, protección ambiental, derechos de las mujeres y otros sectores oprimidos, rescate de las instituciones y espacios públicos, justicia social, equidad, ética pública y democratización gubernamental. Podemos clasificar estas ideas y propuestas como anti-neoliberales y progresistas.

En el plano ideológico, ¿cuál es la diferencia entre el MVC y el PPT o el PIP? 

En cuanto al PPT, tanto el MVC como el PPT apostaban a crear un espacio de convergencia popular, más allá de las definiciones de status, desde una perspectiva anti-neoliberal y abiertamente progresista. Ambos también apostaban a romper con el bipartidismo neoliberal. Posiblemente la principal diferencia entre el MVC y el PPT en el plano ideológico –en cuanto al plano organizativo, la diferencia era el contraste entre un frente amplio (MVC) y un partido amplio (PPT)- versa sobre el énfasis en adoptar una visión de clase. El PPT la tenía o aspiraba a tenerla; el MVC no. Esto, sin embargo, no es suficiente para negarle al MVC la caracterización como frente amplio progresista.

En cuanto al PIP, tanto el MVC como el PIP –al igual que el PPT- ofrecen un programa anti-neoliberal desde una perspectiva progresista. El PIP adopta abiertamente la categorización de socialdemócrata, como parte de su afiliación histórica a la Internacional Socialista. Si bien no adopta las mismas consignas radicales de hace varias décadas (“Independencia, Socialismo, Democracia” o “Arriba los de Abajo”) ni aspira a ser un partido con visión de clase, no hay dudas de que el programa del PIP es de naturaleza progresista y gira hacia la izquierda.

Ahora bien, como su nombre plantea, el PIP tiene como objetivo principal obtener la independencia de Puerto Rico. Evidentemente, tener la independencia como propuesta política no convierte automáticamente a una organización en nacionalista. Las organizaciones socialistas también adoptan la liberación nacional como propuesta. Pero en el caso del PIP hay dos diferencias importantes: (1) la primacía de la cuestión nacional (independencia) sobre la social (socialismo), y (2) la insistencia en la independencia como base de una propuesta electoral, a exclusión de personas que pueden coincidir con su propuesta socio-económica, pero diferir en cuanto al asunto del estatus. Esto sí plantea un acercamiento principalmente nacionalista.

Claro está, creo importante señalar que, si bien el PIP y el compañero Juan Dalmau en ningún momento negaron su adherencia firme a la propuesta independentista como parte de su candidatura, lo cierto es que escuchamos más “Patria Nueva” que “Viva Puerto Rico Libre”. Esto puede ser indicativo del reconocimiento del PIP de la sabiduría de enfatizar la parte progresista del programa en vez de su propuesta sobre la cuestión nacional.

Los soberanistas en el MVC tienen su red autónoma…

Mientras el PIP y el PPT adoptaron una estructura partidaria con cierta cohesión organizativa interna (más evidente en el PIP que en el PPT), lo cierto es que el MVC no tiene forma de partido tradicional. Su mecanismo de redes, si bien es un tanto confuso en cuanto a su relación con la toma de decisiones partidarias y el control democrático de su liderato, es cónsono con la idea de un frente amplio: diferentes fuerzas que convergen en un programa progresista, con suficiente autonomía en cuanto a su operación y trabajo organizativo. Un buen ejemplo de este fenómeno es la Red Soberanista, organismo autónomo del MVC impulsado por el Movimiento Unión Soberanista (MUS). Es decir, las personas que se identifican como soberanistas en el MVC participan del MUS fuera del MVC y de la Red Soberanista dentro de MVC. De igual manera existe una Red Estadista que promueve dicha fórmula de estatus al interior del MVC. Nuevamente, estos ejemplos son indicativos de la naturaleza del MVC como frente amplio; naturaleza que debe ser celebrada, pues permite convergencia y encuentro sin requerir monotonía ideológica o fusión organizativa, más allá de adhesión al programa del MVC y aceptación de su estructura actual.

… y los estadistas también.

¿Cuál debe ser la postura de la izquierda socialista sobre el MVC?

Si partimos de la premisa de que el MVC es un frente amplio progresista y anti-neoliberal, podemos aceptar la entera compatibilidad entre participar de una organización socialista y, a la vez, participar de un frente amplio político que no es socialista o independentista. Se trata simplemente de trasladar al ámbito político-electoral de masa la misma lógica y estrategia que utilizamos en el plano sindical, estudiantil, etc. En términos puramente organizativos, hay un espacio para la izquierda socialista en el MVC a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en el PIP, el que está organizado como partido unificado.

Por tanto, las preguntas restantes fundamentales son: (1) si el programa del MVC es compatible y cónsono con una propuesta socialista –dentro de la lógica de un frente amplio-, y (2) si vale la pena la participación de la izquierda socialista en una estructura como esta.

En cuanto a la primera pregunta, nos referimos a la discusión anterior relacionada a la naturaleza progresista y anti-neoliberal del programa del MVC, recogida en su “Agenda Urgente”. Dicho programa enfatiza los derechos laborales, la protección ambiental, el rechazo a la privatización, la austeridad y la Junta de Control Fiscal, así como el rescate de los espacios y bienes públicos desde una perspectiva de justicia social. Además, podemos hacer referencia a su compromiso con la equidad, la perspectiva de género y los derechos reproductivos de las mujeres, entre otros asuntos importantes. Entiendo que es difícil negar la naturaleza progresista de este mensaje, como punto de convergencia ideológica de varios sectores, desde liberales a socialistas, en un frente amplio y diverso.

En cuanto a la segunda pregunta, creo que solamente debemos ver los resultados electorales de las candidaturas identificadas con la izquierda al interior del MVC, incluyendo, pero sin limitarse, a personas como Mariana Nogales y Rafael Bernabe, entre otros y otras. Si bien estos compañeros y compañeras tienen un deber democrático de adelantar las propuestas del MVC como parte de su función legislativa, al interior del MVC representan una voz radical importante que gira claramente hacia la izquierda. 

Como expliqué anteriormente en un artículo publicado aquí en Rumbo Alterno, debemos ver los resultados electorales positivos del MVC –y los del PIP también- como parte del legado del proceso del “Verano de 2019”. Estamos ante un evidente desgaste del bipartidismo neoliberal y su apuesta por la austeridad. Existe un sector importante del pueblo puertorriqueño, particularmente su juventud, que se ha politizado desde una perspectiva radical, democrática y de resistencia. Esto constituye tierra fértil para la izquierda socialista. ¿Vamos a separarnos voluntariamente de estas personas que se han movilizado políticamente en oposición a la corrupción, la austeridad y el neoliberalismo, por el mero hecho de que el MVC no es socialista o independentista?

Evidentemente, hay un espacio ideológico, organizativo y estratégico para la izquierda socialista al interior del MVC. Aclaro: eso no quiere decir que debamos aspirar a “apoderarnos” del MVC o intentar convertirlo unilateralmente en una colectividad con un programa revolucionario. Por el contrario, debemos celebrar y proteger su naturaleza diversa. La lucha por el socialismo y la independencia se dirigirá principalmente desde otros espacios. Para esto están las organizaciones socialistas. Pero la participación de la izquierda socialista en MVC puede ser parte de una estrategia integrada de transformación social. Se trata de intentar en Puerto Rico lo que la izquierda ha logrado en Uruguay (Frente Amplio), Brasil (PT) y España (Unidas Podemos), entre otros muchos ejemplos.

A lo que debemos aspirar es a seguir movilizando al pueblo puertorriqueño y a impulsar nuestras ideas en todos los frentes de masas que podamos. Convencer, organizar y sumar.

Para lograr una transformación revolucionaria de la sociedad, harán falta muchos instrumentos y espacios: sindicatos, grupos estudiantiles, ecologistas y feministas, prensa obrera, formación y análisis socialista, creación de cooperativas y otras estructuras de economía social y popular, movimientos sociales movilizados y politizados, entre otros. Esto incluye también el fortalecimiento y desarrollo de un frente amplio progresista que agrupe a diferentes sectores anti-neoliberales, incluyendo la izquierda socialista. En estos momentos, ese espacio lo ocupa el MVC. Debemos encontrar la manera de participar de este, más allá de la participación individual actual de muchos y muchas socialistas.

También hará falta una organización socialista de cuadros que no sea una mera secta aislada, sino que esté estrechamente vinculada con las luchas del pueblo. Esta, desafortunadamente, no existe aún.[2] Pero, a medida que la lucha anti-neoliberal y la resistencia contra la Junta y la austeridad se fortalezcan, a medida que las nuevas legisladoras y legisladores del MVC sean efectivas, a medida que se desarrolle una prensa independiente obrera y socialista, a medida que sigamos profundizando el análisis socialista de la realidad puertorriqueña, y a medida que continuemos el trabajo político-organizativo de base con el pueblo trabajador, la creación de esa organización socialista es inevitable.


[1] Compromiso, Democracia y Militancia (CODEMI) es o era un caucus histórico al interior de la Federación de Maestros y Maestras de Puerto Rico (FMPR) impulsado, a su vez, por el Caucus de Maestros y Maestras del MST. Por un lado, CODEMI no era una organización partidaria del MST, pero tampoco era un sindicato. Usamos estos ejemplos únicamente para demostrar cómo diferentes siglas (MVC, PPT, MAS, MST, FMPR, CODEMI, PIP, EPB etc) existen en planos políticos distintos y no se cruzan necesariamente.

[2] Esto no quita que actualmente existan núcleos organizativos socialistas haciendo trabajo importante. Pero, en todo caso, su impacto es ínfimo. Quisiera pensar que nadie está satisfecho(a) con el estado organizativo actual de los proyectos socialistas en Puerto Rico.

Author: Jorge Farinacci Fernos

Abogado laboral y Catedrático Asociado en la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico. Fue militante del Movimiento al Socialismo (MAS) y candidato a la Legislatura Municipal de San Juan por el Partido del Pueblo Trabajador (PPT) en el 2016. Actualmente es integrante de la Red Anticapitalista del Movimiento Victoria Ciudadana.