Es hora de los trabajadores y trabajadoras pedirle cuentas al bipartidismo

Las campañas primaristas constituyen un anticipo de lo que se puede esperar en la campaña hacia las Elecciones Generales del país. Con los matices propios de estar hablándole a sus correligionarios, los candidatos hacen sus promesas partiendo de lo que será el Programa de Gobierno que le presentarán al país con miras a retener o alcanzar la administración gubernamental en el próximo cuatrienio.  Los trabajadores debemos tener los ojos bien abiertos y la mente clara para tomar las decisiones electorales que la realidad demanda, si es que la Comisión Estatal de Elecciones logra demostrar estar en capacidad de desarrollar su trabajo dejando atrás la gran desconfianza que al día de hoy prevalece sobre su desempeño. 

En el corto tramo de la campaña primarista que va desarrollándose el bipartidismo no da muestras de una atención especial a los problemas reales que enfrenta la clase trabajadora puertorriqueña. Tanto el Partido Popular Democrático (PPD), como el Partido Nuevo Progresista (PNP), han centrado sus esfuerzos en la proyección de la personalidad de sus candidatos a los puestos electivos. Esto ha dado lugar a las tradicionales acusaciones para demostrar quién es peor de los dos en controversia, la insistencia en el vota por mi, y muy poca sustancia en las propuestas al elector. Tan desafortunada ha sido la campaña primarista del bipartidismo hasta el presente que los analistas de radio y televisión tienen que hacer malabares para llenar el tiempo en sus programas.

La clase trabajadora debe tener muy presente a la hora de tomar sus decisiones de a quienes lleva a la dirección del país para los próximos años tomando como referencia el papel que ha jugado cada candidato a cada puesto al tomar posición ante las siempre mal llamadas Reformas Laborales que se han impuesto en el país y el efecto que han tenido en sus vidas. También es importante considerar la posición que han mantenido dichos candidatos ante las arbitrarias medidas impuestas por la Junta que realmente gobierna el país.

Tanto los trabajadores y trabajadoras del sector público, como los del sector privado, deben sopesar el impacto que han tenido sobre sus vidas las políticas administrativas y legislativas de impacto laboral que se han aprobado durante el pasado cuatrienio, así como el efecto acumulativo de lo que ambas administraciones bipartidistas históricamente han puesto en vigor. 

Es esencial que se evalúe el nivel de responsabilidad que ambas formaciones políticas tienen en la alta incidencia criminal, la falta de vivienda adecuada, el deterioro de la calidad de vida, los altos impuestos, el alza en el costo de vida, los bajos salarios, la incompetencia gubernamental, el gran déficit democrático generado por la ominosa presencia de una Junta que actúa dictatorialmente, la corrupción, el incremento de los niveles de pobreza y desigualdad social, los malos servicios de salud, la ausencia de un plan de desarrollo del país, factores éstos que se señalan a diario como los más agobiantes de la crisis en que vivimos.

Los trabajadores tampoco podemos dejar de considerar todo lo que el bipartidismo ha hecho para desarticular la organización sindical de los trabajadores y de todas aquellas otras instancias organizativas en las que el pueblo trabajador encuentra apoyo para defender sus derechos, procura mejorar su calidad de vida o canaliza sus legítimas aspiraciones de cambio en su realidad. No hay que olvidar tampoco el papel colaborativo que han tenido los integrantes del bipartidismo en la decisión de la Junta de recortar las pensiones, eliminar los Sistemas de Retiro y llevarnos a la miseria al final de nuestra jornada.

Los trabajadores y las trabajadoras somos la fuerza que produce la riqueza que se genera en el país. Somos la pieza fundamental para la construcción del presente y el futuro de nuestro país. Desde esa posición central en nuestra sociedad tenemos todo el derecho de pedirle cuentas a los que nos han gobernado y nos han colocado en el estado de precariedad en que hoy nos encontramos. Por esta ocasión queremos que cada candidato a ocupar un puesto en la administración pública del país nos diga, con la mayor claridad, cuál es su compromiso con los trabajadores y trabajadoras del sector público y cuál es su compromiso con los trabajadores y trabajadoras del sector privado de la economía. Es hora de ponerle punto final a la retórica vacía de contenido y poner sobre la mesa las alternativas que se tienen para la transformación real que demanda nuestro país. Así lo exige el pueblo trabajador.

Author: Erasto Zayas Nuñez

Erasto Zayas Núñez nació en el pueblo de Santa Isabel, PR el 7 de septiembre de 1949. Realizó estudios en las escuelas públicas del país y los universitarios en la UPR Recinto de Río Piedras y la Universidad Católica de Ponce. Casado, tiene cinco hijos y es el feliz abuelo de cuatro nietos. Escribe cuentos, poesía y durante dos décadas publicó una columna de opinión en el semanario El Oriental. Ligado al movimiento obrero en su capacidad de comunicador por más de medio siglo, se desempeñó como administrador de la Unión General de Trabajadores. Es uno de los fundadores de la Casa de Estudios Sindicales e integrante de su Junta de Directores.