El derecho de los pueblos a la autodeterminación

El derecho de los pueblos a la libre determinación, es decir, el derecho a la autodeterminación de los pueblos, hasta la independencia, es una reivindicación democrática, no socialista. Esto significa que es teóricamente compatible con el sistema capitalista. En realidad, sin embargo, este derecho es violado todos los días por las clases dominantes de todos los rincones del mundo, empezando por las burguesías de las grandes potencias imperialistas.

Por ejemplo, este “derecho” del pueblo iraquí fue ahogado en sangre en 2003, cuando Irak fue invadido por el ejército más poderoso del mundo, el de Estados Unidos. Hoy en día, muchos pueblos se ven privados constante y brutalmente del derecho a la libre determinación, incluidos, por ejemplo, los pueblos palestino, kurdo y cachemiro.

Al mismo tiempo, las burguesías utilizan el “derecho a la autodeterminación”, es decir, lo utilizan como pretexto, para justificar sus acciones reaccionarias. Hoy, la OTAN pretende armar, financiar y asesorar al ejército ucraniano en nombre de la “soberanía nacional” de Ucrania. Es una mentira descarada que pretende ocultar el verdadero objetivo (imperialista) de la OTAN: debilitar a Rusia. Por su parte, contrariamente a lo que afirma, Putin no tiene nada que ver con el derecho a la autodeterminación de las poblaciones de habla rusa del Donbass. Evoca este derecho solo para ocultar sus verdaderos objetivos: la defensa de los intereses de la oligarquía capitalista rusa. La guerra en Ucrania es reaccionaria de ambos lados, y el derecho de los pueblos a la autodeterminación no es el verdadero problema; solo figura como un elemento de propaganda.

Desafortunadamente, no es raro que las organizaciones de izquierda caigan ante la propaganda imperialista. Así pues, en nombre de la “soberanía de Ucrania”, el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) critica al imperialismo francés por… ¡no enviar suficientes armas al gobierno ucraniano!

Lenin sobre la cuestión nacional

Fue Lenin quien desarrolló de manera más brillante la posición marxista sobre esta cuestión. Dentro de los límites de este breve artículo, es imposible resumirlo.[1]  Nos limitaremos a subrayar una idea fundamental.

Sobre la cuestión nacional, Lenin explicó que la posición de los marxistas es esencialmente negativa: debemos luchar contra cualquier forma de opresión nacional, pero está fuera de discusión apoyar (positivamente) la propaganda y las actividades nacionalistas de las burguesías de pueblos oprimidos, porque todas las burguesías defienden primero sus intereses de clase. La posición marxista nunca es nacionalista; siempre es internacionalista. Pone en primer plano los intereses de clase de los trabajadores de todo el mundo, y tiene como objetivo fortalecer su unidad en la lucha contra el capitalismo.

Para ilustrar su posición, Lenin hizo una analogía entre el derecho a la autodeterminación de los pueblos y el derecho al divorcio. Ningún matrimonio puede ser libre sin el derecho al divorcio. El derecho al divorcio es un derecho democrático fundamental. Sin embargo, ¡no proponemos luchar por la disolución de todos los matrimonios! Asimismo, el derecho a la autodeterminación de los pueblos no significa que los marxistas militen sistemáticamente por la independencia, en un Estado-nación separado, de todos los pueblos, en todas las circunstancias. La posición que tomamos los marxistas está subordinada, en cada caso concreto, a los intereses objetivos de la clase obrera mundial.

Tomemos un ejemplo concreto. Antes de la Revolución Rusa, Finlandia estuvo anexada al Imperio ruso. En 1917, llegó al poder un gobierno socialista y proclamó la independencia del país. Esta fue reconocida por el gobierno bolchevique. Sin embargo, en enero de 1918 estalló una guerra civil entre los contrarrevolucionarios finlandeses (los “blancos”) y los “rojos” del gobierno socialista. Los blancos sostenían el estandarte de la independencia nacional, mientras que los rojos se orientaban hacia la unión con la República Soviética Rusa. Los blancos ganaron la guerra civil, sobre todo gracias al apoyo del imperialismo alemán. La “independencia” de Finlandia se logró masacrando a miles de trabajadores y campesinos pobres. Decenas de miles más fueron encarcelados u obligados a exiliarse. Así, la consigna de la independencia de Finlandia adquirió un carácter completamente reaccionario cuando se dirigió contra la Revolución Rusa y la clase obrera finlandesa.

[1] Lea en particular, de Lenin, sus Tesis sobre la cuestión nacional (1913), sus Notas críticas sobre la cuestión nacional (1913) o La revolución socialista y el derecho de las naciones a la autodeterminación (1916).

Fuente: Révolution
Traducción: Rumbo Alterno

Author: Révolution (CMI-Francia)

Sección francesa de la Corriente Marxista Internacional (CMI).