La lucha por la Legislatura en el 2024: reimaginando los resultados electorales del 2020

En este escrito analizamos dos supuestos hipotéticos: (1) ¿Cuál hubiera sido el resultado de las elecciones legislativas en el 2020 si hubiese habido una alianza entre el MVC, PIP y otras candidaturas afines? y (2) ¿Qué hubiese ocurrido si el bipartidismo solamente hubiese nominado cinco (5) candidatos(as) por acumulación por partido para cada cámara legislativa, en vez de seis (6)?

De entrada, tenemos que hacer varias salvedades.

Primero, la política y los eventos electorales no son meros ejercicios matemáticos. No se trata de simplemente quitar aquí y poner allá como si se tratase de números fijos. La política y los eventos electorales son altamente dinámicos y fluidos. Por tanto, cualquier lección que podamos extraer de un análisis hipotético de eventos pasados es puramente ilustrativo y no supone conclusiones certeras.

Segundo, existen otras variables impredecibles en los ejercicios electorales.

Por un lado, existe el llamado efecto multiplicador, que plantea la posibilidad de que, en la combinación de dos o más fuerzas, el resultado final puede ser mayor que la suma de las partes. Este fenómeno responde a que pueden existir terceros(as) –en este caso, electores(as)- que tal vez no hubiesen votado separadamente por una de las candidaturas individuales, pero que lo harían por el entusiasmo causado por la concertación lograda. En estos escenarios, dos colectividades que acumulan 100,000 votos cada una podrían obtener más de 200,000 al acordar una candidatura única entre ellas. Un potencial ejemplo de este fenómeno sería el que se lograra identificar una candidatura de consenso para a Gobernación. En el 2020, el MVC y el PIP –sumados- obtuvieron 353,667 votos (27.53%), aproximadamente 50,000 votos menos que el candidato del PPD. Una candidatura unificada, con el entusiasmo que ello genera, podría trascender esa suma como consecuencia del efecto multiplicador. No es irrazonable plantear que dicha candidatura pudiese haber sido exitosa en el 2020.

Pero, por otro lado, existen las restas incidentales, que surgen cuando electores de uno u otro partido optan por rechazar la candidatura única alcanzada por alguna reserva con la segunda fuerza. En estos casos, lo que antes era 100,000 por colectividad genera una suma menor de 200,000, pues hay electores(as) de cada colectividad que se abstienen de apoyar la unión realizada.

Cuál de estos dos fenómenos será el dominante dependerá de dinámicas y circunstancias políticas y sociológicas que aún están por desarrollarse. Evidentemente, quienes apuestan a una alianza quisiéramos lograr un efecto multiplicador. En la dinámica actual de la política electoral puertorriqueña, hay razones para esperar este resultado. Pero lo cierto es que es casi inevitable que se pierda apoyo en el camino, sobre todo de electores(as) que no se sientan cómodos(as) con algunas de las fuerzas incluidas en el junte.

Tercero, que las circunstancias actuales son muy distintas a aquellas en noviembre de 2020. En estos momentos, el deterioro del bipartidismo neoliberal compuesto por el PPD y el PNP se ha acelerado. También hemos visto señales a un fortalecimiento tanto de las alternativas progresistas, incluyendo el MVC, PIP y otras fuerzas (Vargas Vidot, etc), así como de los nuevos proyectos reaccionarios, articulados principalmente en el Proyecto Dignidad. Por tanto, en cierto sentido, los números de noviembre de 2020 pueden ser un tanto anticuados en estos momentos. No obstante, hay valor en realizar este tipo de ejercicio retrospectivo y especulativo, sobre todo mirando hacia el futuro.

Comencemos con el escenario más positivo: ¿qué efecto –usando los mismos números obtenidos en el 2020 y con las salvedades ya planteadas al respecto- hubiese tenido un junte electoral entre el MVC y el PIP? Para efectos de la discusión, vamos a suponer que cualquier efecto multiplicador cancela cualquier resta incidental. Por tanto, asumimos una suma neta.

Para este ejercicio, nos enfocaremos primero en las carreras legislativas por distrito. La razón es sencilla: tomando como punto de partida la imposibilidad actual de presentar candidaturas coligadas, el escenario más viable es un acuerdo entre diferentes fuerzas para que todas, menos una, retiren sus candidaturas distritales a la Legislatura, en un intento por concentrar todo el apoyo electoral de cada fuerza en una sola candidatura unificada.

Primero, repasemos algunos elementos de las candidaturas presentadas en el 2020. En todos distritos representativos, el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) presentó una candidatura. El Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) solamente lo hizo en 26 distritos. Por tanto, enfocaremos nuestro análisis en estos 26 distritos, de forma que podamos ver el posible efecto acumulativo de una alianza entre estas dos fuerzas. Cabe señalar que, en todos estos distritos representativos, el MVC superó al PIP.

Si sumamos los votos obtenidos por las candidaturas del MVC y las del PIP, el resultado hubiese sido el siguiente:

  • la alianza hubiese triunfado en tres (3) distritos representativos (#2, #3 y #4)
  • la alianza hubiese llegado segunda en ocho (8) distritos representativos (#1, #5, #6, #7, #8, #32, #39, #40)
  • en uno de los distritos que hubiese llegado segunda, el margen era de 611 votos solamente (#32), lo que suponía una oportunidad real de triunfo

En el distrito #2, la suma de ambos partidos era de 9,763 votos, por encima de los 8,485 obtenidos por el partido ganador (PPD.). En el distrito #3, la suma era de 10,033 votos, por encima de los 8,649 obtenidos por el partido ganador (PNP). En el distrito #4, la suma era de 11,191 votos, frente a los 10,884 obtenidos por el partido ganador (PNP).

En los distritos que llegaría en segundo lugar, los porcientos son significativos: #1 (34.65%); #5 (28.82%), #6 (29.38%), #7 (31.19%), #8 (29.08%), #32 (33.37%), #39 (28.50%) y #40 (31.73%).

Pasemos ahora a los distritos senatoriales. Aquí la suma es más complicada, toda vez que cada elector(a) tiene derecho a dos votos en cada distrito. Es decir, es altamente posible que hubo una cantidad considerable de votos mixtos entre el MVC y el PIP. Incluso, un análisis de los votos obtenidos por las candidaturas de estos dos partidos indica que el margen entre los candidatos de cada partido tiene cierta correspondencia al margen del otro. Esto es indicativo de papeletas mixtas entre ambos. Por tanto, para efectos de este ejercicio, la mejor ruta es sumar los votos obtenidos por la candidatura MVC-PIP que más votos obtuvo en un distrito senatorial con la candidatura del binomio que menos votos obtuvo. 

El resultado es interesante: de los dieciséis escaños senatoriales disponibles (dos por cada distrito), la alianza hubiese obtenido, al menos, un (1) escaño. Este hubiese correspondido al Distrito de San Juan (#1).

Aquí, la candidatura más votada de la alianza hipotética fue del MVC (Rosa Seguí con 36,504). Si a este total le añadimos la candidatura menos votada (en este caso, del PIP con 15,465), la suma es de 51,696. Esta candidatura hubiese llegado segunda en esta contienda, pues el PNP eligió dos senadores con 55,005 y 45,783, respectivamente. Por tanto, el segundo escaño electo hubiese correspondido a la alianza.

En Bayamón, la candidatura más votada de la alianza hipotética fue del MVC (Myrna Conty con 32,411). Si a este total le añadimos la candidatura menos votada (en este caso, del PIP con 17,709), la suma es de 45,110. Esta candidatura hubiese llegado tercer en esta contienda, pues el PNP eligió su segundo senador con 52,029. La diferencia es de menos de 7,000, dejando al PPD en cuarta posición.

Si bien la alianza hipotética hubiese llegado muy cerca de lograr la alcaldía de Rincón, sería San Juan la que hubiese producido una victoria evidente.

En cuanto a los escaños legislativos por acumulación, una alianza entre el MVC y el PIP –a lo que añadimos al senador Vargas Vidot en la cámara alta-, hubiese acumulado suficientes votos como para elegir, al menos, cuatro (4) representantes y cinco (5) senadores. 

Esto nos trae al segundo gran tema de este escrito: la posibilidad de que el bipartidismo disminuya sus candidaturas por acumulación en el 2024 para frenar el avanza de las fuerzas emergentes. 

Si tanto el PNP como el PPD hubiesen lanzado solamente cinco (5) candidaturas por acumulación cada uno, el MVC solamente hubiese logrado elegir una persona a la Cámara de Representantes (Mariana Nogales) y ninguno al Senado. El PNP hubiese elegido sus cinco personas en cada cámara, y el PPD cuatro en Cámara y entre tres y cuatro en el Senado. El Senador Vargas Vidot estaría en carrera para el último escaño disponible. El PIP y PD se hubiesen mantenido con un escaño por cámara. Si solamente uno de los partidos tradicionales (PPD, PNP) hubiese hecho el cambio, el panorama es un tanto distinto, permitiendo que el MVC lograra un escaño en el Senado (Ana Irma Rivera Lassén).

Esto significa que debemos estar muy pendientes a las variables que enfrentaremos en el 2024. Existe la posibilidad de que, incluso obteniendo más votos que en el 2020, el MVC no logre repetir su éxito en las candidaturas por acumulación. Entre las variables que debemos estar pendientes están: cuantas candidaturas nomine tanto el PNP como el PPD (específicamente, si reducen de 6 a 5), si el PD considere aumentar a dos candidaturas (si dividimos los votos obtenidos en el 2020 para cada cámara por dicha colectividad, no hubiesen logrado elegir a nadie), si el MVC y el PIP lanzaran candidaturas por separado, si Vargas Vidot va a la relección como independiente, y si hay alguna otra candidatura independiente viable.

Estos escenarios no más que fortalecen la necesidad de una alianza progresista, particularmente a nivel de las candidaturas por distrito. Es en los distritos que la alianza más oportunidades tiene para romper el cerco electoral y elegir una cantidad significativa de personas. El cálculo en cuanto a las candidaturas por acumulación es más complejo. En el 2020, el MVC apostó a dos candidaturas por cámara. Esa apuesta fue exitosa, aunque debemos mencionar que los márgenes en el Senado fueron muy cerrados (3,000 votos).

Tal vez la lección es otra: cada elección es distinta y requiere una estrategia diseñada para atender la realidad de la elección en particular. Estamos aún muy lejos del 2024 y pueden suceder muchos eventos que alteren los cálculos. Del análisis anterior podemos identificar algunas conclusiones preliminares:

  • la combinación MVC-PIP, así como de otros sectores progresistas, puede impactar considerablemente la composición de la Asamblea Legislativa, particularmente logrando lo que nunca ha sucedido en la historia moderna de Puerto Rico: que una candidatura fuera del PNP o PPD alcance un escaño legislativo distrital;
  • la estrategia en cuanto a las candidaturas por acumulación dependerá de un sinnúmero de factores que aún no conocemos (postura de los partidos tradicionales, posibilidad de una alianza progresista, etc).

Pero lo cierto es que el 2024 representa una de las oportunidades electorales más alentadores para los sectores progresistas y antineoliberales en la historia reciente de nuestro país. Corresponde, pues, hacer todo el trabajo necesario para maximizar esas posibilidades. Apostemos a que sí.

Author: Jorge Farinacci Fernos

Abogado laboral y Catedrático Asociado en la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico. Fue militante del Movimiento al Socialismo (MAS) y candidato a la Legislatura Municipal de San Juan por el Partido del Pueblo Trabajador (PPT) en el 2016. Actualmente es integrante de la Red Anticapitalista del Movimiento Victoria Ciudadana.