¿Por qué no queremos trabajar?

El compañero Benjamín Santiago nos hace llegar la lectura del artículo La revolución que hace que cuatro millones de trabajadores abandonen su puesto cada mes en los EE UU del periódico El país  de España y El nuevo día digital reporta hoy, sobre el mismo tema,  Cuesta arriba reclutar en Puerto Rico. Ambos artículos nos presentan la realidad de una tendencia laboral que se desarrolla cuando la clase patronal hace un llamado para retomar la actividad económica bajo las mismas condiciones que prevalecían antes de la Pandemia del Covid-19, y cuando aún ésta no ha sido superada ni en Europa, ni en este lado del mundo, ni en ninguna parte.

La clase patronal está alarmada porque su llamado no ha sido respondido por los trabajadores tal y como esperaban. Los trabajadores no se han presentado a trabajar o han hecho mayores exigencias de salario y condiciones de empleo para ocupar sus antiguos puestos de trabajo. Ante la resistencia patronal a satisfacer las demandas de los trabajadores, la respuesta ha sido abandonar el empleo.

Inicialmente se pensó que los trabajadores se resistían a trabajar porque todavía no se habían agotado los beneficios extras del desempleo, le quedaban ahorros de los incentivos que otorgó el gobierno y hubo también quien se expresara señalando que “se acostumbraron a no trabajar y vivir de las ayudas económicas que reciben”

Aunque todavía hay patronos que siguen pensando lo que se describe en el párrafo anterior y apuestan a no realizar cambio alguno en la paga y en las condiciones de empleo, la realidad que han encontrado los investigadores que han contratado los patronos para explicarse la nueva realidad le van apuntando razones muy distintas a las que ellos han venido señalando.

Las entrevistas a las personas que abandonan sus empleos o desisten de acudir a solicitarlos, ofrecen un conjunto de explicaciones que apunta a un cambio de actitud en un número significativo de trabajadores, cuatro millones mensualmente en los EE UU y un número significativo en Puerto Rico donde el desempleo oficial se estableció en 8% en el mes de octubre y la tasa de participación se fijó en 42.5%.

Los patronos han hecho énfasis en la divulgación de las exigencias (reclamos sería una expresión más adecuada) que están haciendo los trabajadores. Entre otras destacan flexibilidad en el horario de trabajo, la posibilidad de permanecer en el modo de teletrabajo, mejoras salariales y beneficios competitivos.

Más recientemente los patronos han comenzado a añadir a su listado de razones para la no disponibilidad de empleados el que muchas personas han optado por “auto emplearse”. Lo anterior, sin dejar de anotar que dicho “autoempleo” ha sido logrado con las “ayudas e incentivos” recibidos, con la gran inconveniencia de que es un autoempleo “en la economía informal” y  no esconden el resentimiento ante una “competencia desleal que no tributa al Gobierno”.

Desde la perspectiva de los trabajadores hay varias razones que explican esta nueva tendencia laboral. En primer lugar, y es algo que no aparece en ninguno de los artículos, está el temor a enfermar de Covid en la inevitable interacción laboral. Luego, podemos hablar de una revaloración de los trabajadores que conscientemente dicen “si tengo que arriesgarme trabajando, porque no queda de otra ya que el Gobierno no me protege más, entonces que me paguen más, me den flexibilidad de horarios para atender a los que quedan en el hogar y espero mejoren mis condiciones de empleo”. 

En el caso de Puerto Rico, a lo anterior se suma la escasez de empleados capacitados por efecto de la masiva emigración que viene dándose desde antes de la pandemia, mientras permanecíamos en Lock-out y en el presente. A lo anterior hay que sumarle el hecho de que la generación de la crisis permanente está integrándose al escenario laboral y estos jóvenes no tienen la valoración del trabajo que poseen los empleados que ellos vienen a sustituir. 

Hay en éstos toda una nueva valoración del balance que debe existir entre la vida y el trabajo, las lealtades laborales son relativas a cómo me trates y me sienta en el empleo y su visión puede resumirse en la actitud de “como siempre he estado jodío(a), es más o menos lo mismo estar desempleado que mal pago y mal considerado en el empleo disponible”. Además, también siguen el dictado de “me muevo rápido a donde me vaya mejor” lo que resiente grandemente la clase patronal.

Finalmente la lectura de ambos artículos nos sirve también para obtener un conocimiento más preciso de las aspiraciones laborales de la clase trabajadora en este momento. Salario competitivo mucho más allá del mínimo, garantía de un buen Plan Médico, flexibilidad de horario en beneficio del trabajador y no en beneficio exclusivo del patrono, la posibilidad del trabajo a distancia, seguridad de empleo, espacio para el “job-sharing”, contar con un retiro digno. Estos elementos deben ser considerados en el momento de la negociación de los contratos de trabajo.

Author: Erasto Zayas Nuñez

Erasto Zayas Núñez nació en el pueblo de Santa Isabel, PR el 7 de septiembre de 1949. Realizó estudios en las escuelas públicas del país y los universitarios en la UPR Recinto de Río Piedras y la Universidad Católica de Ponce. Casado, tiene cinco hijos y es el feliz abuelo de cuatro nietos. Escribe cuentos, poesía y durante dos décadas publicó una columna de opinión en el semanario El Oriental. Ligado al movimiento obrero en su capacidad de comunicador por más de medio siglo, se desempeñó como administrador de la Unión General de Trabajadores. Es uno de los fundadores de la Casa de Estudios Sindicales e integrante de su Junta de Directores.