Trump, J. González, la Junta Dictatorial, Democracia es Prosperidad y la Agenda del Movimiento Sindical para el 2025

En términos políticos la alineación de los planetas es perfecta para la clase patronal en Puerto Rico. Tanto Trump en los Estados Unidos como Jennifer González en Puerto Rico han obtenido un triunfo que les permite control total sobre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. La Junta Dictatorial ha puesto en su agenda el desarrollo económico del país. El junte empresarial Democracia es Prosperidad, que apostó a las candidaturas de favorecedores del capital, anunció que tiene ya listos medio centenar de proyectos dirigidos a cobrarse la inversión que hicieron en aquellos que resultaron electos. 

El historial de Donald Trump a favor del capital y en contra  de la organización sindical de los trabajadores es harto conocido. Si alguien tuviera dudas sobre dicha afirmación solo debe examinar los nombramientos que ha realizado, su amenaza de eliminar dependencias gubernamentales y su promesa de expulsar del país a los trabajadores que ilegalmente permanecen en los Estados Unidos.

No recordamos un solo pronunciamiento de Jennifer González, gobernadora electa, donde se comprometiera a mejorar las condiciones de trabajo, salario y la vida de la clase trabajadora o la restitución de alguno de los derechos y beneficios que le han sido arrebatados mediante la aprobación de legislación en las Reformas Patronales consideradas. De hecho, tampoco tenemos memoria de que haya asistido a foro alguno de la clase trabajadora en su periodo de campaña. 

Por su parte la Junta Dictatorial ha anunciado que asumirá su pospuesta responsabilidad de promover el desarrollo económico del país. A juzgar por las medidas y políticas que ha adoptado hasta el presente, todas cargadas contra los mejores intereses de la clase trabajadora del país, no tenemos la menor duda que su proyecto tendrá como ejes centrales la total desarticulación del movimiento sindical del país, en los sectores público y privado,así como la promoción de  los mayores beneficios e incentivos gubernamentales para la clase patronal.

Por su parte el junte patronal que opera bajo el nombre de Democracia es Prosperidad anunció que está listo para presentar ante la legislatura del país unos 57 proyectos que le garanticen la mayor prosperidad a sus integrantes. Los mismos estarán dirigidos a  la concesión de mayores exenciones contributivas, por ejemplo eliminando el impuesto al inventario, el otorgamiento de incentivos económicos a sus empresas, obstruyendo el derecho de los trabajadores a organizarse sindicalmente y haciendo aprobar leyes que les garanticen una mano de obra barata y con el mínimo de derechos.

El Movimiento Sindical del país tiene ante sí un panorama que demanda una respuesta radicalmente diferente a la ensayada durante los pasados años ante la política neoliberal por la que se ha conducido al país. Esta política  ha dado lugar a reformas patronales que han institucionalizado la precariedad, debilitado la fuerza de los sindicatos  y han favoreciendo los intereses empresariales, además de acelerar el empobrecimiento de la clase trabajadora. 

De igual manera, la sistemática campaña mediática en contra de los gremios, ensayada por la clase patronal y el gobierno,  ha logrado deteriorar  la percepción pública sobre el sindicalismo. Igualmente, al interior de los mismos, ha surgido con fuerza el cuestionamiento  de su relevancia como instrumento idóneo para mejorar las condiciones de vida, los derechos y los salarios de los trabajadores. 

La actitud defensiva ensayada hasta el presente por los sindicatos tampoco se corresponde con la visión de las nuevas generaciones de los  trabajadores y las trabajadoras de lo que deben ser las organizaciones que representan sus intereses. 

En la estructuración de la necesaria Agenda de Lucha del Movimiento Sindical se impone, como punto de partida, una mirada crítica al interior de éstos  con el objetivo de superar las actitudes que promueven el estancamiento. Hay que poner un punto final a todo lo que tienda  al divisionismo, a la falta de claridad  en los objetivos, la subestimación de la clase patronal y su gobierno, a la falta de confianza en la fuerza de las matriculas. Tenemos que lograr la unidad en la acción.  Basta ya de confiar  en las promesas gubernamentales. Hay que superar la timidez en el ejercicio de las medidas de presión frente al patrono a la hora de solucionar los conflictos obrero patronales. 

Se ha corroborado que la mejor defensa es mantener una ofensiva constante. Debemos prepararnos entonces para luchar. La recuperación de los derechos y conquistas que se nos han arrebatado no debe ser la medida de nuestras aspiraciones. De la misma manera que los patrones han unido fuerzas para imponer su distorsionada visión del mundo laboral, nuestra unidad de propósitos debe servir para avanzar hacia nuevas y superiores conquistas a las alcanzadas en el pasado. 

Mejorar las condiciones de empleo, garantizar plenamente la salud y la seguridad de nuestras familias, mejorar los salarios ajustándolos al índice del costo de vida, la erradicación total del trabajador como contratista independiente, el crecimiento de todos los sindicatos, garantías para la educación de nuestros hijos hasta el nivel universitario, vivienda digna y accesible, servicios de salud de primera, seguridad plena en nuestras comunidades y superación de los niveles de pobreza, son solo algunas de las demandas que deben ser contempladas y exigidas por un Movimiento Sindical en lucha por una mejor sociedad en nuestro País. 

La prosperidad no debe ser una aspiración única de la clase patronal. Los frutos de nuestro trabajo deben de estar servidos también en la mesa de nuestras familias. La brecha de la desigualdad no puede seguir ensanchándose. Es hora de luchar por un mejor Puerto Rico para todos los que en él vivimos y trabajamos. Menos que eso es inaceptable. 

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Author: Erasto Zayas Nuñez

Erasto Zayas Núñez nació en el pueblo de Santa Isabel, PR el 7 de septiembre de 1949. Realizó estudios en las escuelas públicas del país y los universitarios en la UPR Recinto de Río Piedras y la Universidad Católica de Ponce. Casado, tiene cinco hijos y es el feliz abuelo de cuatro nietos. Escribe cuentos, poesía y durante dos décadas publicó una columna de opinión en el semanario El Oriental. Ligado al movimiento obrero en su capacidad de comunicador por más de medio siglo, se desempeñó como administrador de la Unión General de Trabajadores. Es uno de los fundadores de la Casa de Estudios Sindicales e integrante de su Junta de Directores.