Atendamos con urgencia la intervención en talleres unionados

La debilidad estructural de nuestro Movimiento Obrero comienza a evidenciarse a nivel de las bases de los sindicatos. La efectiva ofensiva contra la organización sindical de los trabajadores ensayada por la clase patronal, la Junta Dictatorial y la complicidad gubernamental,  mantienen en precario los esfuerzos por organizar en el sector privado y ha debilitado grandemente la credibilidad de los sindicatos que representan trabajadores en el sector público. Esta realidad se hace evidente con la intervención de algunos talleres en el sector público, ante la percepción de que los sindicatos que actualmente ostentan la representación exclusiva no han sido efectivos en su desempeño.

En Puerto Rico, en el sector privado de la economía,  es muy reducido el número de empresas organizadas sindicalmente.  El número de unionados en dicho sector no alcanza, al presente,  el 2%. A la campaña de descrédito contra la organización sindical que permanentemente mantiene la clase patronal se le suma hoy día la puesta en práctica de una política de dilatar las negociaciones que acentúa el desprestigio  permanente del sector,  fundamentado en proyectar a los sindicatos como entidades innecesarias al mejor desarrollo de las relaciones obrero patronales. 

En el sector público la ofensiva en contra de la sindicalización de los trabajadores ha sido tan intensa o más que la desarrollada por los patronos de la empresa privada. El achicamiento del Gobierno, las mal llamadas reformas laborales, las medidas de austeridad impuestas arbitrariamente por la Junta Dictatorial, la utilización de la decisión del Tribunal Supremo de los Estados Unidos  en el Caso Janus yla congelación de los Convenios Colectivos. De igual manera han operado, la paralización o dilatación de las pocas negociaciones emprendidas, la imposición de los Planes de Clasificación y Retribución en sustitución de la negociación de los beneficios salariales, medidas que, en conjunto con las limitaciones que impone la Ley 45 y la campaña de descrédito del sindicalismo que también ha desarrollado el Gobierno, han llevado a generar malestar entre los servidores públicos organizados sindicalmente.

Sin embargo, no puede achacarse únicamente a factores externos al sindicato la actitud de los trabajadores hacia los gremios y hacía  la organización sindical. La inexistencia de programas educativos y de formación sindical continuos,  para la base y los dirigentes, la ausencia de la puesta en práctica  de tácticas y estrategias que permitan contrarrestar efectivamente las medidas ensayadas por los patronos, la Junta Dictatorial y la administración gubernamental, el reducido número de servicios y beneficios  que hoy ofrecen los  sindicatos a la matrícula, así como la limitada presencia de los oficiales de la Unión  en los centros de trabajo para atender los asuntos de día a día, son otros tantos factores que  pesan en el malestar de los trabajadores. Malestar que hoy  expresan dándose de baja o explorando alternativas organizativas diferentes.

Ante esta situación se abre el debate sobre la acción de los trabajadores en su búsqueda de mejorar sus condiciones de vida y trabajo. Unos ven la acción de de las uniones interventoras como un acto de piratería sindical y enfilan sus cañones hacia la confrontación directa, intentado  pasar por alto que un servicio de calidad a la matrícula es el mejor antídoto a tal acción. Por otro lado, están los que piensan que,  ante la posibilidad cierta de la liquidación de la representación sindical en un Taller,  la búsqueda de un gremio que sustituya al presente es una alternativa a la cual tienen perfecto derecho los trabajadores y trabajadoras. No es admisible, se argumenta, que en vías de proteger el derecho a la representación exclusiva, los trabajadores continúen atados a una entidad en la cual se ha perdido la confianza. 

El hecho de que la realidad objeto de esta nota, la intervención de sindicatos en unidades apropiadas de otros gremios, apenas comienza a manifestarse en nuestra realidad, ofrece una oportunidad a nuestro Movimiento Obrero de actuar con madurez y sensatez ante la misma. No es mirando hacia el otro lado como se resolverá este asunto. Se impone un llamado al examen de esta realidad, sus causas y sus efectos, la discusión de altura del hecho y sus consecuencias, y la búsqueda de alternativas y propuestas de trabajo que logren el fortalecimiento de los sindicatos como instrumento de lucha de la clase trabajadora frente a una clase patronal, una Junta Dictatorial y un Gobierno  que se han trazado como objetivo común eliminar todo tipo de organización que rete su privilegiada posición social.

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Author: Erasto Zayas Nuñez

Erasto Zayas Núñez nació en el pueblo de Santa Isabel, PR el 7 de septiembre de 1949. Realizó estudios en las escuelas públicas del país y los universitarios en la UPR Recinto de Río Piedras y la Universidad Católica de Ponce. Casado, tiene cinco hijos y es el feliz abuelo de cuatro nietos. Escribe cuentos, poesía y durante dos décadas publicó una columna de opinión en el semanario El Oriental. Ligado al movimiento obrero en su capacidad de comunicador por más de medio siglo, se desempeñó como administrador de la Unión General de Trabajadores. Es uno de los fundadores de la Casa de Estudios Sindicales e integrante de su Junta de Directores.