En solidaridad con nuestro sindicato hermano, el Sindicato de Periodistas Palestinos (PJS), y en los términos más enérgicos posibles, la Unión Nacional de Escritores (NWU) condena los asesinatos de nuestros camaradas, el corresponsal de Al Jazeera, Ismail al-Ghoul, y el fotógrafo Rami al-Rifi, el pasado 31 de julio de 2024. Los dos murieron en un ataque israelí mientras cubrían los acontecimientos en el campo de refugiados de al-Shati en la ciudad de Gaza. La violencia en curso contra los periodistas, con al menos 157 muertos hasta ahora según PJS, no solo amenaza a nuestros colegas que brindan una cobertura esencial de la realidad en el Medio Oriente: también representa el extremo de un espectro de represalias al que se enfrentan los trabajadores de los medios de comunicación de todo el mundo por la cobertura o el discurso crítico con Israel. Instamos a todos los medios de comunicación periodísticos y sus sindicatos, junto con las organizaciones sin fines de lucro dedicadas a la libertad de expresión, a denunciar estos horribles asesinatos.
La guerra de Israel contra Gaza ha sido la más mortífera para los periodistas de la historia moderna. Estos asesinatos son una violación flagrante del derecho internacional que pretende proteger a los periodistas y garantizar nuestra libertad de trabajo y el derecho del público a saber. Al menos 39.400 palestinos han sido asesinados – y probablemente decenas de miles más – en el genocidio de Gaza, incluidos niños y personas discapacitadas y ancianas. Sumando las muertes por hambre y enfermedades, que a su vez son el producto de la política israelí, el número total podría superar los 186.000, según un estimado publicado en la revista The Lancet en julio de 2024. Mientras que Israel parece estar listo para una mayor escalada, esta vez hacia una guerra regional, son los periodistas – nuestros colegas – los que están en la mirilla, por responder al llamado a informar sobre esta violencia y han sido designados como objetivos por un ejército sin escrúpulos empeñado en encubrir sus crímenes.
Como sindicato con sede en Estados Unidos, tenemos el deber de destacar que estas continuas violaciones del derecho internacional no serían posibles sin miles de millones de dólares en armas suministradas por Estados Unidos y el apoyo de los líderes políticos estadounidenses de ambos partidos, como se reafirma en las reuniones de la semana pasada con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. NWU se une a siete de los principales sindicatos de EE.UU. y a un creciente movimiento de trabajadores de todo el mundo para exigir que nuestro gobierno deje de armar a Israel ahora.
Fuente: Labor for Palestine
Traducción: Rumbo Alterno