El joven Lenin y el nacimiento del marxismo ruso

Estamos próximos de conmemorar los 100 años de la muerte de Lenin. No creemos exagerar si decimos que es una de las mentes más brillantes y uno de los más grandes revolucionarios de la historia. Sin embargo, su figura ha sido enormemente calumniada; no sólo por sus claros enemigos acérrimos, la burguesía y sus ideólogos, sino también por quienes dicen ser sus seguidores, los estalinistas. Así como los santos, en la literatura cristiana, son ensalzados y se le atribuyen las más grandes virtudes, el estalinismo da una imagen de un Lenin que parece inhumana, sin errores ni evolución, como si estuviera de antemano predestinado y desde el inicio establece la línea política correcta para el triunfo revolucionario.

Su importante papel es indiscutible, en momentos concretos el papel del individuo puede ser determinante en la historia y tal fue el caso de Lenin y también de Trotsky en 1917. Lenin, en verdad, fue una mente y un revolucionario extraordinario y cometió menos errores que sus compañeros, pero no deja de ser un personaje de carne y hueso, al que no debemos convertir en un icono carente de contenido, sino estudiar su vida, sus reales ideas, así como sus aciertos y errores. Sólo así lograremos que la experiencia del bolchevismo nos sea útil para la vida y lucha de hoy.

En las pocas líneas con las que contamos en este periódico no podemos hacer justicia plena a Lenin. Pero podemos iniciar una serie de artículos que resalten su verdadero papel en la historia, así como otra serie de publicaciones, como un libro biográfico que estamos preparando. Esperamos con ello animar a estudiar sus ideas y continuar su lucha por el comunismo internacional.

La sociedad donde nació Vladimir

En Simbirsk, en las inmediaciones del río Volga, nace Vladimir Ilich Uliánov el 10 de junio de 1870, el futuro Lenin. Fue el cuarto de ocho hermanos. Su familia, si bien no era rica, vivía con cierta holgura y comodidades. Su padre llegó a ser inspector de escuelas. Era una familia estable y culta, sus padres se esmeraron en dar la mejor educación a sus hijas e hijos.  Lenin adquirió una enorme capacidad para el estudio, siendo el mejor de su clase. Desde pequeño tenía un carácter desafiante, orgulloso e incluso insolente.

Pocos años antes de nacer Vladimir, en 1861, ante el miedo de un levantamiento popular (al mostrar la autocracia su bancarrota al ser derrotada Rusia en Constantinopla), el zar Alejandro II decretó la liberación de los siervos, una reforma liberal burguesa. Esto no significó ninguna mejora para los campesinos sino todo lo contrario, los terratenientes se apoderaron de las mejores tierras y era normal que estuviera bajo su control los abastecimientos de agua, molinos, etc. El campesinado había protagonizado disturbios, pero al final del día esta reforma resultó en un sofocante control hacia ellos.

El declive del feudalismo ruso se desarrolló a un ritmo más rápido que el fortalecimiento de la burguesía. Un sector de la intelligentsia rompería bruscamente con la nobleza y sus comodidades buscando una salida al estancamiento social. Jóvenes formarían en 1876 el grupo “Tierra y libertad”, dejaron atrás sus comodidades y se fueron a buscar al pueblo. El campesinado tendría que asimilar el verdadero carácter de la reforma agraria de 1861 y décadas después jugaría un papel revolucionario aliándose con la clase obrera, pero en ese momento se presentaron como un muro frío frente a este movimiento revolucionario juvenil. Este movimiento conocido como los narodnikis o populistas, al no encontrar eco en el mujik (campesino) evolucionaron hacia métodos de terrorismo individual atacando a elementos del Estado. Pensaban que de esta forma el pueblo se sacudiría y despertaría.

“Tierra y libertad” se escindiría para dar paso a “La libertad del pueblo” y “Reparto Negro”, estos segundos creían que no era exclusivamente el terror el método de lucha emancipadora y pugnaban por el reparto de tierras. De este segundo grupo emergería a la postre, rompiendo con la tradición narodniki, el primer núcleo del marxismo ruso: “El grupo por la emancipación del trabajo”.

El Estado zarista, era sádico represor, veamos un ejemplo. El general Trepov, azotó en un calabozo a un joven estudiante preso político, lo cual le provocaría a la postre su muerte. Vera Zasulich, una narodniki indignada por el caso, intentó asesinar al general, fue juzgada pero absuelta por la gran popularidad de su acción. El objetivo central del movimiento narodniki se convirtió en asesinar al zar.

El 1 de marzo de 1881 finalmente el movimiento narodniki cumplió su objetivo, consiguiendo arrojar una bomba contra la carroza del zar Alejandro II y otra contra su propio cuerpo que estalló junto con su vida. Ese éxito en realidad se convirtió en el declive de este movimiento. El Estado es un aparato represor que obedece a intereses de clases, si quitas a un soldado represor, pondrán a otro aún peor, lo mismo pasa con el Zar. Las acciones terroristas sólo daban el pretexto al Estado para reprimir y fortalecerse. Muerto Alejandro II, fue relevado por Alejandro III.

La familia Ulianov en 1879. Alexander, de pie al centro y Vladimir, sentado a la derecha.

Las ideas de Marx ya penetraban en Rusia. Alexander, el hermano de Lenin, ya había leído El Capital y había traducido él mismo la Introducción a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel, pero los métodos del terrorismo individual se seguían imponiendo entre los jóvenes revolucionarios. Hubo un intento de asesinar al nuevo zar. Varios jóvenes fueron arrestados, incluyendo Anna, la hermana de Vladimir, aunque al final fue absuelta al no estar realmente implicada en el atentado. Sin embargo, el hermano mayor de Lenin, Alexander, fue el dirigente de la organización del atentado contra el zar, fue juzgado y ahorcado junto con otros cuatro compañeros en mayo de 1887. Vladimir tenía 17 años.

La mitología estalinista cuenta la anécdota de que Lenin dijo entonces “¡No, nosotros no seguiremos el mismo camino! No es por ahí por donde hay que avanzar”. Trotsky responde irónicamente a esta visión de un Lenin predestinado e infalible, diciendo: “¿A quién se dirigían esas palabras? La madre se encontraba en San Petersburgo, An[n]a estaba aún en la cárcel. ¡Evidentemente, Vladimir confiaba sus revelaciones de futuro táctico a Dimitri, que tenía trece años y a María, que tenía nueve!” (Trotsky, 183).

Politización de Vladimir Ilich

Sin duda Lenin quedó marcado por estos acontecimientos y la muerte de su hermano. Continuó siendo un excelente estudiante, pero comenzaría una evolución política en él.

Contrario a lo que dice la historiografía estalinista, Lenin despertó a la vida política simpatizando con el movimiento narodniki en que su hermano, de apenas 22 años de edad, con arrojo y valentía, entregó su vida. Si no se enganchó en él fue porque en ese periodo el movimiento quedó cancelado con la represión y evidenciando sus límites políticos.

El arte, la literatura, puede ser capaz de reflejar los sentimientos y la opresión a las masas y remover la conciencia de los jóvenes. Vladimir devora uno de los libros favoritos de su hermano Alexander, ¿Qué hacer? de Chernishevski.  Le impactó profundamente, releyendolo una y otra vez, y tomando muchas notas sobre el mismo. Lenin llegó a decir que Chernishevski era un dotado socialista previo a Marx y le impactó su despiadado talento de polemista. Lenin sería en el futuro un despiadado polemista.

Su familia, que había sufrido también la muerte del padre, tuvo que mudarse a otras ciudades. Vladimir, en el otoño de 1887, a la edad de 17 años, ingresaría a la universidad de Kazán para estudiar derecho, al poco tiempo tiene su primera experiencia política personal. Los estudiantes hicieron disturbios en solidaridad con sus compañeros de Moscú, abuchean a un funcionario y a profesores que les intentan persuadir. Vladimir en realidad no juega un papel dirigente de primera línea, pero tampoco pasa desapercibido: establece contacto con los organizadores, anima a otros compañeros a sumarse a la lucha y está entre los estudiantes que se ponen a la cabeza de la protesta. Es uno de los 40 estudiantes detenidos y expulsados de la universidad, incluida también su hermana Anna.

La mayoría de los estudiantes fueron readmitidos a la Universidad, pero no Vladimir, quien, con largas y múltiples apelaciones, visitas de su madre a funcionarios, etc. no logra reingresar a clases. En Kazán entra en contacto con círculos revolucionarios de la zona que eran dirigidos por un joven que había sido expulsado de la universidad a los 16 años y desde entonces se había vuelto revolucionario profesional. Trotsky señala que: “En el curso de los meses transcurridos Vladimir había conocido el más profundo trastorno íntimo de su vida: el zar había hecho ahorcar a su hermano” (Trotsky, 158).

La adopción del marxismo

Estando en Kazán, Vladimir entra en contacto con círculos revolucionarios que mantenían la tradición de lucha narodniki, pero aparecen textos de Marx y Engels. Fue en ese periodo que Vladimir tuvo acercamiento a estas ideas.

Lenin no se volvería de inmediato marxista, pero devoraba todo libro que le llegaba a sus manos hasta que quedó convencido y se volvió en el mejor defensor de esta tendencia. La familia continuaría su peregrinación y se instalaría en las inmediaciones de Moscú, pero Vladimir se iría a Petersburgo, en búsqueda clara de más seguidores de las ideas de Marx.

Su madre y Vladimir no habían abandonado la lucha por su reingreso a la universidad, finalmente consiguen que pueda presentar un examen final de toda la carrera. En ese tiempo ocurre otra desgracia familiar, su hermana Olga murió de tifoidea en mayo de 1891, en el 4° aniversario de la muerte de Alexander. Pese a ello, Vladimir hace una proeza académica aprobando este examen con una preparación de apenas 10 meses, que en lo normal requiere una preparación de 5 años. Vladimir se titularía de abogado, lo ejercería brevemente pero ya politizado vio que no podría congeniar con ambas cosas y lo dejó de lado.

En aquel tiempo una sequía y una epidemia de tifus afecta gravemente a Rusia central, llevando a 35 millones de personas a la hambruna. Esas imágenes desgarradoras contribuyeron a politizar a Lenin.

1893 sería el año en que el futuro Lenin se involucra de manera clara a la actividad política. En Petersburgo comienza organizando dos células en dos zonas opuestas de la ciudad. En un viaje breve que hizo a Moscú, aprovecharía para entrar a la biblioteca y sacar datos y cifras sobre Rusia. Participa en un debate con el populista Vorontsov a quien un joven marxista le increpa y es aplastado en la discusión. Vladimir “se levanta y tritura el discurso del populista, con una avalancha de cifras que demuestran que el capitalismo se desarrolla en Rusia” (Marie, 40), algo que negaban los narodnikis. Fue invitado a una reunión de un círculo donde conoce a Nadezhda Krúpskaya, que al igual que Vladimir, está leyendo el primer tomo de El Capital. Nadezhda se convertiría en su compañera de vida y lucha hasta su muerte.

Lenin comenzó su labor de propaganda, solía preguntar los problemas en las fábricas de los obreros, sus necesidades. Escribe desde volantes para huelgas en que participaban miembros de los círculos que organizaba, hasta textos polémicos contra los populistas y una tendencia de marxismo académico, una tendencia en realidad liberal conocida como los marxistas legales quienes retomaron algunos aportes del análisis marxista, pero lo diluían y negaban la lucha de clases. La primera gran obra escrita por Lenin es ¿Quiénes son los “Amigos del Pueblo” y cómo luchan contra los socialdemócratas?

El grupo emancipación del trabajo

En el exilio un grupo de populistas, encabezado por Plejánov, girará al marxismo y mantendrán correspondencia directa con Marx y Engels a través de Vera Zasulich. Este grupo que agrupaba también a Axelrod, Ignátov y Deutsch, se fundaría años atrás en Suiza, en 1883, y desarrollaría un trabajo de propaganda, difundiendo y escribiendo textos marxistas y polemizando con otras tendencias como los nadornikis y sus derivados anarquistas.

Miembros del grupo Emancipación del Trabajo, en 1897. De pie (de izquierda a derecha): Aleksandr Málchenko, Piotr Zaporozhets, Anatoli Vanéyev. Sentados (de izquierda a derecha): Vasili Starkov, Gleb Krzhizhanovski, Vladímir Lenin, Julius Mártov.

La atrasada Rusia tenía una ventaja sobre los del resto de países. La represión obligaba a los revolucionarios al exilio, eso los puso en contacto con las ideas de las diversas tendencias revolucionarias, de tal forma que los libros de Marx penetraron con más velocidad en Rusia que en otros países europeos. En un primer momento los marxistas en el exilio parecían como el del profeta en el desierto, pero el trabajo de propaganda y de introducir los textos a Rusia surtirá efecto.

Lenin admira las obras de Plejánov, que educaron a toda una generación. Viaja al extranjero en 1895 y se reúne con el grupo emancipación del trabajo. Eso es un punto nodal, pues rompe el aislamiento de ese viejo grupo que mantiene una línea histórica con la lucha revolucionaria rusa y se vincula con el marxismo internacional. Con la entrada a la lucha de esta nueva generación en que se encuentran Lenin y Martov, se consigue vincular al grupo de marxistas en el exilio con los del interior.

No es casualidad que el marxismo fuera penetrando con mayor fuerza en ese periodo dado el fracaso del narodnismo (y del anarquismo con ellos) pero también por el avance del capitalismo. En el periodo de Alejandro III la clase obrera pasó, entre 1865 y 1890, de 700,000 a 1,430,000.

Primera cárcel

El viaje al extranjero que realizó Lenin le permite también contacto con otros importantes revolucionarios marxistas. Se reúne con Paul Lafargue, yerno de Marx, y con el veterano marxista alemán Wilhelm Liebknecht. Queda en evidencia su obsesión por los libros. Va a bibliotecas y compra toda una cantidad de libros que mete a Rusia en una maleta de doble fondo. La policía se da cuenta de eso, pero lo permite para preparar una futura redada.

De regreso a Rusia crea en San Petersburgo el grupo “Unión de Lucha por la Liberación de la Clase Obrera», donde también participa Martov. Se conforma inicialmente por 17 marxistas, entre ellos un obrero. Es normal que en las primeras fases el partido revolucionario se nutra de capas intelectuales, principalmente estudiantes. Se forma un comité directivo de 5 miembros, en el que se encuentra Lenin.

Estalla una huelga de 4 mil obreros en una fábrica Textil, Lenin escribe un folleto minucioso sobre las condiciones de los obreros en la fábrica, en un lenguaje sencillo que lleva al obrero a sacar por sí mismo, paso a paso, las conclusiones.

Lenin es fichado por la Ojrana, la policía secreta del Zar.

La Unión tenía planificado publicar un periódico al que llamarían La Acción Obrera, poco antes de su publicación hubo una redada donde fueron atacados los miembros de la naciente organización. Lenin sería encarcelado. Ahí consiguió que se le enviaran los libros legales, que usó de base para escribir su obra El desarrollo del capitalismo en Rusia. Finalmente sería expulsado a Siberia, de ahí partiría al exilio en el extranjero. Sólo las revoluciones de 1905 y 1917 le permitirían en el futuro volver a Rusia.

A modo de conclusión

La historia de este revolucionario apenas inicia, pero el espacio de este periódico nos obliga a detener por ahora aquí la historia.

Lenin tenía una gran inteligencia por encima de la media. Las condiciones del mundo que le tocó vivir (la represión que le arrebató a su hermano, la hambruna, las huelgas, el movimiento revolucionario existente, etc.), influirían en su evolución política. Se vinculó al movimiento revolucionario vigente, pero tuvo la ventaja de hacerlo cuando la clase obrera iba en ascenso en la sociedad rusa, el movimiento narodniki en declive y las ideas de Marx ya habían penetrado a Rusia. Éstas últimas daban una visión coherente y científica del mundo. Lenin devoró todo libro de Marx y Engels que le llegó a sus manos, los estudió a profundidad, comprendió el método del marxismo y lo aplicó, primeramente, explicando la realidad rusa. En esta batalla, desde el inicio, se enfrentó a las tendencias que llevaban al movimiento a un callejón sin salida, los narodnikis y los reformistas economicistas. Eso llevó a desarrollar la teoría.

Si bien, el grupo de Plejánov vinculan la tradición revolucionaria rusa con el marxismo internacional, Lenin lo que hizo fue ligar a los marxistas en el exilio con el movimiento socialdemócrata (como se llamaba al marxismo en ese tiempo) dentro del territorio ruso. Mientras que Plejánov preparó las bases teóricas para derrotar a los narodnikis, Lenin contribuyó en esa teoría, pero sentó también las bases prácticas para terminarlos de desplazar.

La mitología estalinista dice que cuando Vladimir fue encarcelado tras el disturbio estudiantil de la universidad de Kazán, el comisario de policía le dice: “¿Por qué se rebelan, joven? Tienen un muro ante ustedes”. A lo que Lenin responde: «Un muro, sí, pero descompuesto. Basta con darle un empujón y se derrumbará». Eso va en contra de la práctica que Lenin hizo, pues desde que se hizo un defensor del marxismo, su tarea fue construir la herramienta práctica para hacer efectiva la derrota no solo del zarismo sino del capitalismo ruso y a nivel internacional. El capitalismo hoy está podrido, pero no caerá sólo ni basta con darle un golpe. Por eso Lenin es vigente, porqué él demostró que es posible derrotar al sistema y que los explotados gobernemos nuestra sociedad y nuestros destinos, pero para ello debemos construir el partido revolucionario en cada uno de nuestros países y a nivel mundial.

Fuente: La Izquierda Socialista

Author: Carlos Márquez

Dirigente de la Organización Comunista Revolucionaria (antes Izquierda Socialista) sección de la Corriente Marxista Internacional (CMI) en México