Del 22 al 24 de agosto se llevó a cabo en Johannesburgo, Sudáfrica, la XV Cumbre del grupo BRICS. El lema del encuentro fue “Los BRICS y África: asociación para el crecimiento mutuamente acelerado, el desarrollo sostenible y el multilateralismo inclusivo.” Se trató de la primera cumbre presencial de éste bloque desde la pandemia de la COVID-19
Al momento del inicio de esta Cumbre este bloque estaba integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Para dicho evento, sin embargo, fueron invitados 67 Jefes de Estado africanos y del Sur global y una veintena de dignatarios, entre ellos el Secretario General de la ONU, el presidente de la Comisión de la Unión Africana, el presidente del Nuevo Banco de Desarrollo e importantes funcionarios a cargo de las comunidades económicas regionales.
Alrededor de 34 países confirmaron su participación en la Cumbre; mientras que alrededor de 40 países, incluyendo Cuba, la República Bolivariana de Venezuela, Argentina, Turquía, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Bangladés, Senegal, Argelia, Etiopía, la República Islámica de Irán e Indonesia, habían manifestado previamente su interés por unirse a dicha agrupación. La presidencia del BRICS la ocupa actualmente Sudáfrica, país que ante las discrepancias sobre posible ingreso al BRICS, ha estado trabajando en un proyecto de “directrices” que guíe los criterios para la admisión de nuevos integrantes en la entidad.
El BRICS es un sistema del cual participaban, hasta esta Cumbre, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Como instancia de integración, se han comprometido con establecer un sistema económico mundial más justo y balanceado. Entre sus objetivos se encuentra la eliminación del hambre en dichos países. Se estima que en su desarrollo y fortalecimiento, será el sistema económico dominante a escala global para el año 2050.
Los países que integraban el BRICS previo a esta Cumbre representan el 31.5% del PIB a escala mundial y el 40% de la población mundial. De acuerdo con el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, la participación del dólar en las transacciones de exportación e importación entre los países miembros del BRICS fue de 28.7%. Aunque el siguiente dato no sea el más reciente, sí nos ofrece una idea de la ampliación del comercio entre los países que conforman el BRICS. Se estima que para el 2002 la existencia de un intercambio comercial entre dichos países fue de 21 mil millones de euros, comparado con tal intercambio para 2012, estimado en 219,400 millones de euros. En cifras, el comercio entre estos países alcanzó en 2022 la suma de $762,000 millones. Las inversiones anuales se cuadruplicaron en un período de 20 años.
Debido a su peso en la economía mundial, de acuerdo con el presidente brasileño Luis Inacio (Lula) Da Silva, dado el hecho de que estos países representan una tercera parte de la economía mundial, la agrupación tiene una oportunidad única de moldear la trayectoria global. Lula ha sido enfático en insistir en la integración económica de su país con los países africanos, señalando también la posibilidad exportar a África “algunas experiencias de éxito, como la tecnología en la agricultura tropical”, que en su país ha permitido convertir en Brasil “el corazón de la industria alimentaria exportadora.”
Lula, además, al igual que la República Popular China, se ha expresado favorable al ingreso de Argentina en el grupo, indicando que sería positivo para Brasil dada la interdependencia entre ambos países. Argentina es hoy el principal comprador de productos fabricados en Brasil.
El presidente brasileño señaló, también, que “no se opone a otros foros internacionales, sino que procura un trato igualitario para el Sur” en el desarrollo del debate mundial. Fue claro al afirmar que el “BRICS no es un contrapunto al G-7, ni del G-20, ni contra nadie.” Queremos, indicó, “organizarnos como el Sur Global, algo que antes no existía. Somos importantes en el debate mundial, sentados en la mesa de negociaciones, en pie de igualdad con la Unión Europea y EE UU.”
El presidente cubano Miguel Díaz-Canel en un aparte con Dilma Rousseff, presidenta del Banco de los Brics, y dialogaron sobre la posibilidad de realizar proyectos conjuntos. Foto: @PresidenciaCuba/X.
Uno de los logros en ocasión de esta Cumbre ha sido precisamente el ingreso de Argentina, la República Islámica de Irán Arabia Saudita, Etiopía, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos al BRICS.
Cecilia Todesca Bocco, por ejemplo, Secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería de la República Argentina, al expresarse en torno a la importancia de la incorporación de su país al BRICS, señaló que “este bloque lo integran nuestros principales socios y por eso es fundamental formar parte. Con el ingreso de Arabia Saudita, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán, el grupo representa el 33% de las exportaciones argentinas.”
En referencia a su vecino Brasil, la funcionaria manifestó:
“Hay que destacar el rol de Brasil, ya que el 50% de nuestras exportaciones a ese país son manufacturas: no solo es nuestro principal socio, sino también el principal destino de bienes industriales…Llegar a los BRICS muestra una integración mucho más fuerte.”
La decisión de ingreso de Argentina al BRICS, sin embargo, llega a pocos días del proceso electoral primarista donde el gobierno peronista de Alberto Fernández y su candidato Sergio Lassa, fue superado en votos por el candidato de la extrema derecha, Javier Milei. El ganador de este proceso electoral ha manifestado que rechaza “pactar con comunistas”. No olvidemos que el ingreso de Argentina al BRICS es el ingreso a un bloque en el cual precisamente la República Popular China tiene un peso enorme.
Se menciona hoy la posibilidad de que, de cara al futuro y con la participación de nuevos actores, sea posible la creación de una moneda comercial única entre estos países sustitutiva de las monedas nacionales. En tal proceso de cambio el Banco de Desarrollo de los BRICS (NDV) jugaría un importante papel. A esto, sin embargo, Sudáfrica ha respondido señalando que es demasiado pronto para hablar de una moneda BRICS, por lo que apuesta en lo inmediato al fomento del desarrollo del comercio utilizando monedas locales.
El presidente de la República Popular China, Xi Jinping se expresó con relación a la Cumbre indicando la necesidad de trabajar con miras a “promover a un nuevo nivel la multilateral cooperación estratégica” entre su país y Sudáfrica. Por su parte, el primer ministro de India afirmó que la Cumbre “servirá de plataforma para debatir los problemas de la región del sur global y otras áreas de desarrollo.”
El BRICS es una entidad que se funda para el año 2006, originalmente bajo el anacronismo de “BRIC”, aunque su primera cumbre se lleva a cabo en junio de 2009. Su presidencia la ejerce desde 2023 Cyril Ramaphosa, quien a su vez es el presidente de Sudáfrica.
Los países que conforman el BRICS ocupan un espacio de 39.7549 millones de kilómetros cuadrados (15.346 millones de millas cuadradas), lo que equivale al 26.7% de la superficie del planeta. En ella reside una población también estimada en 3.21 billones de habitantes, o el 41.5% del total a escala mundial.
El presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, estuvo físicamente ausente del evento dado el mandato de arresto en su contra por parte de la Corte Penal Internacional como resultado de la guerra que actualmente libra la Federación Rusa en Ucrania. Esta guerra ha sido descrita por muchos como una guerra tipo “proxy”, la cual realmente está librada entre la Federación Rusa y la OTAN, aunque su desarrollo es principalmente en suelo ucraniano. Otros altos funcionarios, entre ellos Serguéi Lavrov, Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa, sí estuvieron presentes en el evento teniendo una activa participación de las deliberaciones y acuerdos alcanzados.
Sudáfrica es uno de los 122 países firmantes del “Estatuto de Roma” de la Corte Penal Internacional. El documento obliga a los países que lo han suscrito a detener a los imputados de delito por este Tribunal localizado en La Haya. Uno de los principales partidos de oposición en Sudáfrica, a pesar de la posición inicial del gobierno de permitir la presencia de Putin en la Cumbre, pretendía su detención, lo que de darse por parte de un tribunal sudafricano, podría ocasionar un serio incidente entre los dos países.
Sobre el tema de la guerra en Ucrania, sin embargo, hay posiciones encontradas entre los asistentes a la Cumbre. Por ejemplo Sudáfrica, la República Popular China y la India no han condenado la ofensiva rusa en suelo ucraniano. Brasil por su parte, en el pasado, bajo Jair Bolsonaro, sí lo hizo. Hoy, su nuevo presidente, se ha negado no sólo al envío de armas a Ucrania, sino también, a la imposición de sanciones económicas a Rusia. Es por esto que el presidente ucraniano Zelensky ha acusado a Lula de “coincidir con los pensamientos de Putin”, poniendo en duda “la capacidad de comprensión del mundo, del presidente brasileño.” Por su parte, el mandatario sudafricano ha manifestado que su país mantiene una política de no alineación y señala que “no se dejará arrastrar a una competición entre las potencias mundiales.”
Tanto la República Popular China como Brasil y un conjunto de países africanos han presentado propuestas para atender el fin de la guerra en Ucrania mediante un proceso de negociación. Sin embargo, ni el gobierno de Zelensky, ni los países agrupados en la OTAN, han dado consideración alguna a las propuestas de estos países. Por el contrario, continúan el envío dinero para la adquisición de armas cada vez más destructivas y peligrosas a Ucrania, así como de enromes sumas de dinero, con el único y deliberado propósito de prolongar el conflicto y pretender debilitar la Federación Rusa frente a Occidente.
Si como muestra un botón basta, la propuesta china para la vía negociada del conflicto en Ucrania incluye los siguientes puntos: (a) respetar la soberanía, integridad e independencia de todos los países; (b) abandonar la mentalidad de Guerra Fría; (c) cese al fuego de ambas partes; (d) reanudación de conversaciones de paz; (e) resolver la crisis humanitaria; (f) protección de civiles y prisioneros de guerra; (g) no utilizar armas nucleares; (h) mantener seguras las centrales nucleares; (i) facilitar la exportación de cereales; (j) detener las sanciones unilaterales; (k) mantener estables las cadenas industriales y suministro; y (l) promover la reconstrucción post conflicto.
Uno de los objetivos de la Federación Rusa en procurar ampliar la participación de otros países en el BRICS es evidentemente contrarrestar las sanciones impuestas por Occidente contra su economía como resultado de la guerra en Ucrania. En el caso de la República Popular China, se señala también que su interés en ampliar la participación de otros países en el BRICS se determina por consideraciones económicas, basadas en su interés por reforzar sus presencia en los mercados de los países africanos y suramericanos, ello como parte de su enfrentamiento económico con los Estados Unidos y sus aliados de la Unión Europea y países asiáticos. En el plano europeo, el fortalecimiento y ampliación del BRICS sería un contrapeso a los países del G-7: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, y el Reino Unido de la Gran Bretaña.
Causó sorpresa el hecho de que, habiendo llegado a Sudáfrica desde el lunes previo al inicio de la Cumbre, el presidente chino Xi Jinping no se presentara a la sesión inaugural dando su discurso. Para ello delegó su lectura en el Ministro de Comercio, Wan Wentao. Las razones para la ausencia no se hicieron públicas, lo que ha dió base a distintas especulaciones.
Entre los señalamientos hechos por el Ministro en su lectura se encuentra la advertencia, evidentemente hecha al gobierno de los Estados Unidos aunque sin mencionar su nombre, de evitar caminar sonámbulo “hacia el abismo de una nueva Guerra Fría.”
Sobre el ingreso de nuevos países al BRICS, Xi Jinping ha expresado:
“Esta expansión es histórica: muestra la determinación de los países BRICS para unirse y cooperar con un círculo más amplio de países en desarrollo, responde a las expectativas de la comunidad internacional y los intereses comunes de los mercados emergentes”
Otro asunto de importancia presentado en el contexto de esta cumbre fue el llamado hecho por el presidente de Ghana, Afuko-Addo, en torno a la “necesidad urgente de reformar la ONU y el Consejo de Seguridad, especialmente su composición y estructura. A lo anterior se suma el señalamiento hecho por representante de Sudáfrica, país anfitrión, al indicar: “China y Rusia han sido víctimas de una estrategia de ‘ahogo, empuje y provocación’ por parte de algunos países y alianzas occidentales, con el último ataque en forma de una amenaza velada contra China en una reunión del G-7 en mayo de este año por uno de sus principales miembros.” Esta expresión se relaciona con la declaración del G-7 en torno a Taiwán y al Mar Meridional de China, su referencia a los derechos humanos en China y a sus prácticas comerciales, calificando dicho país como “una amenaza a la estabilidad global y regional”.
Es el sentir de observadores de esta cumbre, que la misma marca un paso de importancia al acercarse al objetivo perseguido por años, desde la caída de la Unión Soviética y el llamado Campo Socialista, frente al esfuerzo de occidente por imponer un mundo unilateral. La Cumbre refleja la opción de que los pueblos y sus gobiernos por moverse a un mundo multilateral.
Joko Widodo, presidente de Indonesia, luego de calificar de “injusto el orden mundial actual”, expresó su aspiración de la siguiente manera:
“Los países en desarrollo deben unirse para defender sus derechos, para luchar contra la discriminación, deben seguir promoviendo una cooperación equitativa e inclusiva. Los BRICS pueden jugar un rol principal en la lucha por la justicia en el ámbito del desarrollo y por la reforma de la gestión global.”
Como parte de la Declaración Final de esta XV Cumbre de los BRICS se dispuso, entre otras cosas: (a) favorecer el uso de monedas nacionales en el comercio internacional, así como entre los países del grupo; (b) aumentar la cooperación agrícola y fortalecer la seguridad alimentaria; (c) mayor participación de los países en desarrollo en los organismos internacionales; (d) promover el desarme y la no proliferación de armas biológicas y químicas; (e) se aboga por una solución pacífica a la crisis ucraniana mediante el diálogo y la diplomacia; (f) manifestó su preocupación por la crisis en Níger; (g) resolver la cuestión nuclear de la República Islámica de Irán por medios pacíficos y diplomáticos tomando como guía el Plan de Acción Integral Conjunto y la Resolución 2231 de la ONU de 2015; (h) apoyo a un sistema de comercio internacional abierto, justo y basado en normas con la Organización Mundial del Comercio; (i) apoyo a una reforma exhaustiva de la ONU y del Consejo de Seguridad haciendo de la mismo y del mismo uno más democrático, representativo, eficaz y fructífera; (j) profundizar la cooperación entre las respectivas agencias espaciales; (k) preocupación por el deterioro de la situación de seguridad, humanitaria política y económica en Haití; (l) el fortalecimiento y sostenibilidad de los sistemas energéticos, incluyendo la infraestructura crítica y uso de energía limpia.
Ciertamente, las agujas del reloj se mueven en dirección distinta a los intereses económicos y políticos de las principales potencias de occidente. El BRICS en su desarrollo puede ser el pivote desde el cual se acceda a un nuevo orden mundial.