Un hombre bueno para el puesto

Desde el mismo momento en que su amigo Peyo, el del bar, le leyó el anuncio sintió en su corazón que él era la persona idónea para ocupar el puesto que se ofrecía. No descansó hasta conseguir la entrevista que estaba por comenzar. Resuelto, confiado y dispuesto, se había vestido con el viejo uniforme que guardaba como recuerdo de su pasado laboral y ahora, con la serenidad de todos sus años, se disponía a contestar el interrogatorio que lo podría llevar a culminar su carrera profesional. Luego de los saludos formales, comenzó la entrevista.

—— Puede decirme su nombre completo? ——

—— Francisco Silva Vidal. Pero todos me conocen como Panchito. ——

——¿Ocupación?——

—— Guardia Electoral.——

—— ¿Podría explicar eso de Guardia Electoral? ——

—— Claro, con mucho gusto. En cada elección me dieron un uniforme kaki, una macana y me juramentaron  para vigilar que,  en el colegio donde me asignaban, todo se llevara a cabo en orden. Es una gran responsabilidad que siempre cumplimos a cabalidad. ——

—— Disculpe, pero esa función hace años que la desempeña la Policía. ——

—— Cierto. Yo estoy retirado de la misma hace más de treinta años. Esta ha sido la única profesión que ejercí y como usted me preguntó. ——

—— ¿Se considera cualificado para el puesto que estamos solicitando? ———

—— Desde luego que si. Ejercí como Guardia Electoral desde los 21 años hasta los 33 cumplidos. Tres elecciones consecutivas. Y que conste, eran los tiempos cuando la gente salía a votar. Desde entonces, hasta el sol de hoy, he seguido el proceso electoral del país paso a paso. Tengo todo el tiempo del mundo para seguirle la pista a los candidatos, conozco de memoria lo que dicen y el abismo que hay entre lo que hacen. He leído, cada cuatro años, todos los Programas de Gobierno de todos los partidos y he mantenido la educación continuada en el tema desde los tiempos de los gestos de Evelio Otero, las lecciones de García Passalacqua, las clases magistrales de Cara a Cara Ante el País, Fuego Cruzado, Bennie Franky Cerezo los domingos, y escucho ahora todos los  programas de radio de los noveles analistos. Lo anterior,  sin pasar por alto que leo Primera Hora, El Vocero, El Nuevo Día, Metro y NotiCel,  todos los días. ——

—— ¿Ha completado algún grado universitario en Ciencias Políticas ?——

—— Bueno,  eso depende de lo que usted considere Universidad. Si se refiere a la Universidad de Puerto Rico con su disminuido presupuesto y su cambia cambia de presidentes, la Interamericana que botó a su presidente, la Ana G. Méndez que la presidencia se hereda o la Católica que nunca se sabe quien preside, a esas no he acudido. Pero debo aclararle y precisarle, los estudios sobre la política local los he hecho en unos Centros de Estudio de primera clase. En la tienda de don Sico, que vende de todo y se juega dominó, he tenido la oportunidad de codearme con el republicano de antes y de ahora  Don Geño, experto en las relaciones con los Estados Unidos, el buen Pepe Chivero, Popular del corazón del rollo, nadie como él para saber cómo piensa el electorado colonizado hasta el ñú.  Toño Colón ha sido mi maestro en analizar objetivamente lo que se dice en la entrelíneas de los discursos. Y para saber lo que se mueve en el lado de los independentistas, nadie como Miguel Díaz. Ese hombre sabe desde Betances hasta Juan Dalmau lo que se cocina en el partido que va a las elecciones y lo que se sancocha en las otras organizaciones de nuestra sui generis izquierda. ——

——Si, pero…——

—— Disculpe, pero es que todavía no le he dicho nada sobre el  otro centro de estudios donde me pongo al día con la fragmentación de los republicanos de hoy, los populares que ya no son de Muñoz, el junte de los alternos y los pujos de los conservadores. Donde estudio y aprendo más es en el  Bar de Peyo,  localizado en la esquina caliente. Ahí si que se airean bien los trapitos al sol de nuestra clase política. Como Peyo nunca ha puesto el rótulo ese que impide hablar de política,  pues él tiene el don de poder apaciguar los ánimos cuando la discusión se sale de lo didáctico, allí se habla fuerte y claro sobre todo lo que realmente quiere cada grupo. ——

——¿Puedo seguir con la entrevista? ——

—— Caramba, no faltaba más. ——

—— Usted me parece un caso curioso, para decir lo menos. ¿Usted leyó nuestra convocatoria para este puesto? ——

—— Voy a ser bien sincero, solo leí las letras grandes. Las chiquitas, a mi edad y con mi diploma de primer grado de los años cincuenta, se me hizo muy difícil. Precisamente fue Peyo el que me leyó el anuncio, me marcó el teléfono donde hice la cita y me prestó los veinte pesos para llegar acá a San Juan. Él está esperanzado en que yo obtenga la plaza que ustedes ofrecen. También espera que le pague todos los tickets atrasados que le debo. No tan sólo él reconoce mis capacidades sino que también tiene, como buen político, su particular interés. ——

—— Vaya, vaya,…voy entendiendo. ——

—— ¿Algún dato adicional que necesite de mi currículo? ——

—— Creo que estoy por terminar. ¿Por simple curiosidad, tiene usted algún partido de preferencia? ——

—— Viola usted la secretividad del voto con esa pregunta. Pero, yo estoy verdaderamente interesado en la plaza que ustedes ofrecen y voy a contestarle con la verdad y nada más que la verdad. Desde la última elección en la cual trabajé como Guardia Electoral decidí que no volvería a votar en los comicios del país hasta que alguien no diga, con la mayor claridad y honestidad, que se postula para que desde el primer día, desde el mismo primer día de su mandato, sin mayor tardanza ni demora, cambiará todo en el país. Después de ver todos los traqueteos en los colegios, vivir por los pasados cincuenta y cinco años en el país sin ver cambio real alguno, gane quien gane, y terminar en la dictadura que hoy aquí nos obliga a vivir en la miseria por las próximas generaciones, para pagar una deuda que sabe Dios en la cuenta bancaria de quién están depositados los chavos, no hay manera de que yo me haga cómplice de ese proceso. ——

—— ¿Pero, no cree que esa posición suya lo descalifica para el puesto que estamos reclutando? ——

—— Pues fíjese que no. Razono que es todo lo contrario. Como bien me lo ha definido mi amigo Toño Colón con su irrefutable objetividad, no tener compromiso con ninguno de los partidos, grupos, intereses, y otras malas yerbas que concurren a las Elecciones Generales, me permite repartir el pan en partes iguales y adjudicar los casos ante mi consideración, sin penas, ni glorias, ni dedos amarrados, simplemente partiendo por la calle del medio y dando al César lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. ¿Acaso no es eso lo que ustedes están buscando en el presidente de la Junta Estatal de Elecciones? ——

El silencio fue total en la elegante y refrigerada oficina. Nada del acostumbrado estrechón de manos o la promesa de una futura llamada. Francisco Silva Vidal, Panchito para sus amigos, se levantó suavemente de la cómoda butaca y enfundado en su viejo uniforme kaki, recogió la macana del piso donde la había depositado mientras era entrevistado y orgulloso de su desempeño, salió al recibidor donde otros candidatos al puesto esperaban su turno para ser entrevistados.

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Author: Erasto Zayas Nuñez

Erasto Zayas Núñez nació en el pueblo de Santa Isabel, PR el 7 de septiembre de 1949. Realizó estudios en las escuelas públicas del país y los universitarios en la UPR Recinto de Río Piedras y la Universidad Católica de Ponce. Casado, tiene cinco hijos y es el feliz abuelo de cuatro nietos. Escribe cuentos, poesía y durante dos décadas publicó una columna de opinión en el semanario El Oriental. Ligado al movimiento obrero en su capacidad de comunicador por más de medio siglo, se desempeñó como administrador de la Unión General de Trabajadores. Es uno de los fundadores de la Casa de Estudios Sindicales e integrante de su Junta de Directores.