Aumento del salario, ¿una medida anticapitalista?

Nota editorial: ¿Qué significa una propuesta anticapitalista? En el siguiente artículo se aborda el tema al evaluar la propuesta electoral de uno de los partidos de izquierda en Argentina.


“El primer punto de nuestro programa anticapitalista es el salario mínimo de $500.000, indexado”. La definición corresponde a Manuela Castañeira, precandidata a presidenta por el Nuevo MAS. La declaración de la Convención Nacional del NM, realizada el 1° de mayo, precisa y amplía la propuesta. Afirma que el aumento del salario mínimo “estructura nuestro programa anticapitalista porque parte de dar solución al problema más sentido de las y los trabajadores: la miseria salarial” (énfasis nuestro). Explica también que la indexación mensual del salario sería una respuesta a la “avivada de los capitalistas que remarcan los precios todos los días”. Además comportaría un acto de soberanía porque al aumentar los salarios se retiene dinero que es parte de las ganancias fugadas al exterior por los capitalistas. También sería una medida anti-dolarización porque fortalecería “a la devaluada moneda nacional como medio de intercambio interno y protegería la soberanía monetaria”. Además, rompería con la precarización laboral y mejoraría las jubilaciones y pensiones (véase aquí).

Como acostumbran los programas trotskistas para hacer frente a las crisis capitalistas, el NM propone acompañar el aumento a $500.000 del salario mínimo con otras medidas: plan de obras públicas; congelar los precios de los productos de las grandes empresas “bajo control de la ciudadanía” [se reemplaza el tradicional pedido de control obrero por el control “ciudadano”]; expropiar y encarcelar a los que tienen dólares en el exterior y a los especuladores; establecer el monopolio del comercio exterior y de la banca “con el Estado como intermediario, todo bajo control de los trabajadores para garantizar los intereses del país” [ahora no son los ciudadanos sino los obreros los que controlan, para garantizar “los intereses del país”]; aumentar las retenciones a las exportaciones agrarias y eliminar el IVA; y estatizar la actividad minera bajo control de los trabajadores (ibíd.).  

El eje que motiva la presente nota es la idea de que un programa anticapitalista se ordena, o estructura, en torno al aumento del salario; y que esta demanda, en consecuencia, pueda ser una medida anticapitalista.

No hay salario “anticapitalista”

… y esta es la razón por la cual un programa anticapitalista, con un enfoque socialista, no puede estructurarse, u ordenarse, en torno a la exigencia de aumento del salario. Un programa anticapitalista real -socialista- solo se puede estructurar a partir de la toma del poder por los trabajadores y la transformación social de raíz. Esto es, orientada a la abolición de la propiedad privada del capital y a la incorporación de las masas trabajadoras al control y administración de los medios de producción. Es en este marco que un ordenamiento social revolucionario determinaría los salarios (que necesariamente estarán condicionados por el desarrollo de las fuerzas productivas); así como el volumen de excedente que se dedicará a otras necesidades sociales y políticas, o a la inversión.

Creer, por el contrario, que un programa económico y social, en el sistema capitalista, se puede estructurar en torno a un aumento del salario mínimo es olvidar que la lucha por el salario se da al interior del modo de producción capitalista. Para entender esto, repasemos lo básico: el salario (“valor del trabajo”) encubre que en la jornada laboral el obrero genera más valor que el que recibe bajo la forma de salario. Y esto es inherente a este modo de producción. Por eso, en tanto exista la propiedad privada de los medios de producción, el asalariado deberá entregar plustrabajo gratis al capitalista De lo cual se desprende que la reivindicación del aumento salarial no puede ser una medida anticapitalista. Sin embargo, el reformista obstinado nos pregunta… ¿acaso los salarios no pueden elevarse al punto de hacer desaparecer la plusvalía? En ese caso, el aumento de salarios sería una medida anticapitalista, como dice el NM. Nuestra respuesta: no hay manera de que el capitalismo desaparezca a partir de la lucha por salarios anticapitalistas. Mucho antes de que tal cosa ocurra los capitalistas responderán no invirtiendo; invirtiendo en tecnología que manda obreros al paro; o fugando plusvalía al exterior (otra forma de no invertir). Es la manera en que se efectiviza el poder de la propiedad privada de los medios de producción frente a la no propiedad de los asalariados. Por este motivo Marx nunca le propuso a la clase obrera pelear por un salario “anticapitalista”. Fue crítico de aquellos que sostenían que los salarios siempre estarán en el nivel de subsistencia mínima, pero también advirtió que en tanto exista el régimen capitalista las luchas salariales tendrán límites objetivos. El aumento del salario mejora el nivel de vida del obrero, pero no acaba con la explotación. Es algo central en la teoría de la plusvalía. Decir que un determinado aumento del salario constituye una medida anticapitalista es engañar a la gente.

La economía capitalista no se ordena por el salario

Dado que la propiedad de los medios de producción y de cambio está en manos de los capitalistas, la economía capitalista no se ordena por el salario, sino por la decisión del capitalista de adelantar el capital dinero destinado a la compra de los medios de producción y de la fuerza de trabajo. Como el obrero está despojado de la propiedad de los medios de producción, no hay manera de que el salario determine la dirección o dinámica del capitalismo. Cuestión que se puede ver en el estúpido argumento “si aumentan los salarios, ese dinero no se va del país”. La realidad es que si aumentan los salarios, los obreros comprarán, en una primera instancia, más medios de consumo (no medios de producción, sino de consumo). Los capitalistas recibirán ese flujo incrementado de ingresos, pero no necesariamente lo reinvertirán en la renovación del ciclo productivo. De nuevo, la decisión sobre qué se hace con lo obtenido por la venta del producto no está en manos de los obreros, sino de los propietarios del capital. No hay forma de que la economía capitalista se ordene a partir de los ingresos de los asalariados. La relación de distribución inevitablemente depende de la relación de producción (relación de propiedad) subyacente.   

Venta de humo al por mayor

Decir que es posible imponer un salario “anticapitalista”, o que la economía capitalista se puede ordenar por el salario, es vender humo. Es puro humo electoral. Pero también es engaño plantear que se puede evitar la caída de los salarios indexándolos mensualmente. Si, por ejemplo, los precios en promedio aumentan un 10% durante el mes, los salarios recién recuperarán terreno al final del mes… para volver a estar perdiendo desde el inicio del siguiente mes. Otro dislate: afirmar que se puede reducir la desocupación prohibiendo los despidos. ¿Cómo no se le ocurrió a Marx? ¿O a Engels? Además, ¿qué tendrá que ver esa medida con las leyes de la acumulación capitalista? (véase aquíaquí). 

Otro dislate: sostener que la elevada inflación en Argentina se debe a las “avivadas” de los capitalistas; o a su “codicia”. Y que por eso el remedio pasa por el control de precios de los productos de las grandes empresas. Es el eterno y fracasado discurso del reformismo estatista pequeñoburgués. No tiene nada que ver con la teoría marxista. Lo hemos discutido en otras entradas (por ejemplo, aquí) y no vamos a repetir los argumentos. Ahora simplemente señalamos la concordancia entre esta explicación subjetivo-conspirativa de la inflación (¿el curso de la economía está determinado por “avivadas”?) y la idea de un salario “anticapitalista”.

Pero además, y como telón de fondo, el infaltable sesgo nacionalista de la izquierda ad usum: nos dicen que aumentar los salarios fortalece la soberanía nacional. Así, el conflicto en torno al reparto del valor agregado entre el capital y el trabajo transmuta en un conflicto entre defensores de la nación y partidarios de la anti nación. ¿Habrá que concluir que el capitalismo nacional puede respaldar el alza de salarios en aras de defender a la Patria? Con otro plus en materia de disparates: ¿de qué teoría monetaria “a lo Marx” sacaron que el aumento de salarios fortalece la moneda del país en que están nominados esos salarios? 

Otras dos observaciones, todavía:1) las medidas de estatización y control estatal no tienen sentido progresivo si no son tomadas por la clase obrera, para lo cual hay que tener poder, comprendido el poder de las armas. Y esto hay que decirlo. 2) Incluso bajo un Estado obrero la propiedad estatal de los medios de producción no garantiza de por sí que no se desaten procesos inflacionarios; véase, por ejemplo, nuestra nota “Moneda en la Rusia Soviética, 1917-1930” (aquíaquíaquíaquí). 

Para terminar, todo indica que el electoralismo y la ideología del nacionalismo estatista hacen estragos en buena parte de la izquierda que se reivindica marxista. Es muy preocupante. Casi nadie reacciona frente a estas barbaridades, que se lanzan, en nombre del marxismo sin ton ni son y se leen y digieren como si fuera la cosa más natural del mundo. ¿Toda esta vulgarización de la teoría y crítica socialista para figurar en los medios o conseguir algunos votos más? ¿Así pretenden refutar a los ideólogos y economistas defensores del sistema? ¿Cuál es el límite? En cualquier caso, parece que basta con tener una elección a mano para ir cada vez más abajo.

Fuente: Blog de Rolando Astarita

Author: Rolando Astarita

Economista y marxista argentino, docente en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad Nacional de Quilmes. Autor de numerosos artículos y libros, tales como "Economía política de la dependencia y el subdesarrollo", "Monopolio, imperialismo e intercambio desigual" y "El capitalismo roto".