La esperanza está encendida en Puerto Rico, con el anuncio histórico de que vamos camino a la unidad en la acción, que permitirá derrotar al bi-partidismo colonial, neoliberal y corrupto, en las elecciones del 2024.
Acceder al gobierno con todas sus limitaciones, representa un paso de avance indispensable, para adelantar el proceso de descolonización de Puerto Rico y mejorar nuestra calidad de vida. No basta con solamente luchar por reivindicaciones inmediatas que permitan conquistas ciudadanas ambientales, por derechos humanos y en defensa de nuestro patrimonio, entre otras.
Todas estas luchas sectoriales son esenciales, pero desde la administración del estado, podemos detener en seco la venta pedazo a pedazo de nuestro territorio nacional y la privatización de los servicios públicos. Además, reconstruir nuestra maltrecha economía, dándole énfasis al cooperativismo, a la soberanía alimentaria y atacar las raíces de la enorme desigualdad social.
Para lograrlo, hay que pasar de la retórica de la alianza, a la negociación de buena fe, poniendo a Puerto Rico primero, de parte del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) y el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP). Este acuerdo en ciernes, nos permitirá enfrentar la tiranía y el pillaje de los dos partidos tradicionales, entregados al gran capital y a la corrupción pública, ya totalmente desprestigiados.
Victoria Ciudadana, fundado recientemente el 11 de Marzo del 2019, con el sabio liderato joven de Alexandra Lúgaro y Manuel Natal Albelo, así como el renovado PIP, bajo la efectiva dirección de Juan Dalmau Ramírez, organizado desde el 20 de octubre del 1946, tienen pues una enorme responsabilidad. Más allá de la actitud conciliadora de sus dirigentes máximos, ahora entramos a la etapa decisiva de consensuar una estrategia política y electoral con respeto, sentido histórico y compromiso social.
El objetivo principal es instituir un gobierno honesto, el rescate de las instituciones públicas y un proceso de descolonización, a través de una Asamblea Constitucional de Estatus. Esta visión común, culminará en un gobierno democrático y por la justicia social, que establecerá una política pública donde primero se defenderá a los más pobres, a los trabajadores y a los pequeños comerciantes.
Para el MVC, convertido en la tercera fuerza política del país, desde su primera participación electoral en el 2020, este esfuerzo unitario es parte integral de una filosofía más amplia. Se intenta agrupar todas las voluntades, por encima de las preferencias de estatus. Los principios políticos y económicos básicos, están contenidos en el estratégico documento fundacional “La Agenda Urgente”.
Recordemos que ha sido la división política en torno a las preferencias de estatus, la píldora venenosa que ha mantenido al pueblo estancado por más de un siglo, en donde “el divide y vencerás” ha triunfado, para beneplácito del poder colonial.
Por otro lado, la alianza electoral es mucho más difícil para el PIP, porque nunca la ha promovido, durante toda su existencia (1946-2022). Fue en el 2020, donde por primera vez Juan Dalmau, anunció que su voto no era un endoso a la independencia, sino el respaldo a un programa denominado “Patria Nueva”. Esa nueva apertura hacia otros sectores ideológicos por parte del PIP, coincide plenamente con la “Agenda Urgente” de Victoria Ciudadana.
De esa manera, fue que Juan Dalmau, logró un apoyo sin precedentes como candidato a Gobernador por el PIP, alcanzando 174,402 mil votos, para un 13.7% de los votos, mientras la candidata de Victoria Ciudadana, Alexandra Lúgaro, obtuvo 179,265 mil votos para un 14.2%. Un total de 353 mil votos, que representa un 28% entre ambas candidaturas. La gobernación se ganó con 33% en el 2020.
No olvidemos que el MVC sacó casi el doble de los votos íntegros del PIP en el 2020, con 113 mil a 60 mil votos, respectivamente. Es Juan Dalmau, la figura carismática que logró 110 mil votos adicionales a los del PIP. Esta realidad es la clave para entender la correlación de fuerzas existentes, que podría derrotar al PNP-PPD. Ahora hace falta consensuar, para lograr la conquista por primera vez del gobierno, en el 2024.
Las condiciones objetivas están maduras para lograrlo, ante el colapso del gobierno neoliberal actual y el empobrecimiento de nuestra población. Lo indispensable es que en esa mesa de negociación de la “Alianza de País”, se acuerden postular candidatos comunes a todas las posiciones electivas del nuevo gobierno, evitando la división de los votos, en todas las instancias.
Estas incluyen la candidatura a Gobernador (a), Comisionado (a) Residente en el Congreso de USA, Legisladores (as) por Acumulación, por Distritos y Municipales. También los Alcaldes (as) en los 78 Municipios de Puerto Rico. Ese es el mayor reto que tenemos por delante. Ya debemos auscultar las personas que se harán disponibles. Atrás tienen que quedar las movidas egoístas, que caracterizan a la clase politiquera tradicional.
Hay que tomar plena conciencia e insistir, en que la unidad en la acción electoral es imprescindible, para salir airosos en esta coyuntura histórica favorable a la victoria del pueblo. Solo con desprendimiento y una visión constructiva y solidaria de Victoria Ciudadana, el PIP y los movimientos sociales, lograremos el objetivo histórico de triunfar en las elecciones del 2024.