Frente Salubrista por la Justicia Laboral convoca a marcha

Al presente, la fuerza laboral de enfermería en Puerto Rico está compuesta por aproximadamente 40,000 personas. Según datos del Departamento del Trabajo, para el año 2020, se reportaron solo 23,850 personas ejerciendo la práctica en el país, esta cifra engloba al personal graduado, práctico y de anestesia. Actualmente, la población del país se aproxima a 3.1 millones de habitantes. Lo que supondría una proporción de 7.6 enfermeras(os) por cada 1,000 personas. Noruega por ejemplo cuenta con alrededor de 20.6 enfermeros(as) por cada 1,000 habitantes. La comparativa anterior pretende develar la magnitud de la escasez de profesionales de enfermería que existe en Puerto Rico. En este momento, el país no dispone del personal suficiente para atender adecuadamente las necesidades fisiológicas y biopsicosociales de su población.

            La pandemia ha dejado en evidencia la incapacidad del Estado para manejar un evento de tal magnitud. Sin embargo, la precariedad en los escenarios de salud antecede al COVID-19. Los problemas de infraestructura en los diferentes escenarios, la carencia de materiales y equipo médico, la sobrecarga de trabajo, el quemazón (“burnout”), la baja remuneración,  son algunos ejemplos de la realidad que experimenta este grupo de profesionales. A las pobres condiciones laborales se suma la austeridad que se vive en el país. Los altos costos de vida han provocado una fuga acelerada de personal diestro y experimentado. Son cada vez menos los profesionales de enfermería que deciden permanecer en Puerto Rico. Dado que la pandemia exacerbó la carencia de personal, en el 2020 se presentaron dos proyectos en la Cámara de Representantes (PC 2143 y el PC 2144) para enmendar la Ley 27 y 28 de 2005, con el fin de aumentar el salario mínimo para el personal de enfermería tanto del sector público como del privado. Debido a las presión ejercida por la Asociación de Hospitales y el gran capital, el proyecto sufrió varias enmiendas desfavorables como la disminución del tope de salario, la exclusión del personal con maestría y doctorado, y la extensión del periodo (julio de 2023) para que los patronos del sector privado cumplan con el nuevo estatuto. Hasta la fecha solo un pequeño grupo de empleadores del sector público ha cumplido con el aumento de salario que entró en vigor en agosto del 2020.

            La fuga de profesionales ha persistido pese a la nueva ley, ya que la misma no se ha hecho valer. La crisis que viven los profesionales de enfermería demuestra que tanto el Colegio de Enfermería, como las diferentes uniones han sido poco diligentes en cuanto a defender los derechos de sus matrículas. Año tras año hemos sido testigos de cómo nuestro gremio y algunas uniones que nos representan, han arrastrado los pies para atender los reclamos de las enfermeras y enfermeros que sostienen sus organizaciones. Ambas estructuras incumplen con sus principios organizacionales que van dirigidos, en gran medida, a defender el bienestar de sus matrículas y de la población en general. La pobre fiscalización por parte del Colegio de Enfermería, la inactividad de las uniones, la politización y el desmantelamiento de las agencias gubernamentales en Puerto Rico han dado paso a la condición más funesta que jamás ha vivido el personal de enfermería. El Estado, aunado a los intereses de las aseguradoras, los mercaderes de hospitales y la Junta de Control Fiscal, conspiraron para implementar la mal llamada Reforma Laboral. De esta forma, las políticas neoliberales han despojado al personal de enfermería como a decenas de miles de trabajadores y trabajadores, de sus beneficios marginales, protecciones laborales y derechos adquiridos.

Es evidente que el bienestar de los profesionales de la salud y de las(os) residentes de Puerto Rico, es secundario al pago de una deuda ilegítima. La Junta se encuentra actualmente litigando en los tribunales de E.U. para impedir que se realicen cambios a la Reforma Laboral.

            La crisis en el sistema de salud no se avecina, la crisis está aquí y la sufrimos todos los días. Una muestra de ello es la falta de personal en la única unidad supraterciaria de Puerto Rico y el Caribe (Centro Médico), el cierre de programas universitarios en la Universidad de Puerto Rico, el cierre de hospitales y clínicas municipales; pueblos sin unidad hospitalaria (Vieques), cierre de la única institución psiquiátrica para menores (Unidad de Hospitalización Psiquiátrica de Adolescentes), abandono casi total de la última unidad psiquiátrica para adultos del Estado (Hospital Dr. Ramón Fernández Marina). La escasez de personal se traduce a que no se podrá ofrecer servicios de cirugía, trauma, intensivo, emergencia, parto, cuidado neonatal, hospicio, cuidado en el hogar, atención renal y oncológica, y de salud mental (escenarios totales, parciales y/o ambulatorios) con la calidad y premura que amerita. Actualmente, no disponemos del recurso humano para atender dignamente la salud de las y los puertorriqueños.

            Las enfermeros(as) del país están agotados y desmoralizados debido al actual sistema de gobierno que no responde a los intereses de la clase trabajadora. La salud del país entero se deteriora en la medida que no hay profesionales para ofrecer este servicio esencial. Es imposible imaginar un futuro esperanzador para los residentes de Puerto Rico si no detenemos el desmantelamiento del sistema de salud. Luchar por nuestros derechos como profesionales de enfermería es cónsono con la función de proteger y salvaguardar la salud de nuestra gente. Por esta razón, se ha creado el presente comunicado que recoge el sentir de un sector amplio de los profesionales de enfermería. Nos hemos autoconvocado para presentar los siguientes reclamos:

  1. Implementación inmediata del aumento salarial propuesto en la Ley 136 y 137
  2. Revertir la Reforma Laboral, restituir beneficios marginales y derechos adquiridos.
  3. Disminución y regulación de la proporción enfermera(o)-paciente
  4. Mejores condiciones de trabajo que incluya equipo de seguridad, material médico, instrumentos en funcionamiento para llevar a cabo funciones
  5. Aumentos periódicos de salario e incentivos por educación, certificaciones, experiencias y años de servicio.   

            Es por esto que hemos decidido hacer escuchar nuestras exigencias como clase trabajadora y manifestarnos en la calle el miércoles 14 de septiembre de 2022, a las 4:30pm. Marcharemos desde el Balneario el Escambrón hasta la Fortaleza. Exhortamos al Colegio de Profesionales de Enfermería, a las uniones y a los funcionarios públicos a respaldar esta iniciativa dado a la urgencia del asunto. Le pedimos encarecidamente al pueblo de Puerto Rico que se una a nuestra lucha. La salud es el pilar de un pueblo.   

                                                           “Las personas que mueven montañas comienzan cargando pequeñas piedras” (Proverbio chino)

  

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Author: Admin