(3 de diciembre de 2021) – En la tarde de ayer jueves, 2 de diciembre de 2021, supe a través de los medios de comunicación que la Comisión de Ética de la Cámara de Representantes rechazó mi solicitud de reconsideración en cuanto a sus recomendaciones sobre el autoreferido que hice durante el mes de septiembre, así como mi petición de que se me citara a una vista ejecutiva. Al momento no he recibido comunicación oficial alguna sobre esta determinación o sobre la aparente intención de llevar el asunto al pleno de la Cámara el próximo lunes.
Ante la negativa de la Comisión a evaluar mis planteamientos, me veo obligada a señalar que ha quedado demostrado el gran contraste entre quienes han creado una madeja de mentiras, manipulaciones y exageraciones para manchar mi reputación y la transparencia, apertura y honestidad que siempre me ha caracterizado. Ni siquiera quisieron sentarse frente a frente conmigo. No quisieron aplicar a mi caso la misma regla de la cual se beneficiaron 38 representantes cuyos informes contenían errores o estaban incompletos, pero se les dio la oportunidad de enmendarlos. Cabe recordar que ellos y ellas también juraron que la información incluida en el informe “es correcta, cierta y completa”. Sin embargo, hoy no hay 38 querellas ante la Comisión de Ética.
La realidad es que no se ha sostenido un solo señalamiento que ponga en duda la limpieza de mi gestión legislativa, de mi carrera profesional o de mis asuntos personales. Nunca he cometido ni se me han imputado actos de corrupción o ilegales, ni en mis funciones anteriores, ni en mi puesto actual como legisladora. No he ocultado información alguna que pueda reflejar una situación económica distinta a la que reporté y quien me conoce sabe bien que el nivel de vida que tengo es cónsono con los ingresos que he reportado y no ha cambiado desde que comenzó mi gestión como legisladora. Nunca he recibido pago o beneficio alguno por impulsar u oponerme a legislación o por defender las causas en las que creo, nunca he malutilizado fondos públicos, no me he enriquecido de mi gestión pública y siempre he cumplido con mis deberes como ciudadana.
Más allá de ello, me he dedicado a combatir a quienes sí abusan de su poder, se lucran con fondos públicos y viven con lujos y opulencia, mientras imponen políticas de empobrecimiento, destrucción del ambiente y muerte a trabajadoras, estudiantes, mujeres, adultos mayores, personas con diversidad funcional y otras comunidades desaventajadas. De mi labor voluntaria pueden dar fe muchísimas personas y organizaciones con quienes he compartido las luchas por los derechos de las mujeres, por la separación de iglesia y estado, por los derechos de las personas que protestan, contra la pena de muerte, contra la austeridad, por el ambiente, y tantas otras. No me cabe la menor duda de que es precisamente por señalar la corrupción y a quienes se lucran en puestos públicos que se lanzó un ataque para dañar mi imagen.
Completado el informe de la Comisión de Ética, el asunto quedará entonces en manos del pleno de la Cámara. Espero que la decisión que tomen los y las representantes sea una justa basada en los hechos probados que estarán ante su consideración, no en el pantano para cuya creación se prestaron demasiados legisladores y legisladoras.
Representante Mariana Nogales Molinelli
Cámara de Representantes