La muerte del último presidente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas: una mirada en retrospectiva

Ha muerto el último presidente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas Mijaíl Gorbachov. También podría decirse de este personaje histórico, que junto con Boris Yeltsin, fueron los sepultureros de la Unión Soviética. Nacido el 2 de marzo de 1931 en el seno de una familia campesina, finalizada la Segunda Guerra Mundial, pasa a formar parte de la juventud del Partido Comunista de la Unión Soviética, el Konsomol. Ingresaría al Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) dos años más tarde en 1952.

Gorbachov inició sus estudios universitarios en 1950 obteniendo el título de licenciado en Derecho en 1955. En el seno del PCUS logró escalar posiciones de liderato siendo elegido al Comité Central de partido en 1971. Desde ahí, a partir del 1978  ocupa funciones de mayor jerarquía en el PCUS pasando a formar parte del Politburó de dicho partido en 1980 siendo entonces el funcionario más joven en tal estructura de dirección política. En 1985 fue elegido Secretario General del PCUS desde donde impulsó reformas a la estructura del gobierno y la economía soviética introduciendo conceptos nuevos como fueron “glasnost” (liberalización, apertura, transparencia); “uskoréniye”(aceleración) y el más conocido, “perestroika” (reconstrucción), que supusieron la renovación de los más altos cargos en el gobierno y del PCUS.

Luego del XXVII Congreso del Partido, celebrado en 1986, como parte de la gestión de Gorbachov, se liberaron varias decenas de “prisioneros de conciencia” enviados a prisión como resultado de sus disidencias con la estructura de poder en la Unión Soviética. A partir de 1987 nuevos cambios son introducidos designando a diversas posiciones importantes de gobierno a personas ajenas al Partido Comunista y mayor independencia al desarrollo de empresas no estatales. Es este el año en que publica su famoso libro “Perestroika: un nuevo pensamiento para nuestro país y el mundo.” 

A partir de 1988 se introducen otros cambios donde bajo el “glasnost” se promueven mayores libertades individuales en el marco del derecho de expresión y del derecho a profesar libremente la fe religiosa.  Esto generó al interior del PCUS un amplio debate entre los sectores más radicales promotores del cambio y los sectores más conservadores. Se promueve, también, el desarrollo de empresas cooperativas y privadas en la agricultura y la industria así como el desarrollo de empresas privadas en el área del comercio y los servicios, lo que culmina en ese año con los acuerdos de la XIX Conferencia del Partido Comunista de la Unión Soviética dirigidos a reducir la intervención del Estado en los procesos económicos y a sustituir la estructura político-legislativa por un nuevo Congreso de los Diputados del Pueblo de la Unión Soviética. 

En las elecciones efectuadas en 1989, Gorbachov es elegido presidente, obteniendo el 59% de los votos. Es también en estas elecciones que Boris Yeltsin es electo alcalde de Moscú. A partir de entonces, el principal rival que tendría Gorbachov será el alcalde de la capital del país. Es también el año donde emerge como volcán en erupción una amplia ola de reclamos nacionalistas al interior de la Unión Soviética, mientras en Europa Oriental la ola toma forma en protestas contra los gobiernos existentes vinculados al Pacto de Varsovia y en consecuencia, a la Unión Soviética.

A finales del año 1989 se produjo la llamada “caída del Muro de Berlín” seguida en los años siguientes por el derrocamiento o desmoronamiento de los gobiernos de Polonia, Hungría, Rumanía, Albania, Yugoeslavia, Checoeslovaquia y de la República Democrática de Alemania.

En  marzo 1991 se efectuó un referéndum en la Unión Soviética en el cual se consultó a la población si prefería o no la continuación de la Unión Soviética como un Estado político, a lo que el 78% de los votantes e expresó en favor de continuar bajo la Unión de Repúblicas Socialistas Soviética.  Sin embargo, a raíz del Tratado de Belavezha, promovido y suscrito por Boris Yeltsin como presidente de la República Socialista Soviética Rusa, se separan de la Unión Soviética dicha República, la República Socialista Soviética de Ucrania y la República Socialista Soviética de Bielorusia (Belarus). 

El 19 de agosto de 1991 se produjo un Golpe de Estado promovido por el Partido Comunista de la Unión Soviética y la KGB, organismo de la seguridad del Estado contra el gobierno que encabezaba Gorbachov el cual fracasó. Uno de los principales opositores al Golpe de Estado fue Boris Yeltsin, quien ya desde el poder ilegalizaría al PCUS y declararía nulas las anexiones por parte de la Unión Soviética de las repúblicas del Báltico (Letonia, Estonia, Georgia, y Lituania). Al interior de la Unión Soviética también comenzaron a darse procesos independentistas que trajeron como resultado la proclamación de la independencia en Ucrania, Georgia, Uzbekistán, Kazajistán, Kirguistán, Turkmenistán y el desarrollo de movimientos secesionistas en lugares como  fue en Chechenia.

Frente a la crisis que planteaban las dificultades de la Unión Soviética como poder central, se planteó la opción de mantener entre las distintas ex repúblicas un vínculo con un poder central mediante la creación de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), sin embargo, la propuesta no despegó ni prosperó. El día 5 de diciembre de 1991 Gorbachov escribió:

“Dada la situación creada con la formación de la Comunidad de Estados Independientes, ceso mi actividad como presidente de la Unión Soviética. Tomo esta decisión por consideraciones de principio. Se ha impuesto la línea de la desmembración del país y de la desunión del Estado, lo cual no puedo aceptar. Además, estoy convencido de que resoluciones de tal envergadura deberían haberse tomado basándose en la voluntad expresa del pueblo (es decir, un referéndum). El destino quiso que cuando me vi al frente del Estado ya estuviera claro que nuestro país estaba enfermo. Hoy estoy convencido de la razón histórica de los cambios iniciados en 1985. Hemos acabado con la Guerra Fría, se ha detenido la carrera armamentista y nos ha respondido con confianza, solidaridad y respeto.”

El 25 de diciembre de 1991 se disolvería oficialmente la Unión Soviética y Gorbachov dimitiría a su posición como Presidente de la URSS.

En momentos en que se disolvía la Unión Soviética, un joven abogado que había pertenecido a los servicios secretos soviéticos (KGV), destacado en Dresde, Alemania, donde en 1989 había conocido a Gorbachov poco tiempo antes de la caída del Muro de Berlín, regresa a su país. Para entonces contaba con el rango de coronel. Su interés, sin embargo, era regresar a un empleo civil en su ciudad, San Petersburgo. Este joven de nombre Vladimir Putin logra obtener un empleo en la administración municipal de a ciudad. Desde allí vive los momentos del Golpe de Estado dado por el PCUS y la agencia para la cual había trabajado en Alemania, la KGB. Se indica que ante los acontecimientos, Putin solicitó su baja oficial de la KGB.

El alcalde de San Petersburgo para quien trabaja, cerró filas junto a Yeltsin al ocurrir el Golpe de Estado de 1991. Sin embargo, Putin observa el desarrollo de los sucesos a distancia, ni se compromete con la KGB, ni se une al rechazo al Golpe. Opta por mantenerse desempeñando sus funciones como empleado del municipio.

La llegada de Yeltsin al control de Estado significó el aceleramiento del proceso de transformación de la economía post soviética a través de un intenso proceso de privatización de las empresas y utilidades del Estado. Cientos de inversionistas pasaron de ser gente rica a gente multimillonaria acaparando para sí importantes empresas estatales, el control de los medios de comunicaciones, recursos naturales y claro está, la participación en no pocas actividades delictivas y criminales.

Indica Hubert Seipe en su libro Putin: El poder visto desde adentro, lo siguiente:

“Entre 1997 y finales de 1999 fue el economista jefe del Banco Mundial—ello en referencia a Stiglitz–, cuya tarea, compartida con el Fondo Monetario Internacional (FMI), consiste en conceder miles de millones en créditos a países con dificultades financieras. El FMI, famoso por aplicar las condiciones más severas del sector financiero internacional, prestó miles de millones al Gobierno ruso con la condición de que siguiera impulsando la privatización de empresas públicas.”

Destaca el autor, cómo para el presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton era necesario que Yeltsin se mantuviera en su puesto como una garantía de mantener el proceso de privatización en la ex URSS.

Volviendo a Putin, este funcionario municipal luego se trasladará a Moscú en 1996. Un anterior compañero de trabajo que ha resultado electo a la alcaldía en San Petersburgo le ofrece continuar trabajando en la ciudad, oferta que Putin rechaza. Eventualmente obtiene un empleo en el Kremlin donde se coloca como administrador de edificios públicos siendo presidente Boris Yeltsin.  Es precisamente Yeltsin quien le ofrece la oportunidad para regresar a sus anteriores funciones bajo la KGB, esta vez como director del Servicio Federal de Seguridad (SFS). Yeltsin le ofrece, además, como parte de su promoción, el ascenso al grado de general, lo que Putin rechaza.  No obstante, más adelante acepta el nombramiento sólo con la condición de que será para la dirección de un organismo civil.  Desde allí, en tan solo tres años sería primer ministro de la Federación Rusa y un año y medio después, presidente del país.

Desde la presidencia de la Federación Rusa, Putin ha logrado restablecer la Federación Rusa como una potencia de primer orden, quebrando así el modelo impuesto por Occidente luego del colapso de la Unión Soviética al pretender crear un mundo unipolar. Empujando hacia el restablecimiento de un mundo multipolar, bajo el gobierno encabezado por Putin ha elevado el nivel de vida de los ciudadanos rusos, ha desarrollado la capacidad armamentista de su país, ha logrado importantes avances científicos, ha logrado establecer un balance favorable en sus relaciones con países como la República Popular China, ha elevado el sentido de autoestima de la población rusa y se ha planteado hacer valer, para bien o para mal, la doctrina de seguridad del país ante los avances de los Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN hacia sus fronteras.

El conflicto desatado entre Ucrania y la Federación Rusa en el plano de los enfrentamientos militares que llevan alrededor de seis meses, realmente es un conflicto que deriva del Golpe de Estado ocurrido en Ucrania en el año 2014, y tras el mismo, las agresiones por parte de Ucrania sobre las nuevas repúblicas de Donestsk y Lugansk en la región de Donbás. A lo anterior se suma la ocupación por parte de Rusia de la península de Crimea, la cual, tras el referéndum efectuado donde la mayoría de la población se expresó por la integración a la Federación Rusa, dicha región quedó anexada a la Federación Rusa. Se trata en última instancia de una guerra entre la Federación Rusa de un lado, frente a los Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN, la que se libra sobre suelo ucraniano.

La noticia sobre del fallecimiento de Gorbachov coloca una vez más a la Federación Rusa en el tablero de la discusión mundial aunque en otro plano. Sin embargo, en unos días, tras los funerales, volverá a ser tema de discusión la marcha de la guerra en Ucrania, donde la luz al final de túnel, aun no se avizora.

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Author: Alejandro Torres Rivera

Nacido en Vega Baja, es un reconocido abogado laboral en San Juan, además de ser un prolífico escritor sobre asuntos políticos, laborales e históricos. Durante los años 2016-2018 fue Presidente del Colegio de Abogadas y Abogados de Puerto Rico. Actualmente es miembro de la Dirección del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH).