Ya están los votos: Los trabajadores de Starbucks de al menos una tienda de la ciudad de Buffalo, Nueva York, han votado para formar un sindicato. Alrededor de 111 trabajadores con derecho a voto de tres tiendas de la zona de Búfalo han votado para decidir si forman una unidad de negociación con Workers United, una filial del Service Employees International Union (Sindicato Internacional de Empleados de Servicios – SEIU).
Las tres tiendas de Buffalo solicitaron sus elecciones en agosto, siguiendo los pasos de sus compañeros canadienses en un local de Starbucks en Victoria, Columbia Británica, que ratificaron su primer contrato en julio, y de los trabajadores chilenos de Starbucks que se han estado organizando, con el International Workers of the World, desde 2009. Los trabajadores de Buffalo en el local de Elmwood, el primer lugar de trabajo en el que se contaron los votos, son los primeros empleados de Starbucks en Estados Unidos en sindicalizarse, allanando el camino para sus compañeros en otros 8.000 locales en todo el país. Un segundo local de la misma ciudad, la tienda de Camp Road, votó en contra de la sindicalización. La tercera, en Cheektowaga, votó 13-9 en contra del esfuerzo sindical, pero varias de esos votos fueron impugnados por Workers United y el resultado final no estará disponible hasta que intervenga la Junta de Relaciones Laborales (NLRB). Otras tres tiendas de Buffalo y una de Mesa (Arizona) ya han solicitado la celebración de sus propias elecciones.
Los trabajadores de Búfalo se están sindicalizando para poder cambiar sus condiciones de trabajo. Alegan falta de personal, salarios lamentables, falta de días de enfermedad (en medio de una pandemia) y horarios difíciles. Desde agosto, los trabajadores de Starbucks en Buffalo han soportado un sinfín de tácticas antisindicales, incluyendo amenazas, intimidación y vigilancia en respuesta a sus esfuerzos de sindicalización. Los ejecutivos de Starbucks hicieron todo lo posible para que los trabajadores cambiaran de opinión, incluyendo el envío de altos directivos (como el director de operaciones, John Culver) a las tiendas para hacer presentaciones antisindicales, vigilar a los trabajadores y, en el caso del ex director general Howard Schultz, dar un discurso comparando a los trabajadores de Starbucks con las víctimas del Holocausto que necesitaban “compartir” para sobrevivir.
La empresa, probablemente en un intento de apaciguar a los agitados trabajadores de Búfalo y de todo el país y animarles a no luchar por su derecho a la negociación colectiva, anunció que aumentaría el salario mínimo en todo el país a 15 dólares la hora (y hasta 23 dólares). Según cálculos del Massachusetts Institute of Technology (MIT) el salario mínimo debería ser máyor a 21 dólares la hora.
No se ha mencionado, por supuesto, el hecho de que la mayoría de los trabajadores de Starbucks que votan a favor de la sindicalización ganan menos de 25.000 dólares anuales, mientras que el presidente de Starbucks, Kevin Johnson, ganó 14,7 millones de dólares en salario y acciones sólo el año pasado.
Mientras millones de trabajadores abandonan sus puestos de trabajo en todo el país y miles de trabajadores siguen en huelga, está claro que la clase trabajadora está cada vez más harta de los ataques a las condiciones de trabajo y los bajos salarios. La votación sobre la sindicalización en Buffalo es un ejemplo alentador de cómo la clase trabajadora puede luchar, organizada y unificada, para exigir lo que se merece.
Fuente original: La Izquierda Diario