El 25 de noviembre ha sido designado por la ONU Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
En esta ocasión, la Federación Sindical Mundial, bajo el lema «País seguro, hogar seguro, lugar de trabajo seguro — ALTO A LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES», condena la violencia contra las mujeres y subraya que esta no tiene cabida en la sociedad, venga de donde venga y adopte la forma que adopte. La lucha para erradicar la violencia es una prioridad para el movimiento sindical internacional progresista y clasista y para sus millones de miembros, que luchan diariamente contra todas las formas de explotación e injusticia mediante los ideales de paz, justicia e igualdad.
La violencia contra las mujeres no es solo un problema personal o individual, sino social, una lacra global que crece y prospera a través de las desigualdades y enfermedades del sistema capitalista. Un sistema que ha fracasado a la hora de crear las condiciones que impidan este tipo de comportamientos, arraigados en percepciones patriarcales y en el abuso de poder por parte de los fuertes en detrimento del llamado género «más débil». Como resultado de este fracaso sistémico, millones de personas, en su mayoría mujeres, de todos los estratos sociales, independientemente de su educación, edad y otras características, experimentan estos comportamientos inhumanos y aborrecibles. Toda mujer tiene derecho a vivir y trabajar con dignidad y seguridad, sin temer por su vida, y es deber de todo Estado y de toda la sociedad garantizarlo.
En este día en particular, queremos llamar la atención sobre las mujeres que viven en condiciones de guerra y sufren todas las formas de violencia. En particular, nos solidarizamos con la mujer palestina que está sufriendo la peor forma de violencia y violaciones de los derechos humanos, y exigimos el fin inmediato del genocidio y la guerra para que el pueblo palestino pueda vivir en paz en su propia patria independiente.
La FSM y sus afiliados continuarán luchando para crear una cultura contra todas las formas de violencia, por un mundo en el que cada mujer y cada hombre puedan vivir libremente, con dignidad y seguridad, porque la violencia también significa la ausencia de derechos y protecciones, la ausencia de alternativas a la propia condición. Pero también la ausencia de independencia económica, de centros de asesoramiento, de educación sexual en las escuelas, de espacios sociales, de anticoncepción gratuita, de un hogar en el que vivir, de unos ingresos que garanticen una existencia digna, de un salario acorde con el propio trabajo y de servicios públicos territoriales gratuitos.
¡Basta ya de violencia contra las mujeres y solidaridad con el pueblo palestino y libanés contra el genocidio de Israel, EE. UU. y la Unión Europea!
Fuente: Federación Sindical Mundial