Ha surgido un nuevo debate entre el Presidente francés Emmanuel Macron y el Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu. El diferendo del día 15 de octubre lo provoca las declaraciones de Macron ante su Consejo de Ministros indicando que el Estado de Israel debe respetar más a la Organización de las Naciones Unidas por ser ésta la que permitió la creación del Estado de Israel; a lo que el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu ha respondido molesto señalando que su país es el resultado de la “guerra de independencia” librada por Israel en 1948 y no las Naciones Unidas.
El fundamento de la declaración de Macron es la Resolución 181 (II) de las Naciones Unidas de 29 de noviembre de 1948 sobre “Futuro Gobierno de Palestina”. Esta resolución fue aprobada por 33 votos a favor, 13 en contra y 10 abstenciones. Con antelación a esta fecha, para viabilizar el proceso de partición, la ONU había creado el “Comité Especial de las Naciones Unidas sobre Palestina” (CENUP). Ésta anticipaba la partición de Palestina y la creación en dicho territorio de dos Estados: uno árabe musulmán y otro judío. Sin embargo, la resolución no disponía propiamente la manera en que se llevaría a cabo la creación de los dos Estados.
El Comité elaboró un “Plan de Partición con Unión Económica” del territorio, además de recomendar en su texto al Reino Unido de la Gran Bretaña como “Potencia Mandataria de Palestina” y a la comunidad internacional “la aprobación y aplicación respecto del futuro gobierno de Palestina.”
El Plan se dividía en cuatro temas: (a) la Constitución y Gobierno futuro de Palestina, el cual estipulaba la terminación del mandato británico sobre el territorio, la partición de esta mediante la creación de un Estado árabe, un Estado judío y el Régimen Internacional de Administración para la ciudad de Jerusalén y la independencia de cada Estado; (b) Fronteras del Estado árabe, fronteras del Estado judío y división territorial de la ciudad de Jerusalén; (c) Régimen de Administración de la ciudad de Jerusalén; y (d) Un apartado final titulado “Capitulaciones”, relacionado con los privilegios e inmunidades previamente concedidos a los extranjeros en el territorio.
Mientras los árabes musulmanes en Palestina manifestaron su inconformidad, dado que la propuesta de partición suponía violaciones de derechos de la población árabe que constituía el 67% de la población, la Resolución concedía al Estado judío el 54% del territorio palestino.
“Plan de partición” de la ONU, 1947
Fue dicha Resolución lo que precipitó la declaración de independencia de Israel el 14 de mayo de 1948, un día antes de la terminación unilateral por parte del Reino Unido de su mandato de administración de Palestina y ciertamente meses antes de la terminación del mandato británico en el territorio. La proclamación de la independencia de Israel dio paso al “Nakba”, lo que conllevó la expulsión de cerca de 750 mil palestinos de sus tierras hacia países limítrofes, incluyendo el Líbano, Egipto y el Reino de Jordania, seguido por la guerra librada entre estados árabes e Israel entre 1948-1949. Mediante la Resolución de la ONU número 273 (III) de 1949 Israel sería admitido como miembro permanente de dicho organismo internacional. La creación de un Estado palestino independiente, sin embargo, aun aguarda su hora.
Las declaraciones de Netanyahu a Macron fueron las siguientes: “Un recordatorio al presidente de Francia: no fue la resolución de la ONU la que estableció el Estado de Israel, sino la victoria lograda en la guerra de independencia con la sangre de heroicos combatientes, muchos de los cuales eran supervivientes del Holocausto, en particular del régimen de Vichy en Francia.” Recordemos que durante la Segunda Guerra Mundial, durante los primeros años luego de la ocupación alemana de la porción norte de Francia, en el sur se instituyó un gobierno pro nazi presidido por el mariscal Vichy, héroe francés de la Primera Guerra Mundial de orientación ideológica fascista.
El debate generado ha llevado a la diplomacia francesa a elaborar un documento donde dicho país pretende fijar su posición en torno al debate. A partir de expresiones del gobierno francés indicando que fue de los primeros países en reconocer a Israel como nuevo Estado en la ONU en 1949, el gobierno francés, pasa a detallar cómo Francia apoyó en su origen la creación de dos Estados en la región de Palestina con Jerusalén como capital de los dos Estados; su voto en 1974 por el reconocimiento de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como miembro observador, “reafirmando los derechos inalienables del pueblo palestino”; el incremento en la condición del estatus de la Delegación General de Palestina en la ONU, con la designación de un embajador; el voto a favor en 2012 de la inclusión de Palestina como Estado observador no miembro de la ONU; y la colocación de la bandera palestina en el seno de dicha organización en 2015.
El documento indica que Francia llama al respeto del derecho internacional mediante la creación de dos Estados; una “solución justa para los refugiados; el fin de la ocupación israelí; la preservación del estatuto internacional de Jerusalén; el rechazo a las colonias israelíes en Cisjordania y Jerusalén; al cese inmediato a la colonización; el reconocimiento de las fronteras existentes antes de la Guerra de los Seis Días de 1967; el reclamo a Israel del respeto al derecho internacional humanitario; y finalmente el rechazo en la actual coyuntura al uso desproporcionado de la fuerza por parte de Israel contra la población civil palestina.
Señalando que Francia está “apegada a la seguridad de Israel, el documento establece como parámetros para la solución del conflicto los siguientes: (a) fronteras basadas en las de 1967 con un intercambio acordado de territorios equivalentes; (b) acuerdos de seguridad que preserven la soberanía del futuro Estado palestino y la seguridad de Israel; (c) una solución justa, equitativa y acordada al problema de los refugiados; (d) un acuerdo que haga de Jerusalén la capital de los dos Estados. No deja claro a qué se refiere la frase “con un intercambio acordado de territorios equivalentes”.
Alain Gresh y Sara Grira, en un artículo publicado en “orientxxi.info” de 14 de octubre de 2024, titulado Impunidad de Israel, complicidad de Francia, señalan que la posición de Francia es “demasiado poco y demasiado tarde”. Recuerdan que mientras Macron le decía a Israel que atacar la zona de Rafah en Gaza, a donde se habían trasladado a instancias de Israel cientos de miles de desplazados de la porción norte y central de Gaza, era cruzar una línea roja; Israel con total sentido de impunidad lo había hecho sin que Francia interviniera con Israel, por lo que dicho país se convertía en cómplice del genocidio.
Recuerdan, también, que el 35% de la exportaciones de Israel van a Europa sin embargo, Francia nada había hecho para sancionar a Israel y las ventas de sus productos por parte de los componentes de la Unión Europea. Señala también, que Francia tampoco ha interrumpido su venta de armas y municiones a Israel; ni ha impuesto sanciones a empresas francesas que siguen haciendo negocios en Israel, ello a pesar de que Francia es un país signatario de la “Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio” y como tal viene obligada a “prevenir un genocidio en curso.”
Tanto Francia como el Reino Unido de la Gran Bretaña solicitaron el pasado 16 de octubre de 2024 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas una reunión urgente para abordar la discusión de la crisis humanitaria que actualmente vive Gaza. De hecho, el Primer Ministro del Reino Unido, Keir Starmer ha considerado sancionar dos ministros israelíes por sus declaraciones en torno a la guerra contra Gaza. Se trata de Bezalel Smotrich, Ministro de Finanzas e Itamar Ben Gvir, Ministro de Seguridad Nacional. El primero habría expresado que el hambre en Gaza podría estar justificada; mientras el segundo consideraba “héroes” a los colonos autores de actos de violencia contra la población palestina en Cisjordania.
En las pasadas semanas la ayuda humanitaria a Gaza se ha reducido en un 50%. Al presente se está fraguando por parte de Israel desplazar nuevamente sus soldados a la región norte de Gaza tras declararla “zona militar”, con consecuencias impredecibles para palestinos que aún permanecen en esta porción de su territorio.
Conocido como el “Plan de los Generales”, la propuesta hecha por ex oficiales de alto rango retirados, dirigidos por un ex asesor de seguridad nacional israelí, el general Giora Eiland, éste propone la posibilidad de obligar a Hamás a rendirse como resultado del incremento de la presión contra la población civil que aún permanece viviendo dentro de los escombros de lo que fueran sus residencias en el norte de Gaza. Se estima por la ONU que aún allí viven 400 mil palestinos.
El Plan sugiere darle 10 días a la población para el abandono de sus refugios en el norte de Gaza. Luego de transcurridos estos días, toda la zona se convertiría en zona militar, cerrando Israel todos los accesos. Quienes allí permanezcan serían considerados “combatientes enemigos”, teniendo solo tres opciones: morir de hambre, ser asesinados por las Fuerzas de Defensa de Israel o sencillamente rendirse.
Este es el futuro que propone Israel para eliminar de raíz a Hamás en la Franja de Gaza y esta es la receta que también Israel se propone imponer en el sur del Líbano contra Hezbolá.