El 12 de agosto comenzaron las clases en el recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, principal centro universitario del país. Para dicha ocasión el colectivo Rumbo Alterno repartió una hoja suelta para compartir con los estudiantes de nuevo ingreso dos temas de importancia: las medidas de austeridad aplicadas a la UPR así como la denuncia del imperialismo y la guerra. A continuación el texto del boletín:
Bienvenidos y bienvenidas a la UPR Río Piedras en este nuevo año académico 2024-2025. La IUPI es el primer centro docente del país, y uno de los proyectos sociales más importantes para el desarrollo social y económico de Puerto Rico. Sin embargo, la situación de la UPR es precaria.
La UPR se encuentra bajo asedio hace décadas. Desde la imposición en el 2016 de la Junta de Control Fiscal (JCF) por parte del gobierno imperialista de EEUU, a la UPR se le ha recortado más de la mitad de su presupuesto, y se han precarizado la oferta académica, el mantenimiento de las instalaciones físicas, y las condiciones materiales, de trabajo y estudio de los empleados/as, profesores/as y estudiantes del sistema. Desde el 2017, el costo de la matrícula ha aumentado en un 176%, han eliminado las residencias y hospedajes estudiantiles, todo mientras el costo de la vida sigue en aumento como resultado de la inflación.
Durante el 2024, se discutió por la administración universitaria el borrador del nuevo modelo presupuestario de la UPR. Este modelo se presenta como uno centralizado, en el que los presupuestos son distribuidos por la Administración Central de la UPR. Sin embargo, poco se menciona que la asignación presupuestaria es arbitraria, impuesta y determinada por la Junta de Control Fiscal, la cual es la principal representante de los intereses imperialistas y capitalistas en Puerto Rico.
Este nuevo modelo presupuestario, junto a los recortes y al aumento en el costo de matrícula, impone a los distintos recintos la responsabilidad individual de buscar fondos externos y gestionar la búsqueda de ingresos propios, eliminando la responsabilidad del Estado sobre el mantenimiento y fortalecimiento de la educación universitaria pública. Esto supone una cultura organizacional individualista y prácticas fragmentadas de la gestión universitaria.
¿Cuál es el efecto de todo esto?
• Cierre de ResiCampus y Torre Norte (residencias y hospedajes estudiantiles).
• Aumento en el costo de la matrícula de $57 (2017) a más de $157 (2024).
• Cierre de programas y departamentos.
• Cierre de seminarios y áreas de estudio.
• Reducción de oferta académica y cultural.
• Reducción de ofertas de empleo tanto para profesores como empleados.
• Amenaza de cierre de Recintos de la UPR.
La Administración Central de la UPR la ha entregado a los intereses del mercado, los bonistas y la JCF. Busca seguir operando el sistema universitario público resaltando indicadores de desempeño y efectividad, ignorando la necesidad de retar a la JCF para que ésta restituya el presupuesto recortado a la UPR desde el 2017.
Es momento de articular una respuesta unitaria entre trabajadores/as, profesores/as y estudiantes para no solo retar a la Administración de la UPR y su falta de diligencia, sino para denunciar su complicidad con la JCF en el desmantelamiento del sistema público de enseñanza universitaria con políticas de austeridad y violencia institucional. Para ello, te invitamos a participar de nuestros espacios de discusión y organización política en Rumbo Alterno.
¡Organízate y lucha!
¡Abajo el imperialismo! ¡No más guerra! ¡No más austeridad!
Mientras al pueblo puertorriqueño se le han impuesto casi dos décadas de políticas de austeridad y el pago de una deuda pública ilegítima e ilegal, EEUU no ha escatimado en gastar miles de millones de dólares para adelantar sus intereses capitalistas alrededor del mundo a través de intervenciones ilegales en naciones soberanas, golpes de estado manufacturados, imposición de gobiernos marionetas, bombardeos aéreos y ejecuciones extrajudiciales.
El más reciente capítulo del historial imperialista de EEUU es su nauseabundo apoyo incondicional al genocidio perpetrado por el ilegítimo Estado de Israel contra el pueblo palestino. Desde su violenta fundación en el 1946, EEUU le ha brindado a Israel alrededor de $300 mil millones en asistencia, de la cual 74% fue en forma de ayuda militar. Es decir, la campaña genocida de Israel ha sido financiada por el pueblo estadounidense a costa de su propio bienestar. El mismo Congreso que nos impuso una Junta de Control Fiscal que pesetea con nuestros servicios públicos, salarios, pensiones y derechos laborales, invierte miles de millones en fondos públicos para matar a inocentes al otro lado del globo.
El dinero va a parar a grandes corporaciones, desde fabricantes de armas hasta gigantes tecnológicos como Google y Amazon, las que entonces reparten algunos billetes entre los políticos que agitan para la guerra con discursos llenos de odio y mentiras. No son los billonarios ni esos políticos quienes van a matar y a morir por sus causas, sino los hijos e hijas de la clase trabajadora a quienes se les venden las fuerzas armadas del imperio como remedio para la pobreza. Ocultan que el causante de sus males es el mismo capitalismo que insisten en propagar por el mundo a pesar de sus consecuencias nefastas sobre la calidad de vida de la gente, el ambiente y la democracia por la cual alegan estar luchando.
La amenaza de una nueva y terrible guerra de grandes proporciones se siente cada vez más cerca. No se ve voluntad en el liderato internacional para detenerla. Ante ello, recae sobre las clases trabajadoras combatir las aspiraciones imperialistas de EEUU e Israel, y decir ¡Basta ya! No cuentan con nuestro apoyo, solo con nuestra resistencia. ¡No al imperialismo! ¡No a la guerra! ¡No más bombas para los genocidas ni más austeridad para el pueblo!
¿Te interesan las ideas marxistas? Comunícate con nosotros a: rumboalterno@gmail.com