Francia: ¡Derrotar a la derecha y a la extrema derecha! ¡Luchar por el comunismo!

El resultado de las elecciones europeas y la disolución de la Asamblea Nacional han actuado como catalizador de la situación política en Francia. Lo que estaba latente, madurando lentamente, se ha realizado bruscamente.

La crisis interna de los Republicanos (el principal partido burgués tradicional de Francia) no es nada nuevo, pero ahora la división es total, de una manera bastante entretenida. Al volcarse decididamente hacia la RN [Rassemblement National, antes Frente Nacional] de Le Pen, el líder de los republicanos Eric Ciotti no ha hecho más que seguir el ejemplo de un número creciente de votantes de derecha.

En cuanto a sus opositores en la cúpula del partido (Wauquiez, Pécresse y otros), sus protestas suenan aún más falsas dado que su retórica habitual es, en general, idéntica a la de Marine Le Pen y su camarilla de demagogos ultrareaccionarios.

La división del partido de derecha Reconquête [Reconquista]refleja viejas divergencias entre su fundador Eric Zemmour y la sobrina de Marine Le Pen. Zemmour sueña con ser el nuevo Pétain; Marion Maréchal es feliz de conformarse con un ministerio. Es evidente que Maréchal no está dispuesto a aceptar los delirios de grandeza de un viejo periodista al que parece escaparse el siguiente hecho: las condiciones para una dictadura policial-militar no están en absoluto establecidas.

Mientras tanto los diputados macronistas avanzan, impotentes, hacia una derrota de una magnitud sin precedentes. Además, si no surge ninguna mayoría parlamentaria al final de la segunda vuelta, esto expondría al país a una gran crisis institucional.

En realidad el jefe de Estado no tenía otra opción que disolver la Asamblea Nacional. Pero al hacerlo, ha abierto una perspectiva de una nueva y muy peligrosa agravación de la crisis del régimen capitalista en Francia.

El nuevo frente popular

Como habíamos previsto, la disolución de la Asamblea Nacional resucitó inmediatamente a la Nupes (una alianza de La France Insoumise de Mélenchon, con el Partido Socialista (PS), el Partido Comunista (PCF), los Verdes y otros), en forma del “Nuevo Frente Popular”.

A la hora de compartir las distritos electorales que se pueden ganar, los líderes del PS, los Verdes y el PCF consideran que La France Insoumise es una organización perfectamente simpática y digna. Su flujo de acusaciones difamatorias contra Mélenchon (“antisemita”, etc.) se ha detenido temporalmente. Es hora de tocar la melodía de “unidad” de sus respectivos aparatos… durante la campaña electoral.

Después de la reciente experiencia del fiasco de Nupes, este espectáculo no engaña a mucha gente. Muchos trabajadores, especialmente entre los más pobres y explotados, lo observan con desconfianza, incluso con un profundo escepticismo. No es probable que la toma de posesión del impopular ex presidente socialista, François Hollande, los tranquilice.

Sin embargo, también hay millones de jóvenes y trabajadores que apoyan el Nuevo Frente Popular, ya que lo consideran la única alternativa concreta a la Rassemblement National [Agrupación Nacional] de la derecha. No tienen grandes ilusiones sobre el valor y la solidez de esta nueva alianza, pero no ven otra herramienta a su disposición para intentar impedir que el RN acceda al poder.

Revolución llama a derrotar a la derecha y a la extrema derecha en las urnas. Pero llamamos sobre todo a la juventud y al movimiento obrero a prepararse para grandes luchas sociales después de estas elecciones, sea cual sea el resultado.

La dirección de la CGT debería anunciar ahora que si la RN gana las elecciones del 7 de julio se celebrará una huelga general de 24 horas, y que será el primer paso de una movilización masiva para expulsar del poder a Bardella y sus secuaces. ¡Debemos prepararnos sin demora para la movilización de nuestra clase!

Si, por el contrario, es el Nuevo Frente Popular el que forma el próximo gobierno, las grandes luchas sociales no serán menos indispensables.Como escribimos el 13 de junio, los diputados del PS y de los Verdes, en particular, «serán muy sensibles a las presiones de la clase dominante, que exigirá el abandono de cualquier reforma progresista y la aplicación de una política de austeridad drástica, en un contexto de estancamiento económico y deterioro de las finanzas públicas. […] En otras palabras, es necesario prepararse desde hoy para las grandes movilizaciones que exijan la implementación inmediata y la profundización del programa del Frente Popular, si este gana. Los jóvenes y los trabajadores no deben confiar en los “compromisos” verbales de Olivier Faure y compañía; ¡solo pueden y deben confiar en sus propias fuerzas! »

El programa del Nuevo Frente Popular es aún más moderado de lo que era el de Nupes. Por ejemplo, no prevé ninguna nacionalización: la “ruptura” que propone no afecta la gran propiedad capitalista, es decir, el fundamento del orden establecido. Los intereses del imperialismo francés también se preservan, como lo demuestra el compromiso de proporcionar armas al régimen de Volodymyr Zelenski, ¡y esto, por favor, en nombre de la “paz”!

A pesar de esto, los políticos y periodistas burgueses profetizan un apocalipsis económico en Francia si se implementan las medidas progresistas que contiene este programa, incluido el salario mínimo de 1600 euros y la derogación de la última reforma de las pensiones. Por supuesto, su objetivo es disuadir al electorado de votar por el Nuevo Frente Popular. Pero estos gritos de indignación son también un presagio de las enormes presiones que la burguesía ejercería sobre un gobierno del Nuevo Frente Popular, desde el primer día, para que renuncie a las medidas progresistas de su programa oficial y aplique una política de austeridad.

¡Romper con el capitalismo!

El 15 de junio, cientos de miles de personas marcharon por las calles contra la Agrupación Nacional (RN). Si este partido gana, estarán en agenda movilizaciones aún más masivas. Pero una vez más, también tendremos que movilizarnos en caso de una victoria del Nuevo Frente Popular, porque no podemos confiar que sus diputados, y en particular los de su ala derecha, resistan las enormes presiones de la burguesía.

No olvidemos la experiencia del gobierno “socialista” de François Hollande (y sus ministros Verdes) entre 2012 y 2017. En lugar de atacar “las finanzas”, como se había comprometido, Hollande atacó nuestras pensiones, nuestros derechos, nuestros servicios públicos y nuestras condiciones de trabajo. En general, las sucesivas traiciones de los gobiernos de “izquierda”, desde 1981, han desempeñado un papel central en el ascenso de la RN, que ha seguido ampliando su electorado entre la clase obrera.

La extrema derecha prospera con la crisis del capitalismo, por un lado, y de las traiciones de los grandes partidos de la izquierda reformista, por el otro. Al negarse a atacar el sistema capitalista, los gobiernos de Mitterrand, Jospin y Hollande se convirtieron en sus administradores. Defendieron el poder, los intereses y los privilegios de la gran burguesía. 

Durante décadas, millones de trabajadores han descubierto que la alternancia entre la derecha y la “izquierda” no ha hecho nada para cambiar sus crecientes dificultades. Tanto bajo la derecha como bajo la “izquierda”, se vieron abrumados por el desempleo, los cierres de empresas, la destrucción de los servicios públicos, la creciente precariedad laboral y muchos otros males, mientras que un puñado de parásitos ricos acumulaban fortunas cada vez más indecentes. Este ha sido particularmente el caso desde la crisis mundial de 2008, de la cual la economía francesa nunca se ha recuperado.

En conclusión, debemos atacar al propio capitalismo. Este sistema es ahora un obstáculo monstruoso en el camino hacia el progreso social, y no puede ser reformado. Hablar de “ruptura” sin tocar la gran propiedad capitalista, como lo hace el programa del Nuevo Frente Popular, es mera palabrería mientras se preparan nuevas capitulaciones.

La clase dominante y su sistema deben ser derrocados. Debemos expropiar a la gran burguesía y poner los grandes medios de producción bajo el control de los propios trabajadores. Necesitamos una planificación democrática de la economía en interés del mayor número de personas. En resumen, se necesita un programa comunista. Y para implementarlo, necesitamos un verdadero partido comunista.

Dentro de unos meses, Révolution, que es la sección francesa de la Internacional Comunista Revolucionaria, fundará un partido de este tipo: el Partido Comunista Revolucionario. Defenderemos las ideas y el programa del marxismo. Para ayudarnos a construirlo, ¡únete a nosotros!

Fuente: In Defence of Marxism
Traducción: Rumbo Alterno

Share:

Author: Révolution (ICR-Francia)

Sección francesa de la Internacional Comunista Revolucionaria (antes Corriente Marxista Internacional).