Apuntes para la actualización de un conflicto: la prolongación de la guerra entre la Federación Rusa y la OTAN librada en suelo ucraniano

El 15 de febrero de 2022 escribimos un extenso artículo titulado Actualización de la crisis político-militar entre Rusia y Ucrania. Nos referíamos a la guerra librada desde el 2014 por parte de Ucrania contra las regiones de Donetsk y Lugansk localizadas al oeste de la Federación Rusa; sus esfuerzos de secesión al proclamar su independencia de Ucrania; y su posterior integración con la Federación Rusa. En las conclusiones que entonces formulamos señalamos lo siguiente: 

“La intensificación del conflicto armado en las regiones de Donetsk y Lugansk, hasta ahora detenido por frágiles treguas, podría dispararse en cualquier momento. La situación podría llevar a una confrontación militar entre la Federación Rusa y Ucrania que a su vez involucre otros países, en la cual sin necesariamente desplegarse y dispararse armamento nuclear, crearía una situación en la cual el costo en vidas y bienes materiales sería incalculable…”

A partir del 6 de abril de 2014 se habían desatado incidentes violentos en estas dos regiones, similares conjuntamente en tamaño a lo que es la superficie de Suiza, habiéndose alcanzado un “armisticio” el 14 de febrero de 2015. La decisión de la población de estas dos regiones al proclamar su independencia, y a su vez, llevar a cabo una consulta dirigida a su anexión a la Federación Rusa, lo que también ocurrió en el caso de la península de Crimea, fue rechazado por Ucrania. 

El reclamo secesionista de la población de origen ruso en estos territorios, unido al Golpe de Estado en Ucrania por los sectores de la extrema derecha y la decisión del nuevo gobierno de estrechar lazos con la Unión Europea solicitando su ingreso dentro de la estructura militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), creó las condiciones para la denominada “intervención militar preventiva”  rusa en la región del Donbass (Donetsk y Lugansk). Más tarde se sumaría al reclamo de independencia las regiones de Kherzón y Zaporizhia, también localizadas al oeste de la Federación Rusa, donde  también se daría, a la intervención militar de dicho país. Juntas, las regiones de Donestk, Lugansk, Khersohn y Zaporizhia, representan cerca del 20% del territorio de Ucrania antes de la guerra.

A raíz de la intervención armada rusa, sectores de la comunidad internacional encabezados por los Estados Unidos y la Unión Europea impusieron a la Federación Rusa un conjunto de sanciones económicas como método de presión para forzar su retirada de los territorios ocupados. Se trata de una guerra en la cual occidente, y en particular los Estados Unidos aspira, entre otras cosas subvencionando la prolongación del conflicto, debilitar económica y militarmente a la Federación Rusa procurando en un futuro evitar la integración de dicho país y la República Popular China en su enfrentamiento con occidente.

Un artículo publicado por Simons Jenkins para el periódico The Guardian el 30 de julio de 2022, reproducido por Sputnik, señalaba que “la guerra económica contra Rusia es ineficaz” y tiene consecuencias negativas para quienes imponen a dicho país las sanciones. Consideraba el autor que se trataba de “la política más contraproducente de la historia internacional reciente.” Señalaba Jenkins que como resultado de estas sanciones los “precios mundiales de la energía se disparan, la inflación aumenta, las cadenas de suministro se interrumpen y millones de personas se quedan sin gasolina, alimentos y fertilizantes.”

En su discurso del 21 de febrero de 2023, el presidente ruso Vladimir Putin indicó que Rusia recurrió a la fuerza para poner fin al conflicto en Ucrania desatado por Occidente. Señaló que Occidente había convertido a Ucrania en material desechable; recordó las guerras desatadas por Occidente en Yugoslavia, Libia, Iraq y Siria; destacó que Occidente había invertido en Ucrania en un año $150 mil millones, mientras entre 2020 y 2021 la inversión en los países pobres llegaba apenas a $60 mil millones. Aseveró que las sanciones impuestas a Rusia no eran sino un castigo para ellos mismos, reflejado en la subida de precios, pérdidas de puestos de trabajo, cierre de empresas y crisis energética.

Desde el inicio de las operaciones militares de la Federación Rusa en Ucrania, dicho país ha insistido que su operación es una “intervención militar limitada”, dirigida a proteger sus fronteras y zonas de seguridad; a la eliminación de la infraestructura ucraniana que pudiera servir de plataforma a una agresión a su país; la desnazificación de tropas irregulares en Ucrania; la protección de los nacionales rusos en Lugansk, Donetsk, Khersohn y Zaporizhia tras sus declaraciones de independencia e integración con la Federación Rusa; y la oposición de la adhesión sin garantías para Rusia, de Ucrania a la OTAN. Con la integración de la península de Crimea a la Federación Rusa, este país ha logrado, además, el control de sus accesos al Mar de Azov y del Mar Negro.

En la edición de Canal Conocimiento Militar de 23 de noviembre de 2023, titulado Putin no negocia con Kiev, se indicaba que el Vicepresidente del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa, Dmitri Medvédev, había señalado que la posición de la Federación Rusa era la liberación de los territorios rusos en Ucrania, la anexión de nuevas regiones a dicha Federación y la aniquilación total del régimen de Zelenski.

Entonces se hizo público el Borrador de Acuerdo de Paz que había sido negociado en Turquía por Ucrania y la Federación Rusa el 15 de abril de 2022, apenas un mes después de iniciada la guerra. Los puntos del acuerdo fueron: (a) A solicitud de Ucrania y como gesto de paz, la retirada del personal militar ruso cerca de Kiev, (b) Disolución del gobierno y convocatoria a nuevas elecciones; (c) Neutralidad permanente de Ucrania, similar a la acordada con la URSS para su independencia; (d) Limitar sus fuerzas armadas y de seguridad  ucranianas a 250 mil efectivos; (e) La renuncia de Ucrania a ingresar a la OTAN o al desarrollo de fuerzas que expongan la seguridad de Rusia; (f) Reconocimiento de la cesión legal de Crimea a la Federación Rusa; (g) Cesión de las regiones de Donetsk, Lugansk, Zaporozhie, Khersohn y Jarkov.

Previo al pasado verano de 2023 y durante meses, Ucrania estuvo anunciando una ofensiva en los territorios ocupados por la Federación Rusa. Primero la ofensiva se anunció para los meses posteriores al invierno, luego para el verano. En más de una ocasión Ucrania utilizó como argumento para posponer la ofensiva su espera por armamento más actualizado de parte de Occidente, incluyendo vehículos blindados, armas de mayor alcance y aviones.

La llamada “ofensiva” tuvo para Ucrania resultados desastrosos. Datos ofrecidos por el Ministerio de Defensa ruso publicados en la página electrónica Sputnik para febrero de 2024, detallan el siguiente inventario de equipos e infraestructura militar destruida por la Federación Rusa a Ucrania, a saber: 464 sistemas de defensa aérea S-300, Buck-M01 y Osa; 14,994 tanques; 8,021 cañones de artillería de campaña y morteros; 1,219 lanza cohetes múltiples; 570 aviones; 265 helicópteros; 12,292 drones; y 18,574 unidades vehiculares. 

Igualmente se ha señalado la eliminación básicamente de la totalidad de las unidades navales ucranianas y un número indeterminado de bajas, que se estimaba por parte de las autoridades militares de la Federación Rusa que desde el inicio de la “Operación Especial” en 2022 hasta finales del 2023, ascendía a 383,000 muertos y heridos. En los anteriores datos no se incluye el impacto y la destrucción generada en los combates en términos de infraestructura civil.

De acuerdo con datos ofrecidos por funcionarios rusos, en lo que va de la guerra y hasta el 19 de diciembre de 2023, alrededor de 5,800 combatientes extranjeros (mercenarios) habían sido aniquilados en suelo ucraniano, 1,427 provenientes de Polonia, 466 de los Estados Unidos y 344 del Reino Unido.

Hasta finales de julio de 2023 Estados Unidos había destinado en ayuda a Ucrania $75 mil millones, de los cuales $50 mil millones fue en armamento y equipo militar. De acuerdo con Sputnik, en reseña hecha el 6 de septiembre de 2023,  Qin An, un conocido experto militar chino, destacó que la ayuda de armas y equipos por parte de Occidente a Ucrania había superado a esa fecha los $100 mil millones. Se indica que en Ucrania occidente ha invertido más dinero que el invertido como parte del Plan Marshall para la reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial.

Hasta finales de 2023, 650 mil soldados rusos habían adquirido experiencias de combate en suelo ucraniano.  La Federación Rusa ha indicado que se propone aumentar en el futuro próximo su plantilla militar a 1.5 millones de efectivos.

Como todo conflicto militar, las guerras no suelen ser eternas, son conflictos temporales que tarde o temprano terminan en la mesa de negociación. Las consecuencias de la operación militar ofensiva de la Federación Rusa frente a la operación militar defensiva ucraniana ha dejado a grandes porciones de este país en un estado caótico. Miles de estructuras residenciales, carretas, puentes, redes ferroviarias, aeropuertos, escuelas, centros hospitalarios y centros comerciales; instalaciones eléctricas y plantas productoras de gas, entre otros elementos básicos de la infraestructura del país, han sido destruidas o seriamente afectadas. Entre el personal militar y civil, se cuentan posiblemente en cientos de miles los muertos y heridos de ambos lados en la contienda. Se habla de más de 40 mil víctimas civiles fallecidas. La guerra ha significado, además por mucho, el desplazamiento o refugio de más de 7.8 millones de personas.

La economía de Ucrania se encuentra en una situación extremadamente débil, mientras el gobierno de Zelensky enfrenta oposición de parte de algunos sectores militares y económicos de importancia. La crisis del gobierno se ha reflejado en los pasados días con la destitución de su posición como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania de Valeri Zaluzhni y su sustitución por el Comandante de las Fuerzas Terrestres,  Oleksandr Sirski.

La continua inyección por parte de occidente de más armamento y préstamos para financiarle a Ucrania la guerra lo que hace es prolongar el conflicto. Fue ésta la razón para la frustración de las conversaciones de paz iniciadas en las primeras semanas de la guerra. No se tomó en consideración que mientras más prolongación haya en la guerra, mayores complicaciones habrá para cualquier proceso de negociación entre las partes. 

Mapa que ilustra los territorios ucranianos ocupados por la Federación Rusa. Fuente: Wikipedia

Al presente, luego de meses de intensos combates y de haber ocupado importantes porciones del territorio ucraniano, anexándolos como parte integral de la Federación Rusa, es poco probable que este país renuncie al terreno que ha ganado en la guerra. De hecho, tal parecería que, si se reanuda el avance de las tropas rusas en la porción sur de Ucrania, tal avance podría llegar hasta la captura del puerto de Odessa, con lo que finalmente se cerraría para Ucrania su acceso al Mar Negro. 

Sin embargo, aun cuando no se avizore a corto plazo un acuerdo diplomático que ponga fin a la guerra; sí es posible según algunas fuentes el diseño de alguna salida que permita al menos un armisticio, o “la salida coreana”, ante la poca posibilidad de un acuerdo de paz definitivo. Así lo expresa Samuel Charap, en su escrito titulado An Unwinnable War, publicado en la revista Foreing Affairs, julio-agosto 2023, recordándonos las 575 reuniones en un término de dos años que tomó la firma del armisticio de 40 páginas coreano: 

“…the most plausible ending is an armistice. An Armistice– essentially a durable cease-fire agreement that does not bridge political divides- would end the hot war between Russia and Ukraine but not their broader conflict. The archetypical case is the 1953 Korean armistice, which dealt exclusively with the mechanics of maintaining a cease-fire and left all political issues off the table.”

Hace exactamente casi un año, la República Popular China por su parte, presentó el 22 de febrero de 2023, en visita hecha al Kremlin por su Ministro de Relaciones Exteriores, una propuesta para, a través del diálogo, procurar la solución pacífica del conflicto. Esta incluía: (a) respetar la soberanía de todos los países; (b) abandonar la mentalidad de Guerra Fría; (c) cese de hostilidades; (d) la reanudación de las conversaciones de paz; (e) resolver la crisis humanitaria; (f) la protección de civiles y prisioneros de guerra; (g) mantener seguras las centrales nucleares; (h) evitar la proliferación nuclear; (i) facilitar la exportación de cereales; (j) detener las sanciones unilaterales; (k) mantener estables las cadenas industriales y de suministro; y (l) promover la reconstrucción.

El 4 de agosto de 2023 se hizo pública en la ciudad de Yeda, bajo los auspicios del gobierno de Arabia Saudita, la propuesta del gobierno de Ucrania para un Acuerdo de Paz con la Federación Rusa.  Se trata del mismo Plan de Paz anunciado previamente en la Cumbre del G-20 el 22 de noviembre de 2022. La propuesta recoge tres etapas o nivelesy diez puntos. El Primer Nivel serían reuniones con embajadores acreditados en Ucrania; el Segundo Nivel con asesores de seguridad nacional y asesores políticos; y el Tercer Nivel, una cumbre mundial con líderes de los Estados en que se aplicaría la Fórmula.

Los Diez Puntos o temas de discusión propuestos por Ucrania incluyen: (a) Radiación y seguridad nuclear; (b) Seguridad alimentaria; (c) Seguridad Energética; (d) Liberar a todos los prisioneros y deportados; (e) Restaurar la integridad territorial de Ucrania; (f) Retirada de tropas rusas, cese de hostilidades y restablecimiento de fronteras; (g) Un Tribunal Internacional Especial sobre crímenes de guerra rusos;  (h) Prevención del ecocidio; (i) Prevención de escalada del conflicto; y (j) Confirmación del fin de la guerra.

La propuesta del gobierno de Zelensky, sin embargo, está fuera del radar ruso. Mientras Occidente continúe armando a Ucrania, dotándole de armamento cada vez más destructivo y tecnológicamente más avanzado, la operación militar llevada a cabo por la Federación Rusa en suelo ucraniano continuará. Para forzar el paso hacia un acuerdo negociado, no es de extrañar que, tras el fracaso de la anticipada ofensiva ucraniana del pasado verano, sobrevenga como respuesta rusa una ofensiva militar de mayor alcance en 2024, dirigida a asegurar el territorio hasta ahora ocupado y como ya la Federación Rusa ha anticipado, ante los continuos fracasos ofensivos de parte de Ucrania, la posibilidad de ampliar el mismo.

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Author: Alejandro Torres Rivera

Nacido en Vega Baja, es un reconocido abogado laboral en San Juan, además de ser un prolífico escritor sobre asuntos políticos, laborales e históricos. Durante los años 2016-2018 fue Presidente del Colegio de Abogadas y Abogados de Puerto Rico. Actualmente es miembro de la Dirección del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH).