En el marco del XXVI Seminario Los Partidos y una Nueva Sociedad, celebrado en la Ciudad de México del 22 al 24 de septiembre de 2022, setenta y tres organizaciones de los 30 países presentes, expresaron unánimemente su solidaridad con el Pueblo de Puerto Rico. Acusaron además tanto a la administración colonial puertorriqueña como al gobierno de Estados Unidos por provocar las condiciones materiales que han conducido a que un huracán de categoría 1 como lo fue Fiona, causara tantas tragedias al Pueblo, gran parte del que se encuentra sin electricidad ni agua, habiendo perecido 13 personas, miles están en riesgo, se han perdido viviendas, han colapsado estructuras y las grandes inundaciones han provocado un sinnúmero de desgracias.
El gobierno de Puerto Rico ha incumplido negligentemente su responsabilidad de mantener en buen estado la infraestructura de nuestro archipiélago propulsando así que embalses y ríos rebasen con facilidad sus límites y pongan en peligro las estructuras y las vidas de residentes circundantes.
Es vergonzoso que en pleno siglo veintiuno Estados Unidos posea a Puerto Rico como colonia y le imponga una Junta de Supervisión Fiscal (JSF) desde 2016, bajo una “Ley PROMESA” que cruelmente ha sido un instrumento utilizado para la destrucción y empobrecimiento del pueblo, quitándole los recursos de sus vitales servicios esenciales para dárselos a bonistas buitres en un proceso de cobro de una deuda ilegítima.
Esa Junta de Control Fiscal y el gobierno colonial de Puerto Rico han impuesto privatizaciones que han sumido a condiciones de mucho sufrimiento al pueblo, en especial, la privatización de la energía bajo la recién creada compañía estadounidense-canadiense Luma Energy. El gobierno promovió esta compañía como una de renombre mundial, de mucha experiencia que mejoraría el sistema energético del país y reduciría las tarifas.
Pero la realidad es que desde que Luma asumió el control del sistema energético del País en junio de 2021, el Pueblo puertorriqueño ha experimentado 7 grandes apagones, explosiones de subestaciones, inestabilidad en el servicio causando grandes pérdidas de equipos domésticos e industriales, casi todo causado por falta del mantenimiento adecuado de las instalaciones. Además, han aumentado la tarifa 7 veces. Y como castigo al Pueblo y a su clase trabajadora, se desplazó la fuerza laboral experimentada de la agencia estatal de energía sustituyéndola por trabajadores sin la experiencia requerida, muchos de ellos traídos desde Estados Unidos, pagándoles casi el triple que el salario que devengaban los trabajadores desplazados.
La cruel ineficiencia de Luma y su defensa por el gobierno colonial han agravado la situación actual donde incluso hospitales y centros de cuido se encuentran sin luz poniendo en riesgo a miles de vidas. Ante esta calamidad, los trabajadores desplazados de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego y otros sindicatos nacionales de la energía le piden al gobierno una Orden Ejecutiva para emplear a estos experimentados servidores públicos y así acelerar el proceso de reconstitución de la energía; sin embargo éste rechaza esta oferta que salvaría vidas puertorriqueñas y por el contrario prefiere endosar la contratación de trabajadores extranjeros traídos a Puerto Rico bajo contratos millonarios onerosos para el pueblo.
Los ojos del mundo están ahora en Puerto Rico y se dará a conocer esta terrible situación lo más extensamente posible. Las organizaciones participantes del XXVI Seminario urgen a los gobiernos de Puerto Rico y Estados Unidos acciones que detengan el gran sufrimiento del Pueblo puertorriqueño.
Ciudad de México, 24 de septiembre de 2022