La ultraderecha gana las elecciones italianas y gobernará con la derecha

La coalición formada por los Hermanos de Italia (FdI), Liga y Forza Italia (FI) ganó las elecciones de este domingo en Italia con el 44,1 % de los votos, y la encargada de formar gobierno será la ultraderechista Giorgia Meloni.

El FdL, el partido de Meloni, fue el más votado, con el 26,2 % de los sufragios -en los anteriores comicios, en 2018, obtuvo un 4,3 %.

Por su parte la derechista Liga de Matteo Salvini vio una gran caida en sus votos obteniendo en el Senado el 9%, cuando en las últimas elecciones europeas había conseguido el 34%. La otra fuerza que conforma la coalición de derecha que liderará ;eloni, Forza Italia del empresario y exprimer ministro Berlusconi se mantiene en el 8,3 %, por encima de lo que se había previsto.

El resultado fue muy malo para el Partido Demócrata (PD) de Enrico Letta, que no ha superado el 19,1%. En cambio, el Movimiento 5 Estrellas (M5S) liderado por Giuseppe Conte podía considerar el suyo un buen resultado, con el 15,3 % de los votos. Es menos de la mitad de lo que se llevó en 2018 pero todavía varios puntos más de lo que estimaban las encuestas al inicio de la campaña electoral, tras la ruptura con uno de sus hombres fuertes, el ministro de Exteriores, Luigi di Maio. Este quedará fuera del Parlamento tras el fracaso de su nueva formación. El llamado TercerPolo, formado por los centristas Acción, de Carlo Calenda e Italia Viva del exmandaratio Matteo Renzi quedaron en un 7,7 % muy por debajo de lo esperado.

Como afirmaba Giacomo Turci -editor de La Voce delle Lotte- “la apuesta ganadora del Fratelli d´Italia ha sido reivindicar abiertamente un perfil católico-nacionalista de clara oposición al gobierno de Draghi. Así, parte del descontento social ha derivado en el apoyo a este partido”.

Además, la competencia entre FdI y la Liga, llevó a Meloni a adoptar un discurso atlantista (más pro OTAN). Algo fundamental para la burguesía italiana, dado que desde la Unión Europea ya emitieron mensajes acerca de que a Italia le conviene seguir encolumnada, fundamentalmente por su necesidad de financiación de su deuda pública que ya en diciembre del 2021 se situaba en 2,6 billones de euros, representando el 150% del PBI.

Hace unos meses, Meloni participaba en un acto de la formación ultraderechista española VOX, en Andalucía, donde afirmaba que el “verdadero objetivo de la ideología de género no es la lucha contra la discriminación” sino “la desaparición de la mujer y el fin de la maternidad”. Como parte de su discurso racista, señalaba que los “extranjeros” son muchas veces responsables de la violencia contra las mujeres, y que los migrantes perjudican a los trabajadores italianos porque compiten con ellos por el empleo. Además, se pronunciaba contra el “fundamentalismo verde” de Greta Thunberg, que lleva a “perder miles de puestos de trabajo”.

Meloni también dijo en ese discurso: “Sí a la familia natural, no a los lobbys LGBT; sí a la identidad sexual; no a la ideología de género; sí a la cultura de la vida; no al abismo de la muerte; sí a la universalidad de la cruz, no a la violencia islamista; sí a las fronteras seguras, no a la inmigración masiva”.

Con este discurso populista de derecha, Meloni consiguió el primer lugar en estas elecciones, lo que la ubica ahora para liderar un gobierno con la derecha. Sin embargo, está por verse si puede transformar ese discurso reaccionario en medidas de contrarreformas reales. ¿Intentará recortar el derecho al aborto de las mujeres italianas? ¿Aumentar la política de expulsiones de inmigrantes? ¿Y qué reacciones generará esto en la calle?

En una situación marcada por un alza de la inflación, un alto endeudamiento público, descontento social y mucha desconfianza con el sistema político italiano (la abstención en estas elecciones fue altísima), no está para nada claro que Meloni pueda conseguir una hegemonía propia que le permita un gobierno estable.

Fuente: La Izquierda Diario

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Author: Admin