Miles de personas repiten a diario en las redes sociales y en los medios masivos de comunicación de Puerto Rico, que el bi-partidismo tradicional del anexionista Partido Nuevo Progresista (PNP) y el colonial Partido Popular Democrático (PPD), tiene sus días contados, pues su maltrecha credibilidad está definitivamente en caída libre.
Las últimas cuatro elecciones lo confirman, al perder más de la mitad de su apoyo, bajando estrepitosamente del 2008 al 2020. De hecho, en la última elección, sus votos se redujeron al nivel más bajo, de un millón de votos en el 2008, a 427 mil votos en el 2020, para el gobernador del PNP.
Un año después, todas las encuestas reconfirman que esa partidocracia está herida de muerte. Por eso, no encuentran una estrategia publicitaria efectiva. Mientras al interior de sus organismos de dirección lo aceptan, públicamente simulan estar confiados en su recuperación.
De ahí, que repitan los mismos mensajes de siempre, para generar miedo al cambio, pero ya tampoco les resulta. La manipulación histórica del cuco de “los comunistas” y “Fidel”, quedó atrás. Solo les funciona entre sus antiguos fanáticos, que son los que se benefician de la cultura de la corrupción PNP-PPD. Esa que según los federales, nos cuesta mil millones de dólares anuales.
Mientras tanto, el pueblo puertorriqueño se ha tirado masivamente a la calle a exigirles justicia social y como por arte de magia, aparecen los fondos para responder a las demandas de decenas de miles de empleados públicos. Aunque lo nieguen, todos sabemos que ambos partidos y la Junta Dictatorial impuesta por USA, han sido los responsables del despojo a las mayorías trabajadoras, para privilegiar a los bonistas buitres de Wall Street.
También hemos aprendido que solo las luchas unitarias por mejores salarios y condiciones de vida, a través de protestas masivas, paros y huelgas, son las que resultan en victorias inmediatas. Mientras tanto, continúa el robo de fondos públicos a manos llenas, para enriquecer a los amigos del alma. Eso demuestran los múltiples arrestos de funcionarios PNP-PPD que periódicamente se efectúan y terminan cumpliendo en la cárcel federal.
En verdad, el PNP y el PPD, se parecen cada vez más, al confabularse para detener el empuje de los movimientos sociales y políticos llamados emergentes. Unos se aferran a los fondos de USA, como señuelo para una anexión que está más lejos que nunca y los otros no logran ni definir cuál es su propuesta de estatus político. Por eso, le huyen a una Asamblea Constitucional por la Descolonización.
Ambos discursos coloniales del PNP-PPD están agotados y su liderato empieza a desesperarse, porque hasta sus inversionistas políticos, se están alejando para no contaminarse. Eso se refleja en el raquítico respaldo económico de sus afiliados y la dependencia del fondo electoral en el caso del PPD.
Por el PNP, todavía logran donativos significativos pues funciona para los criminales de cuello blanco, que luego exigen recompensas a través de contratos con el gobierno. Muchos de estos ya han sido acusados y condenados, pues del 2008 al 2018, son más de 632 convicciones por corrupción pública, incluyendo más de 20 alcaldes del PNP-PPD.
Por otro lado, no surgen nuevos portavoces PNP-PPD que impresionen y se opta por repetir las mismas caras camino al 2024: Pierluisi, González y un García Padilla reciclado, se perfilan como sus candidatos a gobernador (a). Así de mediocre es la oferta que se avecina, en medio de un país que ha despertado del letargo colonial.
¿Entonces a que se dedican ahora los estrategas PNP-PPD, para contrarrestar su desprestigio generalizado? ¿Cuál es la estrategia que sus expertos de las agencias de publicidad le han recomendado?
La nueva narrativa es decir que “todos robamos, todos somos deshonestos y todos entramos a la política para coger de tonto al pueblo.” No les queda otra que aceptar su realidad e intentan hacernos creer que todos somos corruptos igual que ellos.
De esa manera tan demagógica, pretenden detener la avalancha de votos en su contra, que se presagia a través de una gran alianza electoral del pueblo en el 2024. Tiempo al tiempo.