El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) es una propuesta organizativa política del comandante Hugo Chávez Frías. Con él, indicó Chávez, se pretendió dotar al país de “un partido capaz de reunir en su seno a todos los venezolanos y venezolanas dispuestos a luchar por construir el socialismo en nuestro país”.
Para comprender la realidad de lo que ha representado en los pasados años el PSUV, se impone la necesidad discutir sus antecedentes en la política bolivariana, ello a partir de la gesta histórica impulsada por su principal ideólogo.
En un discurso pronunciado por Hugo Chávez Frías el 30 de diciembre de 2006, el presidente venezolano evocaba del Libertador Simón Bolívar su última proclama desde la Hacienda de San Pedro en Santa Marta de 10 de diciembre de 1830, al decir lo siguiente:
“Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro.”
Recordaba entonces Chávez, a cuando treinta años antes, siendo apenas subteniente y teniendo solo 23 años de edad, juramentó cuatro soldados como parte del Ejército Bolivariano de Liberación del Pueblo de Venezuela. Aquel grupo fue creciendo hasta que del núcleo inicial, en 1982 nació el Movimiento Bolivariano 200 (MBR-200). Pasarían otros diez años de recia formación de cuadros clandestinos hasta que el 4 de febrero de 1992 se produjera la rebelión militar que Chávez lidereó. Con ella, se pretendió romper la alternancia venezolana en el control del Estado, la cual venía desarrollándose desde décadas anteriores.
Con el fin de la Dictadura de Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958, en una reunión efectuada en Caracas en la residencia de Rafael Caldera, la cual llevaba el nombre de “Puntofijo”, se firmó el 31 de octubre de 1958 lo que vino a conocerse como el “Pacto de Puntofijo”. Su propósito principal era viabilizar, luego del fin de la Dictadura, un proceso de transición democrática en Venezuela. Del mismo sin embargo, fueron excluidos el Partido Comunista de Venezuela (PCV) que había combatido la Dictadura mediante la lucha armada, pero también a los sectores que habían apoyado el régimen de Pérez Jiménez.
El Partido Comunista de Venezuela había sido fundado el 5 de marzo de 1931. Como partido político participó de la Convención Constituyente de 1946 que redactó la Constitución de 1947.
Siendo presidente de Venezuela Rómulo Gallegos, se produjo un Golpe de Estado promovido por Marcos Pérez Jiménez. A raíz de una huelga convocada en mayo de 1950 por el PCV contra la Dictadura, ésta ilegaliza a dicho partido. No obstante su ilegalidad, el PCV llamó en 1952 a brindar apoyo a la agrupación denominada Unión Republicana Democrática (URD) en el proceso de convocatoria a una nueva Constituyente. Estas elecciones fueron intervenidas por la Dictadura paralizando el conteo de los votos emitidos.
Más adelante tanto la URD como el PCV integraron junto a COPEI y Acción Democrática (AD) la llamada “Junta Patriótica”, la cual procuraba echar abajo la Dictadura de Pérez Jiménez. Concluida la Dictadura en 1958 varios intentos de golpes de Estado fueron llevados a cabo.
El “Pacto de Puntofijo” perseguía defender un régimen de gobierno constitucional donde el gobierno se formara conforme al resultado de las elecciones; garantizar en el gobierno la participación de los partidos firmantes en el acuerdo y un programa mínimo común de gobierno. Entre quienes suscribieron el acuerdo se encontraban Rafael Caldera (COPEI), Jovito Villalba (Unión Republicana Democrática) y Rómulo Betancourt (Acción Democrática). La Unión Republicana Democrática abandonaría el acuerdo en 1962 quedando en la alternancia electoral COPEI y AD hasta las elecciones de 1998.
Es este pacto político de 1958, el que inaugura la “Cuarta República” (IV-R). A partir de 1962, sin embargo, con la salida de la URD, se promovería la alternancia en el gobierno entre las dos agrupaciones políticas restantes, las cuales sumieron al país en su peor estado como resultado de la aplicación de sus políticas neoliberales.
El incremento en el precio de la gasolina decretado bajo el gobierno de Carlos Andrés Pérez de Acción Democrática y sus efectos en el precio de la transportación urbana, llevaron a partir del 27 de febrero de 1989 al desarrollo de múltiples protestas en Venezuela. Estas se extendieron hasta el 8 de marzo de ese año. Según números oficiales, se mencionó un saldo estimado de 276 personas fallecidas o heridas; aunque números extraoficiales cifran en más de 3 mil el número de fallecidos.
El descontento desarrollado en el país luego de estos sucesos provocó entre febrero y noviembre de 1992 dos intentos de Golpe de Estado por parte de las fuerzas armadas. Uno de los intentos de golpes militares fue el dirigido por el Comandante Hugo Chávez Frías. Estos dos golpes, vinieron a sumarse a otra intentona previa en 1988.
El gobierno de Acción Democrática también fue sacudido ante la opinión pública como resultado de las acusaciones contra figuras políticas, incluyendo al propio presidente Carlos Andrés Pérez, por corrupción. En las elecciones de 1993 Rafael Caldera asume la presidencia del país.
El golpe militar fraguado por Hugo Chávez Frías y sus compañeros vinculados con el MBR-200 en 1992 fracasó. Como resultado, Chávez junto a otros 10 oficiales fueron condenados a prisión. De ella salen el 26 de marzo de 1994 como resultado del indulto otorgado por el entonces presidente de Venezuela, Rafael Caldera. En las afueras de la prisión de Yare, les aguardaba una multitud ante la cual, al dirigirse a ella, Chávez indicó: “Vamos a tomar el poder político del país”.
Fue hace treinta años, precisamente el 4 de febrero de 1992, cuando ante los hechos consumados de un golpe de Estado fallido, Chávez pronuncia las palabras con la frase profética que se transcriben a continuación:
“Compañeros, lamentablemente por ahora los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital. Es decir, nosotros acá en Caracas no logramos controlar el poder. Ustedes lo hicieron muy bien por allá, pero ya es tiempo de evitar más derramamiento de sangre. Ya es tiempo de reflexionar y vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor.”
Para encaminar el proceso de lucha política necesaria para el triunfo electoral, el Comandante Chávez se inserta en un movimiento de masas que le lleva a la transformación del MBR-200, procediendo el 19 de abril de 1997 a la fundación del “Movimiento “V” República” (MVR). Bajo el compromiso de convocar a la reformulación del Estado venezolano bajo una Convención Constituyente, el MVR con Chávez como candidato a la presidencia gana las elecciones de 1998.
La propuesta de reformulación del Estado venezolano a través de una Convención Nacional Constituyente llevó el 20 de diciembre de 1999 a la proclamación de una nueva Constitución para la República Bolivariana de Venezuela. Su Artículo 1 establece que:
“La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador. Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación.”
En la transformación del Movimiento “V” República (MRV) en PSUV se inscribe la propuesta de un “socialismo del Siglo XXI”, postulando para Venezuela no una Dictadura del Proletariado sino una propuesta democrática, popular, participativa y protagónica. En sus palabras, Chávez conceptuó la formación de este partido “desde abajo”, tomando prestado en una versión civil el modelo organizacional de un ejército: escuadras, pelotones, batallones y poniendo especial atención en la calidad moral de su militancia”. A tales efectos indica:
“No podemos construir el socialismo del siglo XXI sin transformación económica, sin democracia participativa y protagónico en lo político, sin ética socialista. El amor, la solidaridad, la igualdad entre los hombres, las mujeres, entre todos; ésos son elementos fundamentales del socialismo, de nuestro socialismo en construcción.”
Chávez propuso un socialismo indo-venezolano, el socialismo de los aborígenes, inspirado en las raíces autóctonas venezolanas. El modelo propuesto habla de la socialización de la tierra; de la creación de espacios socialistas en las ciudades y barrios; de la transformación del modelo económico y productivo, poniendo énfasis a las relaciones de producción y la propiedad social; y claro está, de cómo Venezuela contribuye a partir de sus propios recursos al fortalecimiento del desarrollo de otros procesos afines en la región.
En su concepción inicial, Chávez propuso una reforma constitucional que dotara al país de las herramientas necesarias y de la legalidad institucional para las futuras transformaciones socialistas. Este primer paso iría de la mano con su propuesta para Venezuela, como lo planteara antes el apóstol de la independencia de Cuba, José Martí cuando concibió la unidad de las fuerzas patrióticas cubanas, en convertir en su país un instrumento de lucha, esta vez con la visión del desarrollo de una profunda transformación socialista, que llamó Partido Socialista Unido de Venezuela. También, como antes fue el proyecto bolivariano, la propuesta de Chávez incluyó la unidad continental y latinoamericana y caribeña.
Simón Bolívar, quien para Hugo Rafael Chávez Frías fue fuente de inspiración, desde la distancia de casi dos siglos, en su Carta de Jamaica escrita el 6 de septiembre de 1815, decía:
“Es la unión la que nos falta para completar la obra de nuestra regeneración.”
Esa unión, con la dirección política del Comandante Hugo Chávez se proyectó, primero mediante la “Unión de Naciones Suramericanas” (UNASUR) y luego con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la propuesta integradora para toda la América Latina y Caribeña en un nuevo propósito libertario y emancipador del cual el pueblo venezolano, en gran medida gracias a la visión de suturo y perseverancia de Hugo Chávez Frías, fue ayer su gestor y hoy continúa siendo protagonista esencial.