Un año más llega a su fin. Un año más se suma a la historia de la FSM y del movimiento mundial de clase. Un año más que nos ha hecho llorar y reír, sin perder ni por un momento nuestro optimismo por los mejores días que se avecinan para nuestra clase, gracias a nuestra lucha y a nuestra firme percepción política.
Haciendo un breve balance, como es habitual al final de cada año, veremos que algunas cosas se repiten de forma monótona, pero también nacen cosas nuevas que nos llenan de optimismo para el futuro de la clase obrera y las capas populares.
En 2021 se reveló con más intensidad la insuficiencia de este sistema para dar solución a cuestiones vitales de la humanidad. Se reveló que, por muy llorosos que sean los discursos de los servidores políticos de las grandes multinacionales, no les interesa nada la vida y la prosperidad de los pobres, los obreros y los campesinos, las mujeres y los jóvenes.
Como la salud y la ciencia están al servicio de la rentabilidad del gran capital, no pueden hacer frente a la pandemia de forma adecuada y cientos de miles de personas siguen perdiendo la vida a causa de COVID-19, debido a la insuficiencia de los sistemas sanitarios degradados, y no porque la enfermedad es invencible. Además, para ocultar sus propias responsabilidades, intentan hábilmente dividir a los trabajadores, entre vacunados y no vacunados. ¡Pero no tienen respuesta para los millones de personas en los países pobres del tercer mundo, que no tienen acceso a las vacunas debido a la debilidad financiera!
En 2021, volvimos a ver el drama de la utilización de los refugiados como una palanca para presionar la política exterior de los Estados. Les importa muy poco que la gente se hunda en el mar, o que muera por las minas terrestres al intentar cruzar las fronteras y por las penurias y enfermedades en los puntos calientes. Sus guerras por el control de la riqueza y la búsqueda de nuevos ámbitos de beneficio son una máquina imparable de miseria.
En 2021 nos enfrentamos a la explosión de los altos precios en la energía y en todos los bienes de primera necesidad, porque como siempre el precio de la crisis económica lo pagan los pueblos para que los grandes capitalistas no paguen. Los repetidos cierres han provocado grandes pérdidas en los fideicomisos mundiales y ahora tienen que recuperar las ganancias perdidas. ¡¡¡Por eso, en el siglo XXI, incluso en los llamados países del primer mundo, la gente corre el peligro de morir de frío y de hambre !!!
En este marco, y a pesar de la dificultad de los encuentros a distancia, la FSM y el movimiento obrero mundial de clase pasaron a la acción. Se celebraron numerosos seminarios sobre cuestiones que preocupaban y siguen preocupando a los trabajadores de todo el mundo y se organizaron movilizaciones con motivo de cada pequeño o importante problema de la clase obrera en cada país. El Día Internacional de Acción de la FSM, celebrado el 3 de octubre, subrayó la actual reivindicación de los trabajadores por una vida dignificada. Se organizaron campañas internacionales para Palestina y simposios internacionales de solidaridad con Cuba y Venezuela.
En 2021 también se llevaron a cabo importantes huelgas que resultaron en la satisfacción de las reivindicaciones de los trabajadores. La represión y la legislación que en muchos países intentó poner obstáculos a la acción sindical no desanimó a los trabajadores, sino que aumentó su determinación y militancia.
Por último, en 2021 con mucho dolor despedimos a algunos cuadros históricos de la FSM, cuya contribución es invaluable. Fueron luchadores incansables del movimiento, siempre fieles a la FSM y defensores inquebrantables de la lucha de clases. La Federación Sindical Mundial siempre les honrará y se asegurará de que las próximas generaciones de trabajadores del mundo conozcan su trabajo y su contribución.
Así, entramos en 2022 con optimismo y militancia, como corresponde al movimiento de clase. El próximo año, además de los fuertes retos que traerá para nuestra organización, será también un año histórico, ya que se celebrará el 18º Congreso Sindical Mundial. Como siempre, se trata de un hito en el movimiento obrero de clase mundial, una celebración de la clase obrera mundial, así como un proceso extremadamente importante en el que se traza el rumbo de la FSM para los próximos años. Por lo tanto, es muy importante que en el nuevo año todos los miembros y amigos de la FSM den lo mejor de sí mismos para que este Congreso sea un éxito, digno de la historia y el legado de la FSM.
El Secretariado de la Federación Sindical Mundial desea a sus 105 millones de miembros y millones de amigos de 133 países de todo el mundo que el 2022 sea un año bueno y militante, un año que contribuya aún más a nuestro objetivo final de liberar a la humanidad de la explotación del hombre por el hombre. Porque sólo entonces podremos hablar de verdadera libertad, paz y prosperidad.
¡Hasta la victoria final!
Federación Sindical Mundial
Fuente: Federación Sindical Mundial