Se intensifica una nueva ola de oposición a la privatización de la Autoridad de Energía eléctrica, al entregar en un contrato leonino a LUMA una gran parte de la Autoridad de Energía Eléctrica.
En un esquema de tierra arrasada, políticos del PPD y del PNP, encabezados por Eduardo Bathia y Larry Seilhamer, fueron los arquitectos de la campaña que permitió entregar en bandeja de plata los más de 10 mil millones de fondos para la reconstrucción del sistema eléctrico luego del huracán María.
En el mismo sendero del saqueo de la AEE, intentan finalmente destruir a uno de los sindicatos de trabajadores y trabajadoras de mayor trayectoria y militancia en la historia de la lucha por las reivindicaciones por los derechos de las obreras y los obreros en la nación boricua.
Este proceso de tierra arrasada no es un proceso aislado y solo de Puerto Rico, es la fórmula que se implementa en muchas naciones del mundo. Y la destrucción y robo de la AEE es solo una pieza más en el rompecabezas de entregar a los sectores privados todos los haberes del pueblo que deberían utilizarse para crear la riqueza que pueda dar la posibilidad de una vida digna para todas y todos en Puerto Rico.
Claro, en nuestra nación invadida y ocupada, enfrentamos una dimensión adicional que obstaculiza arrancar de raíz las causas de estas agendas neoliberales, que es la colonia, que es ser colonia. Además en una colonia, estos poderes residen en el país imperial que impone las políticas energéticas que beneficien a sus corporaciones e intereses económicos.
Ahí tenemos, la privatización de los servicios de salud; donde las corporaciones de seguros de salud, manejan un negocio de billones de dólares, haciendo pasar un vía crucis de dolor, y explotación a las comunidades más pobres y necesitadas de nuestro pueblo; ahí tenemos la destrucción de los sistemas de retiro, condenando a la precariedad a miles de hombres y mujeres que ofrendaron lo mejor de su vida en trabajar en nuestro país.
La privatización en Puerto Rico ha tenido diferentes manifestaciones y la nueva moda es las mal llamadas Alianzas Público Privadas. Este nombre es una manera de dorar la píldora, para esconder la privatización. Por ejemplo, se justifica la privatización diciendo que el sistema no sirve o es un “negocio con pérdidas”, entonces el aliado privatizador, hace unas supuestas inversiones pero no asume ni las deudas del activo privatizado. Por lo general crea empleos precarios quitándole derechos adquiridos a los empleados. Las inversiones del privatizador que supuestamente hacen en nada comparan ante las ganancias que le genera el servicio privatizado.
Pero en el caso de la AEE y LUMA, los cómplices del robo de la misma, que negociaron el contrato, le entregaron miles de millones dólares a esta compañía sin los conocimientos y la experiencia para manejar un sistema de transmisión y distribución eléctrica, tan complicado y único como el de Puerto Rico. Y no ponen un solo centavo. Eso sí, sacan y sacan y sacan mucho dinero.
Es obvio que LUMA no sirve y que en definitiva hay que botar al destierro a LUMA. Pero, no es suficiente. Las acciones que hay que tomar aquí requieren que se detenga, nos opongamos en primer nivel a todo tipo de creación de privatización, y que se elimine para siempre las Alianzas Público Privadas, porque eso de alianza es una mentira, eso es un engaño.
Es necesario oponerse, porque estas políticas son directrices de los EEUU, para sostener el esquema de extracción de riqueza en Puerto Rico. Porque es mantener a la economía de Puerto Rico supeditada de parte de los EEUU y sus secuaces. Esquema que incluye, la imposición de la Junta de Control Fiscal, y la generación de una deuda ilegal, odiosa e ilegítima.
Por ello es que hay que luchar y oponerse a LUMA, a las privatizaciones en todas sus manifestaciones, a la Junta de Control Fiscal y claro está a la colonia. Hay que ir a la raíz. Hay que radicalizar la lucha y la oposición. Por ello, afirmamos que no es solo LUMA.
La AEE tiene que ser reformada y tiene que estar en manos de nuestro pueblo y que la misma funcione de manera que sea transformadora para las comunidades. Esta tiene que ser manejada por los trabajadores y trabajadoras en asociación con las comunidades en una política que tenga como Sur que la energía es un derecho humano. Es necesario que el regreso de la AEE al pueblo, se reintegren los trabajadores y trabajadoras que el atropello del contrato de LUMA, desplazó y desterró de la AEE. Una cantera de conocimientos y de experiencia que es fundamental para operar la AEE. El problema no solo es LUMA, es toda una política equivocada y colonial que le quita al pueblo sus servicios esenciales.
Publicado originalmente en El Boletín del Movimiento Ñin Negrón.