A veces llegan cartas con sabor amargo, con sabor a lágrimas.
A veces llegan cartas, con olor a espinas…
En los últimos días los empleados de la a Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) están recibiendo unas cartas con sabor amargo. Las cartas son enviadas por parte del gobierno colonial notificándose a los empleados sus traslados de los puestos que ocupan en la Autoridad y su reasignación a otras agencias del gobierno, efectivo el 1ro. de junio.
Las cartas en forma escueta y directa les dice, primero, que su traslado es inminente, segundo, que le garantizan un año de empleo y un salario básico. Y tercero al final, una amenaza, de no reportarse en los primeros cinco días quedan cesantes.
Usted dirá, bueno que tiene de malo eso, por qué alguien se puede quejar de un empleo, esto puede ser una pregunta razonable hasta que usted lee toda la carta y ve el propósito real de la misma.
Veamos –
Carta #1 – recibida por Waleska Mass Quiñones. Wanda lleva 14 años en la AEE, es la única mujer celadora del país, vive en Caguas. Pues Wanda acaba de ser reubicada como “mensajera” en el Sistema de Retiro en San Juan. El criterio usado por la agencia, bueno porque sabe guiar. Nota el salario básico es el de un empleado nuevo, no de una persona de 14 años de servicio.
Carta #2 – a Carmelo Ortega Rodríguez, celador, reubicado a la Administración de Servicios Médicos, como Enfermero Asociado. El hombre nunca ha puesto ni una curita en su vida.
Carta #3 – a Zaelo Baéz, reubicado a Agente de Seguridad (guardia de palito) en Administración de Servicios Médicos.
Carta #4 – Javier Santiago, celador. Reubicado como Administrador Oficina de Hacienda en Juana Díaz. El único problema o detallito es que esta oficina fue cerrada hace varios años.
Usted podrá pensar que esto es una broma de mal gusto pero no, no lo es. Estas cartas le fueron enviadas por la señora Zahira A. Maldonado, Oficina de Administración de los Recursos Humanos del Gobierno (colonial) en Puerto Rico.
Pero aparte del cinismo y “such is life”, las mismas tienen otro propósito, obligar al personal especializado de la autoridad a) aceptar la decisión de estos traslados sin sentido, b) firmar con LUMA, c) quedarse desempleados. En el caso de aceptar la reubicación sería como un empleado sin ninguna experiencia en el área y como nuevo. En el caso de aceptar el contrato de LUMA entraría también como nuevos, sin ningún derecho adquirido, sin plan médico, con salario básico y sin retiro. Los 10, 14, 22 años de experiencia que pueda tener el empleado se van por la borda, empiezan desde cero.
Con razón los empleados se han negado a firmar los contratos de LUMA, no solo por ser malos para ellos como trabajadores, pero además LUMA pretende hacer uno de los robos más grandes contra usted y Puerto Rico de toda nuestra historia. LUMA con la complicidad de la administración de Pierluisi pretenden hacer el robo del siglo.
“A veces hay cartas con sabor amargo”, cantaba Rafael, pero a veces hay cartas que indignan. Indignan por la burla y falta de respeto a los trabajadores puertorriqueños, indigna por intentar chantajear a los trabajadores y al pueblo para que avale un contrato leonino. Indigna por su desfachatez.
Ante la indignación e ira justa, pasemos a la resistencia y lucha. Hay que detener a estos bribones.
Por: Edwin Hernández Feijoó
Tomado de Movimiento Ñin Negrón